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Ulrich Körner, experiencia en recortes para Credit Suisse

Tras 12 años en UBS volvió hace uno a la que fue su casa durante 20, y se estrena como CEO

Ulrich Körner, nuevo consejero delegado de Credit Suisse.
Ulrich Körner, nuevo consejero delegado de Credit Suisse.

Ulrich Körner (Alemania, 1962) es desde el día 1 el nuevo consejero delegado de Credit ­Suisse. Su nombramiento llega después de que el anterior jefe, Thomas Got­tstein, dimitiese tras presentar pérdidas por valor de 1.866 millones de francos suizos (1.904 millones de euros) en el primer semestre.

Körner, de nacionalidad germano-suiza, asistió a la escuela primaria en Alemania, en concreto al Staatliches Ludwigsgymnasium de Saarbrücken, ciudad limítrofe con Francia, y con 17 años ingresó en el Lyceum Alpinum Zuoz, uno de los colegios internacionales suizos de mayor prestigio. Ubicado en un hermoso paisaje alpino cerca de la localidad de St. Moritz, su filosofía se basa en la tradición y la innovación, y promueve “la importancia suprema del aprendizaje permanente”. Körner continúa ligado al centro como vicepresidente de su consejo de administración.

Tras tres años de internado, eligió la Universidad de St. Gallen, especializada en negocios, para estudiar ADE, formación que completó con un doctorado en el mismo centro. Su carrera profesional comenzó en 1989 como auditor en la sede de Zúrich de Price Waterhouse. Tras cuatro años, dio el salto a McKinsey como consultor de gestión. Allí supervisó importantes programas de reestructuración. El más importante de ellos fue la integración de Volksbank en Credit Suisse, una operación que llamó la atención del banco suizo, que, finalmente, en 1998, decidió contratarle como director financiero para Suiza, posición que implicaba ser miembro de su junta ejecutiva.

Dos años más tarde fue nombrado director general de tecnología y servicios, y en 2002 ascendió a jefe financiero del grupo. Fue también CEO para Suiza, cargo que compaginaba con el de responsable de la gestión de activos y del negocio de clientes privados y corporativos dentro de la división de banca privada. Al frente de Suiza, era responsable de 20.000 empleados, y de la generación de un tercio de los resultados de todo el grupo.

En 2009, UBS llamó a su puerta y fue nombrado director de operaciones del grupo y CEO de su centro corporativo, además de ocupar una de las cinco sillas de su junta ejecutiva. Su ascenso continuó en 2011 como CEO de UBS Europa, Oriente Próximo y África, cargo que compaginó desde 2014 con el de director general de gestión de activos, hasta que en 2019 fue nombrado asesor sénior de Sergio Ermotti, en aquel entonces CEO de UBS. Participó en el relanzamiento de la firma tras la crisis financiera de 2008.

Pero en 2021 Credit Suisse volvió a reclamar sus servicios, para ofrecerle la dirección ejecutiva de Credit Suisse AM (gestión de activos). De hecho, su cargo en la gestora lo compaginará con el de consejero delegado hasta que se determine su sucesor. Según Reuters, Axel Lehmann, presidente de la entidad desde el pasado enero, tiene clara la misión de Körner: quiere que acelere las cosas y recorte costes por debajo de los 16.100 millones de dólares (15.600 millones de euros), frente a la tasa anualizada de 17.500 millones (17.000 millones) de este año. Reuters asegura que para ello se centrará en los servicios de asesoramiento, en fusiones, por ejemplo, en lugar de los negocios intensivos en capital, como el trading de créditos, que tienen poca relevancia para los clientes patrimoniales.

De hecho, se trata de una estrategia similar a la que UBS inició en octubre de 2012, cuando Körner ostentaba el cargo de CEO de EMEA, y a la que se denominó “aceleración estratégica desde una posición de fuerza”. Ermotti se comprometió en aquel momento a eliminar unos 90.000 millones de dólares (87.100 millones) de activos ponderados por riesgo en banca de inversión, es decir, el 57%, principalmente en el trading de renta fija. Al verano siguiente, el banco había recuperado una cotización que superaba su valor contable tangible, lo que indicaba que los inversores creían que podía obtener una rentabilidad respetable.

El reto no será fácil. Pese a ser una persona superinteligente, según su entorno, y un excelente conocedor del negocio bancario y un líder veterano, nunca ha dirigido un banco de inversión, a diferencia de Ermotti en su momento. Además, el contexto se presenta más complicado que entonces. Según los analistas de Citigroup, mientras que en 2012 los ingresos de renta fija de los bancos crecieron y las comisiones por fusiones y por colocaciones se quedaron planas, ahora algunas de las divisiones clave de Credit Suisse, como el trading de créditos y las finanzas apalancadas, están cayendo en picado. Por otro lado, la debilidad de los mercados implica que el golpe a los ingresos por el abandono del negocio podría ser más fuerte. Eso, sin contar que puede que Körner encuentre menos compradores para las exposiciones de las que quiere desprenderse, como el negocio de productos titulizados, con 20.000 millones de dólares (19.400 millones de euros) de activos ponderados por riesgo.

De momento, según Bloomberg, la entidad está estudiando la posibilidad de recortar miles de puestos de trabajo en todo el mundo. Horas después de conocerse la noticia, Fitch recortó su calificación y mantuvo una perspectiva negativa para el banco, uniéndose a Moody’s, que a principios de este mes ya había rebajado su rating. Bloomberg afirma, además, que los planes del banco se llevarán a cabo en los próximos dos meses y que está prestando especialmente atención a sus ineficiencias en middle office y back office.

Körner y su familia están fuertemente arraigados en Engadina, un valle alpino del extremo oriental del cantón de los Grisones, al este de Suiza. Hoy disfruta practicando el senderismo y el esquí. Desde el banco lo describen como “padre abnegado de tres hijos”;

Según el periódico suizo Neue Zürcher Zeitung, banqueros y colegas afirman que, aunque en una primera impresión Körner puede parecer abusivo o arrogante, esa imagen se desvanece rápidamente al conocerle. De él también dicen que es agradable en el trato y que sabe escuchar. Unas cualidades de las que deberá dar cuenta en los próximos meses, dada la fuerte reducción de costes que tiene que implantar en el banco suizo.

La empresa

Credit Suisse registró pérdidas de 1.904 millones de euros en los seis primeros meses de 2022, frente al beneficio de 1,02 millones de la primera mitad del año anterior. Su cifra de negocio entre enero y junio se situó en los 8.221 millones, lo que supone una caída interanual del 36,4%.

La entidad cuenta con dos divisiones diferenciadas: banca privada y banca corporativa de mercado. Presente en 50 países, a finales de junio contaba con 51.410 empleados alrededor del mundo.

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