Consejos para que el autónomo haga un buen cierre fiscal
Expertos aconsejan retrasar las facturas en caso de que se prevea pasar de tramo de IRPF
Con el fin de año llega el cierre fiscal. Para optimizar la factura final con Hacienda, los autónomos deben adoptar una serie de decisiones de cara al cierre del ejercicio, según detallan desde Declarando.
Entre ellas destaca prever qué se tendrá que pagar a Hacienda en la declaración. Esto se puede saber al realizar una simulación en la página web de Hacienda.
Los autónomos también deberán controlar el tramo de IRPF en el que se mueven. Dependiendo del tramo en el que se encuentren al final del año, podría resultar interesante para ellos retrasar algunas de las facturas de final de año para el próximo ejercicio. Hay que tener en cuenta que cualquier nuevo ingreso podría suponer pasar de tramo, por lo que se debe actuar con cierta previsión y anticipar los gastos para poder deducirlos y reducir el importe a pagar a Hacienda.
Ajustar los ingresos
Para no rebasar el tramo de la renta, el profesional también puede realizar ajustes mediante la inversión en productos financieros o bien planificando la jubilación. Entre las alternativas disponibles destaca la amortización de hipotecas; la revisión de cuotas a la Seguridad Social, que es íntegramente deducible; y la suscripción de seguros médicos o de responsabilidad civil.
Por otro lado, los profesionales autónomos deben tener en cuenta que el 1 de enero entrarán en vigor novedades que afectarán a la declaración de la Renta y que se harán efectivas en el ejercicio de 2024. Algunas de ellas son la rebaja de cinco puntos en el rendimiento neto de módulos para los que tributen en estimación objetiva y el incremento para los autónomos que tributan en el régimen de estimación directa simplificada del tipo aplicable a gastos deducibles de difícil justificación, que pasa del 5 al 7 por ciento del rendimiento neto, con un importe máximo anual de 2.000 euros.
También se ha previsto para 2023 una subida del 1% del tipo impositivo para las rentas altas de capital de forma que la tributación de las rentas de capital que sean superiores a los 200.000 euros en el IRPF se elevará al 27% o al 28% en el caso de rentas superiores a los 300.000 euros.