Los problemas de deuda frenarán las ambiciones globales de Enel
El sector seguirá turbulento, y si Roma no renueva el contrato del CEO en 2023, se pondría en duda la estrategia
La gran visión ecológica de Francesco Starace está bajo reforma. El jefe de la empresa italiana de servicios públicos Enel, valorada en 52.000 millones de euros, quiere que su compañía se convierta en una de las mayores firmas de energías renovables del mundo. Los problemas de deuda y la tempestuosidad de los mercados pueden frenarle.
La deuda neta de Enel, afectada por la subida de los precios del gas y las medidas gubernamentales para combatir la inflación energética, se había disparado hasta los 70.000 millones a finales de septiembre. Si no se toman medidas de reducción de la deuda, esto supondría 3,7 veces su objetivo de 19.000 millones de ebitda para este año, y estaría por encima de la media de sus homólogos europeos, que es de 3,2 veces. Esto es inaceptable mientras los rendimientos de la deuda aumentan y la empresa sufre una pérdida de efectivo.
Enel, controlada en un 24% por el Estado italiano, obtuvo 12.700 millones de euros de ebitda en los nueve primeros meses de 2022. Pero sufrió un golpe de 5.000 millones por las medidas del Gobierno, como los topes de precios y los impuestos sobre beneficios inesperados, mientras que otros 3.700 millones se derivaron de una caída del 35% en la producción de energía hidroeléctrica después de un invierno muy seco, y la necesidad de comprar gas a precios inflados para reemplazar los suministros perdidos.
Al final, los fondos procedentes de las operaciones de Enel se redujeron a 1.100 millones de euros, frente a los 5.100 millones del año anterior. Las acciones de la firma han caído un 25% este año, más que las de sus rivales Iberdrola, la portuguesa EDPR y la alemana RWE.
La solución de Starace es reducir la deuda neta en 21.000 millones de euros mediante una gran venta de activos [entre ellos, el negocio de gas de España, en manos de Endesa]. La venta de sus operaciones peruanas no esenciales, que según Bloomberg podrían alcanzar los 5.000 millones de dólares, sería un buen comienzo. Enel podría recaudar otros 3.000 millones de euros vendiendo activos en Argentina y Rumanía, según las estimaciones de Jefferies. Starace, al frente de la empresa desde 2014, tiene un sólido historial de venta de activos a altas valoraciones.
Problemas
Aun así, si el nuevo Gobierno de Italia no renueva su contrato como consejero delegado el año que viene, se pondría en duda la estrategia. Y el plan de ventas no resolverá todas las preocupaciones de Enel. Starace espera al menos dos años más de turbulencias en el mercado de la energía, que podrían amenazar aún más el flujo de caja.
Enel pretende reducir el impacto de la volatilidad de los precios del gas cubriendo con energía verde el 90% de los contratos fijos de los clientes de los principales mercados, frente al 70% de este año. Pero eso requiere inversiones, y no se producirá hasta 2025. Mientras tanto, el riesgo es que a Starace le cueste cumplir sus promesas de dividendos, mientras sus rivales en la transición energética, con menos problemas, se adelantan.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías