_
_
_
_
_
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El BCE y lo ortodoxo

Una subida de los tipos de medio punto en diciembre parece razonable para seguir combatiendo la inflación sin sobrerreaccionar

CINCO DÍAS

El Banco Central Europeo (BCE) se dispone esta semana a acometer una nueva subida de los tipos de interés, la cuarta consecutiva desde el pasado julio, para luchar contra una escalada inflacionista que no se había vivido en 40 años. El mercado barrunta estos días si el organismo se despachará con otro incremento agresivo (de 0,75 puntos porcentuales, como los dos anteriores) o si, como espera un mayor número de analistas, levantará levemente el pie del acelerador y añadirá no más de medio punto (0,5) al precio del dinero, ahora situado en el 1,5% para los bancos y el 2% en general. Los últimos datos de inflación de la zona euro apuntan a un cambio de tendencia y abonan el argumento contra los halcones de la ortodoxia.

El IPC del área monetaria se moderó en noviembre por primera vez en 17 meses, con un alza del 10%, seis décimas menos que el mes anterior, aunque aún peligrosamente en ritmo de doble dígito y, claro está, a años luz del viejo objetivo del 2%. Recuperar esa meta llevará tiempo, mucho tiempo. El economista jefe del BCE, Philip Lane, tradicionalmente alineado con las voces heterodoxas de Fráncfort, ha advertido de que la inflación puede estar ya cerca de su pico, pero que seguirá demasiado alta durante 2023 y 2024.

Una subida del precio del dinero de medio punto en diciembre parece razonable –y más que ortodoxa– para seguir combatiendo la calentura de los precios sin caer en una sobrerreacción (otro incremento consecutivo de 0,75) que frene excesivamente la economía en un entorno tan volátil como el actual. El riesgo de recesión permanece en Europa, al igual que el peligro de estanflación (un periodo sostenido de bajo crecimiento y altos precios).

La Reserva Federal estadounidense (Fed) marcó el paso al BCE en los últimos meses con un encarecimiento del precio del dinero muy decidido, pero los problemas de una economía y otra no son los mismos. La inflación europea no está tan ligada al tirón de la demanda como la estadounidense, sino que responde más a los costes energéticos de lo que lo hace al otro lado del Atlántico. En cualquier caso, también se espera una suavización de las subidas de tipos por parte de la Fed y el Banco de Inglaterra, que se reúnen a su vez esta semana.

Es legítimo, por otra parte, el debate sobre los efectos de segunda ronda, es decir, si las subidas de sueldos y precios de las empresas decididos como respuesta a la inflación acaban retroalimentando la tendencia. Pero el propio BCE lo va a vivir dentro de su casa: los trabajadores del organismo rechazan la mejora del 4,07% ofrece la dirección del eurobanco y han amenazado con ir a la huelga por la pérdida de poder adquisitivo. Ya lo dice esa supuesta maldición china dedicada a los banqueros centrales: “Ojalá vivas tiempos interesantes”.

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_