El rescate energético alemán supera tardíamente a Europa
Equivale de hecho al estímulo fiscal de Reino Unido, con la diferencia de que Berlín puede permitírselo
El canciller alemán, Olaf Scholz, ha eclipsado a otros líderes europeos con un nuevo paquete de rescate energético. Con hasta 200.000 millones de euros destinados, el plan es descomunal, equivalente a más del 5% del PIB nacional. Llega después de otros anteriores que resultaron insuficientes, ya que los precios mundiales de la energía siguen en máximos históricos, y después de que otros Gobiernos de la Unión Europea, y últimamente el Reino Unido, anunciaran sus propios planes. Pero es más audaz y completo que lo que se ha decidido en el resto de Europa.
Los detalles definitivos del “escudo defensivo” de Scholz aún no se han concretado. Pero tanto los hogares como las empresas afectadas por lo que el ministro de Finanzas, Christian Lindner, llama la “guerra energética” con Rusia, se beneficiarán de la generosidad de los contribuyentes.
Los primeros indicios apuntan a que Berlín mantendrá los incentivos para reducir el consumo de energía. El Estado solo pagará la subida de precios de alrededor del 80% de las facturas energéticas, dejando el 20%, a precios de mercado, para que los usuarios lo afronten.
Al igual que en el plan energético del Reino Unido, la incertidumbre estriba en qué ocurrirá cuando se agoten los fondos, si los precios de la energía siguen siendo más altos durante más tiempo. De momento, la escala y la naturaleza de la financiación del plan eclipsan otros esfuerzos europeos. Los 200.000 millones de euros se distribuirán a través de un fondo extrapresupuestario creado durante la pandemia, y sustituirán o anularán algunas medidas anteriores anunciadas por Berlín desde marzo, por un total de 95.000 millones.
Lindner tendrá que dejar de lado su ambición de que Alemania vuelva a una estricta disciplina fiscal a corto plazo, pero afirma que Berlín “no sigue el ejemplo de Gran Bretaña al aplicar una política fiscal expansiva”. La realidad es que el plan del Gobierno equivaldrá de hecho a un estímulo fiscal. Y puede que no sirva de mucho para domar la inflación alemana, que ahora se sitúa en el 11% anual, si desata la demanda en otras partes de la economía.
La principal diferencia con otros países europeos es que Alemania puede permitirse un plan tan enorme. Su amplio margen fiscal facilita el endeudamiento, con una relación deuda/PIB que sigue siendo de solo el 70%, incluso después de tres años de grandes crisis. Los rendimientos de los bonos alemanes a 10 años incluso bajaron al conocerse su mega-rescate, ante la perspectiva de un estímulo. Ojalá Gran Bretaña pudiera decir lo mismo.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías