El Ibex pierde el 1,09% y sucumbe a los temores de recesión
Retrocede hasta los 8.338,1 puntos y pierde el 0,74% semanal, poniendo fin a la racha de cuatro semanas seguidas al alza
Las Bolsas se han ensombrecido esta semana. La racha alcista que han acumulado en el último mes invitaba a pensar que la renta variable podía haber tocado fondo, en la esperanza de que el alza imparable de la inflación hubiera tocado techo. Pero esa remontada se ha frenado y bien podría quedar en un espejismo si se cumple el guion que en los últimos días han apuntado los bancos centrales y sobre el que advierten con insistencia numerosos expertos, el de que aún es pronto para que la inflación dé tregua y que septiembre bien puede ser de nuevo un mes de intensas alzas de tipos de interés.
Las Bolsas europeas y estadounidenses han concluido la semana con pérdidas y rompen así con la racha de semanas consecutivas al alza que acumulan desde julio. El Ibex ha cerrado con un retroceso del 0,74% semanal, apuntalado por el descenso del 1,09% en la sesión del viernes. Las pérdidas llegaron a superar el 1,2% en los minutos previos al cierre, más volátil de lo habitual por el de vencimiento mensual de derivados, pero se contuvieron ligeramente. El selectivo eja atrás cuatro semanas previas de ascensos, en los que ha llegado a recuperar la cota de los 8.500 puntos. Hoy viernes cierra en los 8.338,1
En el Ibex, las mayores caídas de este viernes se concentraron en IAG, que perdió el 5,48% tras confirmarse la huelga de tripulantes de cabina de Iberia Express. ArcelorMittal retrocedió el 4,95% y Sabadell y BBVA cayeron más del 3%. Los valores más castigados fueron en definitiva los más cíclicos, los más sensibles al riesgo creciente de recesión. Por el contra, el valor más alcista del día fue Solaria, con un alza del 1,13%
La última sesión de la semana fue generalizada de pérdidas en los índices europeos, que se amplificaron con las ventas en Wall Street. La Bolsa neoyorquina también apunta a un cierre semanal en rojo, aunque con retrocesos más leves que los europeos. En Europa, la mayor caída semanal es para el Dax alemán, sobre el que pesa el creciente impacto en la economía de los cada vez más altos precios de la energía. Este viernes se conoció el incremento récord de los precios de producción alemanes en julio, que se han disparado el 37,2% anual, a un ritmo sin precedentes. Frente al mes de junio, el alza del 5,38%, también la mayor de la serie histórica.
El dato de IPC de EE UU de julio –más moderado de lo previsto y menor al de junio, aunque aún en el 8,5%– había avivado la apuesta por que la Fed pudiera aflojar un poco el ritmo de las alzas de tipos, con un incremento en septiembre de 50 puntos básicos y no de 75. Pero la publicación este miércoles de las actas de la pasada reunión de julio han desinflado esa expectativa. El documento no deja claro cuál será el próximo movimiento de la Fed pero sí su firme compromiso en combatir la inflación y su convicción en que todo irá dependiendo de los indicadores económicos. Es decir, del dato de IPC de agosto en EE UU que se conocerá el 13 de septiembre.
Por su parte, el BCE ya ha sugerido esta semana, a través de Isabel Schnabel, miembro de su ejecutiva, que la preocupación por la inflación sigue siendo igual de viva que en julio, abriendo así la puerta a otra subida de tipos en septiembre de medio punto. En definitiva, más alzas de tipos a ritmo rápido para intentar frenar una inflación que ya pesa en las economías y amenaza claramente con llevarlas a la recesión.
Tras el freno registrado en la semana, desde Link Securities dudan de la reanudación de las subidas. “Vemos muy complicado que las Bolsas puedan seguir escalando posiciones en el corto plazo sin antes hacer un alto en el camino que podría conllevar alguna pequeña corrección en las próximas semanas. Más a medio plazo, seguimos pensando que será la evolución de la inflación la que determine la tendencia”, señala la firma.
Desde Bank of America insisten en su visión negativa sobre la renta variable europea. Avisan que la remontada de las últimas semanas, que había permitido a los índices recuperar casi lo mitad de lo que habían perdido en el primer semestre, se ve enturbiada por el debilitamiento global de la economía y el retraso inevitable del efecto de las alzas de tipos de la Fed, cuyos frutos no van a ser inmediatos.
En el mercado de deuda, las rentabilidades se han tensionado de forma notable en la semana. En parte por el éxodo desde posiciones de riesgo hacia la deuda soberana y en buena medida, por la expectativa de que los bancos centrales volverán a elevar tipos con intensidad en septiembre. El rendimiento del bono alemán se sitúa en el 1,23% y el del bono italiano, en el 3,5%, niveles no vistos desde el 21 de julio, jornada en que el BCE elevó tipos y anunció su programa de contención de las primas de riesgo. El rendimiento de la deuda española a 10 años ha subido al 2,39% y el bono de EE UU roza ya el 3%.
La próxima semana dejará ya indicadores de calado para los inversores, con la publicación de los primeros datos preliminares de agosto. El martes se conocerán los PMI manufactureros y de servicios de este mes en Estados Unidos y en la zona euro, aunque el plato fuerte llegará el viernes, con la conferencia del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, en el simposio anual de banqueros centrales de Jackson Hole. Su discurso será probablemente la principal referencia de cara a la siguiente reunión de la Fed del 21 de septiembre. “Parece probable que Powell subraye la necesidad de que la Fed se mantenga especialmente firme en su combate contra la inflación, más allá de los posibles riesgos de recesión que ello implique. De confirmarse nuestra expectativa, se reforzará el sesgo a la baja para los riesgos de la renta variable”, advierten desde Macroyield.