Las criptomonedas en el metaverso
Ambas innovaciones resultan compatibles entre ellas y su uso conjunto tiene cada vez más sentido
En medio de la era tecnológica, donde la potencia de los smartphones deja en evidencia a los ordenadores de hace apenas 10 años, un nuevo concepto amenaza con darle la vuelta a todo. Hablamos del metaverso y su irrupción cada vez mayor en diversos ámbitos como el ocio, la medicina o incluso la industria de la moda. Si a esto le añadimos las criptomonedas y su tecnología blockchain, otro de los grandes exponentes tecnológicos más importantes de lo que llevamos de siglo XXI, parece que podríamos estar hablando de la pareja ideal, sin embargo, ¿qué es el metaverso? ¿cómo se relaciona con las criptomonedas?
El metaverso podría definirse como un entorno virtual en el que los usuarios acceden a través de representaciones virtuales de ellos mismos (llamados avatares), y que tiene las siguientes propiedades:
- Interactividad – cada usuario debe poseer capacidad de influencia sobre el entorno y todos los objetos del mismo, así como poder comunicarse con el resto de usuarios. En este sentido, los metaversos no son exclusivos para el usuario, sino que están “compartidos” por toda la comunidad de manera simultánea.
- Incorporeidad – al tratarse de un entorno totalmente virtual, las barreras físicas quedan eliminadas, y nuestra presencia en dicho entorno es posible gracias a los avatares.
- Persistencia – estos entornos no desaparecen una vez que nos desconectamos, sino que se mantienen en el tiempo, de forma que se asemejan más aún al mundo real, y permiten la continuidad de la existencia de los usuarios a lo largo del tiempo aunque no estén siempre conectados.
Desde el entretenimiento y entornos de trabajo virtual, hasta compras en comercios (donde tu avatar se prueba la prenda, y la compras en el mundo real), o incluso asistencia en directo a conciertos sin movernos del salón de casa, el metaverso quiere transformar nuestra forma de realizar múltiples actividades, concebidas originalmente como exclusivamente presenciales. En este contexto, ¿qué pueden aportar las criptomonedas?
En primer lugar, la descentralización. Muchos de los metaversos que se están desarrollando lo están haciendo sobre una base descentralizada, en la que cada usuario tiene el poder de hacer lo que quiera, en base al dinero virtual que posea. Si a esto le añadimos un alto nivel de interoperabilidad entre los distintos metaversos, se presenta un escenario muy apetecible para aquellos que aspiran a que un único avatar pueda participar activamente en distintos metaversos.
Adicionalmente, no se debe olvidar que el metaverso es un entorno virtual, que intenta replicar el mundo real, pero que está construido sobre una base digital. Por ello, parece que una divisa nativamente digital como serían las criptomonedas se presenta como el método de pago ideal en este tipo de entornos. De hecho, la mayoría de metaversos desarrollados hasta el momento han creado su propia criptomoneda o, mejor dicho, su propio token, con el que acceder a los distintos servicios u objetos que se pueden adquirir en ese entorno.
Es por ello que el desarrollo de metaversos, si bien está en una fase aún más incipiente que las propias criptomonedas, puede impulsar ambas innovaciones, dando más sentido aún a la tecnología blockchain, y abriendo todo un mundo de posibilidades. Está claro que el potencial del metaverso y su integración con las criptomonedas está aún por descubrir, pero no deja de resultar interesante la concepción de un mundo en el que actividades tan tradicionalmente presenciales como asistir a un concierto se puedan llevar a cabo desde el salón de casa, con un grado de realidad mucho mayor que el que podíamos imaginar hace unos años.
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