ACS encauza una obra de 1.000 millones en discusión con las autoridades de Texas
La constructora se abre al rediseño del puente en el puerto de Corpus Christi para salvar el contrato
La dirección de ACS ha atajado el desencuentro abierto durante meses con el Departamento de Transportes de Texas (TxDOT) por la ejecución de una de las obras de relumbrón del grupo en Norteamérica: la sustitución de un puente en el puerto de Corpus Christi. La Administración llamó la atención a filiales del grupo español por problemas de diseño que podrían derivar en fallas de seguridad, ante lo que las contratistas han defendido su proyecto hasta que la cuerda ha amenazado con romperse. En discusión estaba la necesidad de refuerzos en la cimentación y unidades prefabricadas para garantizar la estabilidad y capacidad de carga.
En los últimos días ha sido el consejero delegado de ACS, Juan Santamaría, quien se ha dirigido al director ejecutivo del Departamento de Transportes de Texas, Marc Williams, para mostrar “buena fe” y total disposición a la búsqueda de soluciones ante las dudas del cliente. La compañía se hizo en mayo de 2015 con el contrato de diseño, construcción y mantenimiento del proyecto US 181 Harbor Bridge Replacement por un importe de 983 millones de dólares (983 millones de euros al cambio actual), de los que 128 millones eran contemplados para el mantenimiento durante 25 años. Este será el mayor puente atirantado de EE UU, calificado por el CEO de ACS como “espectacular y vital para el Estado de Texas”, según se puede leer en una misiva en la que también apela a la “sensatez y respeto mutuo”.
Dragados y Flatiron trabajan sobre el terreno y habían recibido un aviso de incumplimiento el 16 de agosto por parte del TxDOT, que es asesorado en este caso desde 2020 por SYSTRA International Bridge Technologies. Antes del verano se había abonado la disputa entre las partes con un primer aviso de disconformidad a finales de abril, seguido de una orden de suspensión de los trabajos de construcción en el tramo principal a mediados de julio. Ya el 16 de agosto a ACS se le dieron 15 días para rectificar el diseño o perdía el contrato.
Dentro de ese plazo, fue a finales del mes pasado cuando las constructoras se abrieron a considerar posibles defectos de diseño. Un cambio de posición que ha sido remachado por Santamaría, quien ha comprometido ante el TxDOT la disposición del consorcio a correr con los “costes futuros razonables” motivados por el rediseño y a promover un cambio en la manera de hacer de sus equipos que redunde en una mejor relación.
El propio Williams, en nombre de Texas, ha demandado celeridad a ACS, que ya ha puesto sobre la mesa una memoria de actuaciones con su cronograma. Las partes tienen ahora conversaciones abiertas y Santamaría ha reclamado la paralización de los trabajos de la Junta de Revisión de Disputas mientras se logra un acuerdo. La Administración trata de minimizar retrasos y evitar sobrecostes, mientras que la compañía tiene el empeño de finalizar la obra.
El New Harbour Bridge es una infraestructura vital en el entorno del puerto de Corpus Christi, uno de los cinco grandes de EE UU por volumen de carga.
Infraestructura de récord
El proyecto. ACS se encarga de construir el nuevo puente que atraviesa el canal de entrada al puerto texano de Corpus Christi, ubicado en el Golfo de México, además de acometer mejoras en las autopistas US 181, I-37 y SH-286. El paso atirantado tendrá seis vanos y una luz máxima de 504 metros en el central. El gálibo previsto es de 62 metros para permitir el paso de megabuques.
Autoras. El diseño del puente fue iniciado por la ingeniería estadounidense Figg y rematado por el tándem formado por Arup y CFC, después de que la primera fuera vetada por el Departamento de Transportes en enero de 2020. Las constructoras han requerido a sus dos ingenierías que trabajen en las reformas demandadas por las autoridades texanas.