La española que trabaja con bacterias en la danesa Novozymes
Tras 25 años en Dow Chemical, Ester Baiget dirige desde hace dos una pujante biotecnológica que acaba de comprar a su rival Chr. Hansen
Algo huele a bacterias en Dinamarca, pero no en el sentido en el que hablaba Marcelo en Hamlet: se usan para reducir el impacto ambiental de todo tipo de productos, especialmente los alimentarios. La española Ester Baiget (Reus, Tarragona, 1971) es la consejera delegada de Novozymes, una biotecnológica danesa que ha acordado comprar una competidora local, Chr. Hansen.
El día 12, ambas compañías anunciaron conjuntamente su “fusión” para formar una empresa con unos ingresos anuales de unos 3.500 millones de euros. Novozymes ofrece una prima media del 38% por las acciones de Chr. Hansen. Novo Holdings, la sociedad que gestiona el patrimonio de la Fundación Novo Nordisk (de la farmacéutica homónima) y accionista de ambas firmas, seguirá siendo el inversor de control de Novozymes una vez concluya la operación.
La compañía dirigida por Baiget está valorada en 11.000 millones de euros y cuenta con 6.000 empleados, y la fusión creará una empresa de 21.000 millones. Baiget y el director financiero, Lars Green, mantendrán sus puestos en la empresa fusionada.
La directiva española se licenció en Ingeniería Química, especialidad en química industrial, por la Universidad Rovira i Virgili (URV), situada en Tarragona y Reus, y empezó a trabajar en la multinacional Dow Chemical Company, primero como ingeniera para la planta de polietileno de baja densidad lineal de Tarragona.
En 1998 hizo un MBA en la URV, que le permitió abrirse puertas al mundo no técnico. Luego fue ascendiendo en el escalafón de Dow, aún con distintos puestos de responsabilidad técnica, en el desarrollo de plásticos para Europa, Oriente Próximo y África (EMEA).
En 2009 fue nombrada directora global de desarrollo estratégico, trabajando directamente con la cúpula de Dow, en la sede central de Midland (Míchigan, EE UU). “La compañía nos facilitó una buena integración. Tanto mis tres hijos como mi marido gozaron mucho de la experiencia de vivir en EE UU. Fue una vivencia muy enriquecedora, tanto desde el punto de vista personal como profesional”, cuenta en la web de la URV.
Durante los años siguientes incorporó nuevas responsabilidades técnicas, y en 2012 asumió el puesto de directora comercial para EMEA de elastómeros, productos eléctricos y telecomunicaciones. Entonces se mudó a Suiza con su familia. En 2014 entró en el consejo de MEGlobal, joint venture entre Dow y la kuwaití Petrochemical Industries Company, y en 2016 asumió la presidencia de la unidad de soluciones industriales, y se estrenó como miembro del equipo de dirección.
En febrero de 2020, Novozymes la fichó como presidenta y consejera delegada, sustituyendo a Peder Holk Nielsen. Y Baiget se mudó a Dinamarca.
Visión del trabajo
“No hay que trabajar todo el tiempo. Es fácil de decir, pero también depende de cada uno de nosotros”, afirma Baiget en una entrevista para el Børsen Executive Club. “Tenemos la responsabilidad de buscar espacios. Apagar el ordenador, ir al frigorífico a por una cerveza, o lo que sea para tomarte un descanso. Mis hijos me obligan a hacerlo: tenemos la norma de que en la cena no hay teléfonos, y son como la policía, en verdad me obligan a ello. Cuando estamos en tiempo familiar, en el sofá, viendo la tele… Se dan cuenta de que me distraigo con el móvil, y no les gusta”.
“Me encanta mi trabajo, lo que hago. Pero también estar con mi familia, y me obligo a tener estos momentos de desconexión. Como directivos, tenemos la responsabilidad de que todo el mundo tenga un nivel de estrés bajo, tenga equilibrio. El estrés viene también cuando no tienes claras las prioridades, cuando todo es igual de importante”, señala. “Como líder tengo la responsabilidad de decir: “Déjalo estar, no pasa nada”. El estrés viene también del miedo al fracaso. No pasa nada por fallar. Falla rápido, aprende de ello y pasa página, y no tengas miedo de fallar la próxima vez. Hay que crear un entorno en el que no haya miedo a fallar. No tengo la solución para eliminar el estrés, pero sé que tengo la responsabilidad de minimizarlo, o de prevenirlo, o al menos de buscar los espacios que ayuden a que no esté presente.”
La operación
Novozymes utiliza enzimas para soluciones que van desde la reducción de la huella de carbono de los detergentes, hasta la producción de proteínas con bajo impacto ambiental, pasando por la mejora de la resistencia de los cultivos o el aumento de la durabilidad del pan. Chr. Hansen (llamada así por su fundador, Christian Hansen), por su parte, emplea bacterias y enzimas para producir alimentos, desde lácteos hasta carne, pasando por marisco.
Los accionistas de Novozymes han recibido con escepticismo la compra. Sus acciones cayeron un 13% el lunes, mientras que las de Chr. Hansen subieron un 20%. Pierre Briançon, analista de Reuters, explica que, aunque es un sector prometedor y de rápido crecimiento, la compañía dirigida por Baiget paga una prima muy alta por su rival, teniendo en cuenta las previsiones de sinergias de costes e ingresos.
La prima, dice el experto, puede explicarse por la necesidad de convencer a los accionistas de Chr. Hansen de que ofrezcan sus acciones por participaciones en una empresa en la que tendrán poco que decir. Novo Holdings es el principal inversor de ambos grupos, y controla el 70% de los derechos de voto de Novozymes. Aportará sus acciones de Hansen a la fusión, aceptando un ligero descuento, y acabará controlando el 61% de los votos de la nueva firma, con solo el 22% del capital social. Los demás accionistas de Novozymes, por su parte, pagan también un precio alto, pero sus participaciones del 44% solo tendrán el 21% de los derechos de voto.
Encontrar la mezcla adecuada para rentabilizar la operación quizás necesite de unas cuantas bacterias.
Otras miradas
En Linkedin, Ester Baiget sigue a Dennis K. Berman, directivo de la gestora y asesora Lazard, y experiodista del Wall Street Journal; a Alan Jope, CEO de Unilever, y a Bill Gates.
Baiget es, desde 2020, miembro del consejo de supervisión de AzkoNobel, empresa holandesa de pinturas y químicos.