Los negocios de Iniesta: una bodega deficitaria que compensa con ladrillo e inversiones
Perdió 180.000 euros en 2021 con Bodega Iniesta, que aún no ha sido rentable Maresyterey, su matriz, no explota ya sus derechos de imagen
La disputa de la Copa del Mundo de fútbol en Qatar hace retroceder, casi irremediablemente, a aquel Mundial de 2010, ganado por España en Sudáfrica con gol de Andrés Iniesta. El futbolista manchego todavía sigue en activo en Japón, pero mantiene una intensa actividad empresarial.
Esta la aglutina bajo la sociedad Maresyterey SL, que, por ejemplo, tiene registrada la marca "Iniesta de mi vida". En ella, el deportista agrupa las ramas que componen su actividad fuera de los campos: la bodeguera, la inmobiliaria y la financiera. En 2021, esta sociedad registró un beneficio consolidado de 617.000 euros, aunque con desiguales aportaciones.
Bodega Andrés Iniesta es su iniciativa más mediática. El negocio vinícola, puesto en marcha en 2010, perdió 180.000 euros en 2021, según las cuentas que ha depositado en el Registro Mercantil. La bodega no ha dado beneficios desde su fundación, aunque los números rojos de 2021 son los más bajos desde 2012. Su facturación repuntó un 43% el año pasado hasta 2,1 millones, por debajo de los niveles previos a la pandemia. Esta tenía en nómina a 16 personas.
En el balance, Bodega Iniesta tiene unas pérdidas acumuladas de ejercicios anteriores de 4 millones. Para cubrir desequilibrios, Maresyterey, la matriz, le tiene concecido un crédito de casi seis millones de euros, "parte del cual irá destinado a una futura ampliación de capital y/o aportaciones de socio con el fin de restablecer la situación patrimonial", dice esta en sus cuentas.
Ladrillo y finanzas
Las pérdidas que genera el negocio bodeguero son compensadas por los ingresos y ganancias que registran el resto de actividades. Una de ellas es la inmobiliaria. Iniesta ingresó por el alquiler de inmuebles 707.000 euros en 2021, un 9% más que en 2020. A largo plazo, declara unos compromisos de casi 7 millones en concepto de ingresos por arrendamientos de sus propiedades.
Además, Maresyterey refleja un saldo de 27,8 millones en inversiones inmobiliarias. El año pasado adquirió parte de una finca situada en Mataró (Barcelona), por casi 800.000 euros, que vendió en marzo de este año declarando un beneficio de 45.000 euros.
Iniesta también mantiene inversiones financieras, que valora en 29,2 millones a largo plazo, casi el doble que un año antes. Son, describe, participaciones en "varios fondos de inversión", acciones en empresas "tanto cotizadas como no cotizadas", y bonos de una "entidad financiera". Por estos instrumentos recibió dividendos por algo más de 500.000 euros, y se anotó un ingreso de casi 1.6 millones por su revalorización
Otra parte importante de su actividad solían ser los ingresos derivados de la explotación de los derechos de imagen. Iniesta los tenía cedidos a Maresyterey hasta que finalizó 2020, declarando esta unos ingresos de 23 millones por este concepto en aquel ejercicio, y otros 23 en 2019, años en los que el futbolistas jugó y residió íntegramente en Japón. En 2021 ya no se reflejaba ingreso alguno por ellos.
La cesión de los derechos de imagen por parte de artistas y futbolistas a sociedades, y su tributación, ha sido objeto de seguimiento por parte de la Agencia Tributaria desde hace años, también el caso de Iniesta. El Tribunal Económico Administrativo ejecutó una liquidación a Maresyterey por el impuesto de sociedades de 2013, que la Audiencia Nacional ha tumbado este año, dando la razón a Iniesta. La legislación fija en un 15% el importe máximo que un deportista puede declarar a través de una sociedad, porcentaje que se cumplía en su caso. Sin embargo, las cuentas de 2021 de Maresyterey muestran que ya no tiene cedida la explotación de los derechos de Iniesta.
Un duro informe del auditor
La auditora de Maresyterey, la catalana Senior Manager Auditors, firma con salvedades un duro informe sobre las cuentas de la matriz de Iniesta. Entre otros puntos, discute el registro de la venta de un terreno que tuvo lugar en marzo de 2022, pero que la sociedad incluye en su cuenta de resultados y balance de 2021. También discute el valor que da a su particiapción en Bodega Iniesta, de 7,49 millones, pese a que su valor neto contable es “significativamente inferior”, algo que la empresa no ha actualizado. Además, duda de la recuperabilidad de varios créditos, de hasta 4,4 millones, firmados con dos sociedades inmobiliarias, y señala que no se le ha sido facilitado el libro de actas de los socios para “obtener evidencia suficiente” de que los acuerdos adoptados por los socios son reflejados en las cuentas de forma adecuada.