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Infraestructuras

Abertis pedirá unos 200 millones en Brasil por la inviabilidad de una concesión

La reversión pactada de la autopista Fluminense deja inversiones sin amortizar

Tramo de la autopista BR-101 o Fluminense, operada por Abertis en Brasil.
Tramo de la autopista BR-101 o Fluminense, operada por Abertis en Brasil.
Javier Fernández Magariño

La operadora de autopistas Abertis tiene vencida una de sus grandes concesiones federales en Brasil sin que se hayan amortizado cuantiosas inversiones, ante lo que aspira a una compensación cercana a los 200 millones de euros.

La reversión anticipada de la autopista Fluminense (BR-101/RJ) a la Agencia Nacional de Transporte Terrestre (ANTT), y con visto bueno del Ministerio brasileño de Infraestructuras, se enmarca en un proceso negociado o amistoso, regulado por ley, a la vista de que contaba aún con plazo de explotación por delante. La gestión de este activo concedido por la Administración de Lula da Silva comenzó en el ejercicio 2008 y abarcaba un periodo de 25 años, hasta 2033.

La decisión de salida de la compañía se fraguó en plena pandemia, entre los años 2020 y 2021, siendo aceptada por el Estado a la vista de que los términos del contrato de explotación hacían ya inviable el equilibrio financiero del mismo.

Arteris tiene nuevos términos de explotación mientras se relicita la Fluminense

Antes de que el problema se convierta en una bola difícil de digerir desde el punto de vista financiero, Abertis y la Administración decidieron parar, han replanteado este verano los términos de concesión de la infraestructura para un periodo transitorio y se iniciarán los trámites para un nuevo concurso.

Abertis, a través de su filial Arteris, se mantiene al frente de la operación durante este periodo provisional, previsto hasta marzo de 2024 y con posible prórroga, para que la Fluminense vuelva a ser adjudicada al sector privado.

Fue el pasado 15 de junio cuando la Agencia Nacional de Transporte Terrestre (ANTT) firmó un acuerdo con Arteris para reformar el contrato de explotación, con un alza tarifaria del 8,2%. Se buscó mantener activa la infraestructura, todos sus servicios e incluso un calendario de inversiones necesarias hasta que se produzca la nueva concesión.

Tras este acuerdo, la subsidiaria brasileña de Abertis, en la que también participa el fondo Brookfield, hace valer el derecho a la liquidación, que sería recibida al final del actual periodo de transición de manos de la autoridad concedente.

Brasil permite las reversiones a petición de las operadoras por causas económicas

La cifra de inversión no amortizada a través de las tarifas asciende, al pasado 30 de junio, a 1.002 millones de reales (unos 192 millones de euros), según reflejan documentos públicos de la operadora de autopistas, pero este importe está aún por determinar una vez que se complete el proceso de devolución del activo al Gobierno de Jair Bolsonaro.

Una de las cinco federales

La Fluminense tiene un trazado de 322 kilómetros entre las regiones Sudeste y Sur de Brasil, enlanzado las ciudades de Niterói y Campos de Goytacaces. La intensidad de vehículos diarios alcanza los 110.000, y en su entorno viven 8,5 millones de personas, en localidades como Conceição de Macabu, Quissamã, Carapebus, Macaé, Rio das Ostras, Casimiro de Abreu, Silva Jardim, Rio Bonito y Tanguá.

Arteris, que fue tomada por Abertis en 2012 de manos de OHL, tiene en operación cinco autopistas federales y dos estaduales. Las primeras son Planalto Sul, Fernao Días, Regis Bittencourt, Litoral Sul y la Fluminense, mientras que las gestionadas para el Estado de Sao Paulo son Intervías y Vía Paulista. En total administra 3.200 kilómetros, de los 7.800 que explota Abertis, y da trabajo a 4.400 personas. Con estas cifras y un tráfico que en 2021 ya superó al de 2019, Brasil es uno de los principales mercados internacionales de Abertis, quinto por generación de ebitda (256 millones en 2021) tras Francia, España, Chile y México.

Pese a ser excluida de Bolsa en 2016, Arteris se ha mantenido activa en los mercados con la emisión de bonos a través de sus ditintas sociedades concesionarias, como fueron Litoral Sul e Intervías el pasado ejercicio. Arteris colocó deuda por cerca de 500 millones en 2021.

La brasileña tiene invertidos más de 20.000 millones de reales en mejoras en sus autopistas (unos 3.840 millones de euros) y presenta compromisos de inversión por otros 12.000 millones de reales (unos 2.300 millones de euros).

Un negocio bajo lupa

Tasación. Los dos accionistas de Arteris, Abertis y Brookfield, tienen contratado a Morgan Stanley para valorar la compañía, lo que podría llevar a cambios en la estructura accionarial. De momento, la española no ha manifestado intención alguna de desinvertir.

Control directo. El consejero delegado de Abertis, José Aljaro, vigila de cerca los movimiento de Arteris como consejero de la brasileña y presidente de la sociedad Partícipes en Brasil, a través de la que la concesionaria catalana tiene su participación. Como presidente y ditector general de Arteris figura Sergio Garcia, quien tomó el relevo de André Dorf en abril del año pasado y previamente fue responsable de las autopistas federales del grupo desde 2018. El brasileño Garcia forma parte del equipo directivo del grupo Abertis, que encabeza Aljaro.

Desarrollo. Brasil fue el principal destino de las inversiones de Abertis el año pasado, pese a que la compañía se ha mostrado pasiva en los distintos procesos de licitación en el país. De los 634 millones invertidos en 2021, 282 millones fueron a ampliaciones y mejoras especialmente en las autopistas federales y en Vía Paulista.

Sobre la firma

Javier Fernández Magariño
Es redactor de infraestructuras, construcción y transportes en Cinco Días, donde escribe desde junio de 2000. Ha pasado por las secciones de Especiales, Cinco Sentidos, 5D y Compañías siguiendo la información de diversos sectores empresariales. Antes fue locutor de informativos en la Cadena Cope, además de colaborar en distintos medios de Madrid.

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