Ferrovial se lanza a la eólica marina en pugna con Iberdrola, Cobra y BlueFloat
Tramita dos parques con un total de 1.000 MW en aguas de Lugo y Pontevedra
La iniciativa de un parque de 495 megavatios (MW) de potencia instalada frente a las costas de Lugo se ha convertido en la carta de presentación de Ferrovial como promotora de energía eólica marina.
Los papeles fueron remitidos a finales de la semana pasada al Ministerio de Transición Ecológica, siendo registrados el lunes, y a este desarrollo se suma un segundo en aguas de Pontevedra, propuesto inmediatamente después, con idéntica potencia instalada. Con ello, Ferrovial estrena su plan de crecimiento en energías renovables y pone de manifiesto una apuesta decidida por la eólica offshore, donde los pretendidos 1.000 MW gallegos son los primeros del grupo en fase inicial de tramitación.
La firma de infraestructuras entra en la liga de las grandes promotoras de esta fuente de energía renovable. La primera de las instalaciones que recaba ahora las autorizaciones ambientales ha sido bautizada como Celta I.
Distintas promotoras tienen propuestos 3.700 MW eólicos en aguas gallegas
Los dos parques de Ferrovial están entre los seis eólicos marinos candidatos a generar energía limpia en aguas gallegas, donde se suman peticiones de permisos por 3.700 megavatios. Tal volumen contrasta con los 3.000 MW que ha marcado Transición Ecológica como objetivo para 2030 en la Hoja de Ruta para el Desarrollo de la Eólica Marina y de las Energías del Mar.
El mayor proyecto es el parque offshore Nordes, de 1.200 MW, que BlueFloat Energy y Sener buscan construir entre Cedeira y Cariño, en A Coruña. Detrás de este se sitúa la planta Galdwind, por iniciativa de Cobra, con 1.000 MW entre Lugo y A Coruña, donde se plantea la implantación de 68 aerogeneradores. El parque de San Brandán, tramitado por Iberdrola, está diseñado con 490 MW al norte de A Coruña, y el de San Cibrao, también por petición de Iberdrola, parte con la misma potencia instalada (490 MW) y se ha ideado al este del Cabo Ortegal, en Lugo. Estos desarrollos atraviesan distintas fases de tramitación y están pendientes del cupo de megavatios que otorgue el Gobierno en Galicia.
El intento de Ferrovial, en competencia con las citadas Iberdola, Cobra y el tándem que forman BlueFloat (propiedad de la estadounidense 547 Energy y del fondo Quantum Energy Partners) y Sener, se produce cuando el Ejecutivo dice ultimar los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo, documento que fijará las aguas que pueden acoger parques eólicos y que regulará los derechos de uso para la promoción frente a costas españolas. El Gobierno, que ha sido advertido por Bruselas por el retraso acumulado, pretende tener la regulación en pie antes de que concluya el presente ejercicio.
Filial en desarrollo
La firma de infraestructuras que preside Rafael del Pino actúa a través de Ferrovial Infraestructuras Energéticas. Esta última cuelga del área de Infraestructuras Energéticas y Movilidad que dirige Gonzalo Nieto. Los permisos han sido pedidos al Ministerio de Teresa Ribera por el director técnico, César Saiz Payans.
La filial polaca Budimex tantea las oportunidades de inversión en eólica offshore en el mar Báltico
Los parques eólicos offshore que persiguen en Galicia los grandes grupos citados se unen a otros tantos proyectos en fases iniciales localizados en aguas catalanas, andaluzas y canarias. Fuentes cercanas a Ferrovial explican que sus dos iniciativas en Galicia constituyen su primera experiencia en este campo al margen del proyecto piloto de construcción de una plataforma flotante en el País Vasco junto a los socios Saitec y RWE.
Según apunta Economía Digital Galicia, las peticiones frente a costas de A Mariña (Lugo), tienen sentido a la vista de que la conexión de los parques con tierra firme puede realizarse a través de la subestación eléctrica ubicada en la también lucense San Cibrao.
La entrada de Ferrovial en las energías renovables, tras una primera experiencia en fotovoltaica en Sevilla, está relacionada con el nuevo rumbo tomado por la cotizada después de desinversión en el negocio de los servicios urbanos y ambientales. Su inmersión en la eólica marina, en noviembre de 2020, se produjo con la citada ejecución de una plataforma flotante de hormigón a dos millas de la costa de Vizcaya.
Pero Galicia no es el único frente abierto por esta compañía. Al proyecto experimental conocido como DemoSATH, y al intento de promoción en Lugo y Pontevedra, se suma al acuerdo firmado este verano por la filial polaca Budimex con EDF Renewables para invertir en Polonia.
El país del Este se ha abierto a una segunda fase de desarrollo en el mar Báltico, con 11 nuevos emplazamientos en busca de incrementar la autonomía y seguridad energética. El Gobierno polaco se ha marcado el objetivo de la autosuficiencia en el ejercicio 2026 y prevé la instalación de 11.000 nuevos megavatios eólicos offshore.