Pamesa emite 150 millones en pagarés en plena convulsión por la crisis energética
Lo hace en pleno impacto por los costes del gas, que han motivado el inicio de un ERE en una fábrica del grupo
El grupo azulejero Pamesa, propiedad de Fernando Roig, ha registrado este jueves en el Marf un programa de emisión de pagarés por 150 millones, en la que es su primera incursión en este tipo de instrumentos de deuda.
Estos podrán tener vencimientos de entre tres días y dos años como máximo, y contarán con nominales unitarios de 100.000 euros. La compañía busca acceder a inversores cualificados para diversificar sus fuentes de financiación, en un momento de dificultades en su negocio por el impacto que los precios de la energía está teniendo en su actividad.
Algo que la compañía azulejera refleja en su folleto de emisión. En él indica que se ve "negativamente afectado ante la escasez y los incrementos en el coste de materiales, materias primas y maquinaria que en la mayor parte de los proyectos son proporcionados por los clientes". Pone como ejemplo las arcillas y feldespatos. En el primer caso, más del 90% procedían en 2021 de otros países, entre ellos Ucrania, aunque apunta a que "durante los últimos ejercicios la diversificación de los proveedores de arcillas y feldespatos para minorar la dependencia de países y agentes concretos con el fin de mitigar este riesgo".
También recuerda que su negocio está expuesto al "suministro, disponibilidad y precio de la energía eléctrica y, en especial, del gas natural, para la realización de sus actividades de fabricación y diseño de productos, incluyendo el uso de maquinaria, así como de combustible para, principalmente, el transporte de materiales".
El sector azulejero está siendo de los más afectados de la industria por el fuerte incremento de los precios de la energía. Una situación de la que no se ha salvado Pamesa. El grupo confirmó a principios de mes la ejecución de un ERE en una de sus filiales, Azulejera Alcorense, que puede llegar a afectar al conjunto de su plantilla, un total de 78 trabajadores de su planta de Almazora, en Castellón. El motivo esgrimido fue "la reciente escalada de los precios del gas y la energía", que es "totalmente inasumible para las industrias gasintensivas, entre las que se encuentra el sector cerámico". Este contexto nos ha llevado a tomar esta decisión que hemos tratado de evitar desde el inicio de esta crisis energética".
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