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Los nudos corporativos pondrán a prueba al próximo Gobierno italiano

Monte Paschi y Telecom Italia serán los problemas más urgentes para los ganadores de las elecciones

Giorgia Meloni, en un mítin en Milán.
Giorgia Meloni, en un mítin en Milán.reuters

El próximo Gobierno de Italia podría tener dificultades para desenredar algunos enojosos nudos corporativos. Giorgia Meloni (Hermanos de Italia) y sus aliados son proteccionistas.

Mario Draghi no logró resolver algunos de los principales dolores de cabeza empresariales. Monte Paschi es el más inmediato. Propiedad del Estado en un 64%, solo vale 300 millones cinco años después de que Roma inyectara 5.400 millones. Los intentos de venderlo a Unicredit fracasaron en 2021, después de que Andrea Orcel, exigiera una inyección estatal de 6.000 millones. El banco toscano está intentando recaudar 2.500 millones para pagar despidos y reducir costes (son el 70% de los ingresos).

Aunque lo consiga, seguirá careciendo de escala y necesitará un comprador. Es poco probable que UniCredit vuelva. Y es posible que los postores extranjeros no sean bienvenidos bajo el patriótico Gobierno de Meloni. Eso deja una fusión con BPM, de 4.000 millones, como el resultado más probable. Pero es menos rentable y tiene un balance más inestable que el de UniCredit, lo que probablemente dé lugar a un banco más débil.

Draghi tampoco consiguió vender la red de telefonía fija de Telecom Italia de 4.000 millones, que pertenece en un 10% al fondo estatal CDP. Su acción, que ha caído un 55% este año, se hundió después de que KKR abandonara una compra por 10.800 millones, y la subida de los tipos agravó su problema de deuda. Quiere vender el control de su red fija a CDP, un plan que Meloni apoya. Pero podría ser caro para los contribuyentes. Vivendi, principal inversor, pide 31.000 millones por el activo, aunque los analistas lo valoran en 20.000 millones en el mejor de los casos.

Incluso si la venta de la red se lleva a cabo, la rama de servicios seguirá teniendo unos 20.000 empleados en un mercado muy castigado. Pero despedir puede ser difícil bajo un Gobierno proteccionista. Además, es más probable que los postores foráneos se mantengan al margen, limitando las posibles ganancias de los cansados inversores de TIM.

Es probable que Meloni descubra que las empresas italianas pachuchas son un hueso duro de roer.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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