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La chapuza del Reino Unido refuerza la prudencia fiscal de Meloni

Ha prometido atenerse a la disciplina de la UE, pero sus socios quieren generosos subsidios y recortes fiscales

Giorgia Meloni, el 26 de septiembre, celebrando su victorial electoral en Roma.
Giorgia Meloni, el 26 de septiembre, celebrando su victorial electoral en Roma.reuters

El accidente presupuestario de Gran Bretaña podría ayudar a Italia a mantenerse en el buen camino fiscal. Las turbulencias en los mercados de bonos y divisas obligaron a la nueva primera ministra del Reino Unido, Liz Truss, a dar marcha atrás en parte a un paquete de recortes fiscales sin financiación. La humillante saga debería de ayudar a Giorgia Meloni, favorita para convertirse en la próxima líder de Italia, a hacer frente a las extravagantes peticiones de gasto de sus aliados.

Las primeras semanas de Truss en el cargo han sido un desastre. Su presupuesto procrecimiento, que incluía regalos fiscales por valor de 45.000 millones de libras (51.000 millones de euros) al año, así como subsidios a la energía, hizo caer la libra y llevó los rendimientos de los bonos del Estado a dos años a su nivel más alto desde la crisis financiera mundial.

La caída del mercado es una señal de alarma para Italia, cuya deuda pública se prevé que alcance el 145% del PIB este año, muy por encima de la ratio actual de Gran Bretaña, inferior al 100%. Además, al formar parte del euro, Italia no tiene la opción de devaluar su moneda.

Meloni, que probablemente se convierta en la primera mujer primer ministro de Italia, después de que su partido Hermanos de Italia ganara las elecciones del mes pasado, puede utilizar la situación a su favor. La reformista euroescéptica ha prometido en repetidas ocasiones atenerse a las estrictas normas presupuestarias de la Unión Europea. Sin embargo, sus socios de coalición, la antiinmigración Liga de Matteo Salvini y Forza Italia, del ex primer ministro Silvio Berlusconi, abogan por generosos subsidios energéticos, recortes fiscales y un aumento de las pensiones.

Meloni no puede formar Gobierno sin sus aliados. Pero puede señalar a Gran Bretaña como ejemplo de cómo las políticas presupuestarias imprudentes pueden llevar a una reacción autodestructiva de los inversores. También puede argumentar que el Banco Central Europeo, que ha prometido proteger a los miembros de la zona euro de la especulación indebida del mercado, no salvaría a Italia de la imprudencia fiscal al estilo británico.

La aspirante a primera ministra tiene otras cartas en la manga. Está presionando a Fabio Panetta, miembro del comité ejecutivo del BCE, para que se convierta en el ministro de Economía del país, aunque él se muestra reacio, cuenta a Breaking­views una persona conocedora del pensamiento de Panetta. Elegirle a él o a otra figura igualmente respetada tranquilizaría a los inversores.

Meloni también tiene cierto margen para hacer concesiones presupuestarias simbólicas. Podría recortar un plan de ayuda a la pobreza, ahorrando quizás 5.000 millones de euros, para pagar pequeñas reducciones de impuestos. Mientras tanto, unas previsiones de déficit presupuestario mejores de lo esperado deberían de liberar unos 10.000 millones este año y el siguiente para pagar las subvenciones energéticas.

No será un consuelo para Truss, pero el choque en cadena presupuestario británico puede ayudar a su homóloga italiana a evitar una colisión similar.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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