_
_
_
_
Crónica de la Bolsa

La Bolsa firma su tercera semana consecutiva al alza y se sobrepone a las alertas de recesión

El mercado empieza a poner en precio una subida de 75 puntos en EE UU ante la fortaleza del empleo

Las principales Bolsas a 5 de agosto

El dato de empleo de EE UU no sirvió para sacar a los inversores de la indefinición. Aunque las Bolsas lograron firmar su tercera semana consecutiva al alza, el viernes la indecisión marcó el compás de los mercados. El Ibex 35 logró escapar a las ventas y con la ayuda de los bancos y Telefónica concluyó la jornada en tablas (0,08%), un comportamiento que en la semana se traduce en una subida del 0,14%. El selectivo español se acerca paso a paso a la barrera de los 8.200 puntos cota que llegó a superar en niveles intradía a lo largo de las últimas jornadas.

La banca protagonizó las mayores subidas de la semana. Sabadell lideró las ganancias con un repunte del 5,67%. Un escalón por debajo se situó Bankinter (5%) y cerrando el pódium BBVA (2,8%). CaixaBank y Santander no escaparon a las compras. La entidad que preside Ana Botín se revalorizó un 2,5% mientras que CaixaBank se anotó un 2,8%. Mapfre, la seguradora que forma parte del Ibex, repuntó un 3%. El comportamiento del sector financiero se enmarca dentro del contexto de subida de las rentabilidades de la deuda al calor de la normalización monetaria.

En el lado opuesto se situó Naturgy. La gasista, que aplaza la presentación de las cuentas del primer semestre por una sentencia desfavorable en Argentina, fue uno de los valores más castigados en la sesión tras sufrir una caída del 2,65%, descensos que en la semana se amplían al 6,39%. Indra bajó un 4,83% y Cellnex, un 4,5%.

Aunque el viernes las ventas se impusieron en la mayoría de los índices, las Bolsas europeas logran encadenar su tercera semana consecutiva al alza, algo que en mercados como español e italiano no sucedía desde mayo mientras que en índices como el Dax hay que remontarse a comienzos de año. El Mib italiano suma un 0,81%; el FTSE británico, un 0,22% y el Dax alemán, un 0,67%. Mejor desempeño aún fue el que registró el Cac francés, que registra una subida del 0,37% y suma cuatro semanas en positivo, algo que no se veía desde finales del año pasado.

Solo Wall Street se desmarca de esta tendencia. La fortaleza mostrada por el mercado laboral no sirvió de esta vez de catalizador para prolongar las subidas. Aunque EE UU entró en recesión técnica en el segundo trimestre, el mercado laboral aún no lo ha notado. Durante el mes de julio, la economía estadounidense creó 528.000 empleo, más del doble de lo esperado por los analistas (250.000) y muy por encima de los 398.000 puestos de trabajo del mes pasado. Con estos datos, la tasa de paro cae al 3,5%, niveles de febrero de 2020 antes del estallido de la pandemia cuando registraba mínimos de cinco décadas. La creación se empleo ha venido acompañada de un crecimiento salarial. En tasa interanual este indicador repunta un 5,6%, lo que añade presión a los precios.

Junto con la inflación, el mercado laboral es el indicador de referencia para la Reserva Federal a la hora de ajustar la política monetaria. Con una inflación en máximos de 40 años y una tasa de paro en zona de mínimos históricos, el banco central de EE UU tiene argumentos para seguir subiendo los tipos al ritmo que lo ha venido haciendo en las últimas reuniones para devolver los precios al objetivo del 2%. La moderación en el ritmo de las subidas, unas de las razones que había venido impulsando la remontada de las Bolsa en las últimas semanas, se desvanece. De hecho, el mercado ha empezado a poner en precio la posibilidad de que en septiembre el comité acuerde una tercera subida de las tasas de 75 puntos básicos. Al cierre de los mercados europeos Wall Street registraba un comportamiento mixto en el balance semanal. El Dow Jones cedía un 0,65% mientras el Nasdaq avanzaba un 1,6% y firmaba su tercera semana consecutiva en positivo, algo que no se veía desde el pasado mes de marzo. Mejor desempeño aún es el comportamiento que registra el índice mundial MSCI World, que ronda máximos de dos años.

A pesar del alto en las subidas que hicieron el viernes la mayoría de las Bolsas Jesús Sáez, director de mercados de capitales para Iberia de Natixis, considera que la recuperación que experimentan los índices desde los mínimos de junio son una muestra de que el mercado aún no ha puesto en precio las alertas de recesión, la inversión de las curvas de deuda, las tensiones geopolíticas con Ucrania y Taiwán en la diana así como los problemas propios de cada país como la inestabilidad política Italia o Reino Unido. Después de confirmarse la entrada en recesión de EE UU, el jueves el Banco de Inglaterra alertó de que en el cuarto trimestre la economía británica entraría en recesión, un escenario que espera que se prolongue en 2023, lo que la convertiría en la mayor desde la crisis financiera de 2009.

Con un contexto tan incierto como telón de fondo, día a día crece el número de firmas de análisis que cuestionan la durabilidad del rebote. Los estrategas de Bank of America creen que los indicadores macroeconómicos continuarán debilitándose y rebajan de neutral a negativa su recomendación sobre las acciones europeas. Los expertos de la entidad estadounidense estiman que el Euro Stoxx 600 caída un 10% adicional y atrasan al primer trimestre de 2023 el momento propicio para entrar en Bolsa a precios reducidos.

En la misma línea se mueven los analistas de Goldman Sachs y Bernstein. A la debilidad macroeconómica los expertos añaden la reducción de las estimaciones de beneficios de las empresas. Aunque tal y como ha demostrado la temporada del segundo trimestre las empresas y muy especialmente las estadounidenses han logrado resistir el repunte de la inflación y la desaceleración económica, para los próximos meses los expertos prevén una rebaja de las proyecciones. Esto provocará una caída en las Bolsas a corto plazo. Más optimistas se muestran desde el departamento de análisis de Bankinter que a corto plazo elevan la exposición a las Bolsas. No obstant,e aconsejan porque el contexto no está “exento de riesgos”.

Las expectativas de que la Reserva Federal prosiga en su estrategia de acelerar la subida de tipos se dejaron sentir con mayor intensidad en la renta fija. Las rentabilidades de la deuda, que en las últimas semanas habían acentuado las caídas ante la posibilidad de que los bancos centrales ralentizaran la normalización monetaria para limitar la erosión de la economía, retomaron la tendencia alcista en la recta final de la semana. El bono español a 10 años sumó 12 puntos básicos en la semana, la mayor subida desde comienzos de julio, y volvió a superar la barrera del 2%. Mayor intensidad es la reflejó la deuda alemana que a duras penas se mantiene por debajo del 1% mientras la italiana, que ha venido sufriendo el impacto de inestabilidad política, se mantiene sin cambios en el 3%.

Más intensa fue el repunte de las rentabilidades registrado por la deuda estadounidense. Con las expectativas de que la Fed vuelva a subir los tipos en 75 en septiembre el bono a 10 años sumó 20 puntos básicos en la semana hasta el 2,85%. A pesar de este ascenso, la deuda a dos años sigue pagando más (3,24%). El diferencial entre ambas referencias se sitúa en los -39 puntos básicos, niveles no vistos desde el año 2000.

Los temores de recesión se dejaron sentir en el mercado de materias primas. En una semana en la que la OPEP+ ha acordado elevar la producción el Brent retrocede un 13%, la mayor caída desde abril. El crudo de referencia en Europa, que esta semana cayó de los 100 dólares, se sitúa en los 95, mínimos de antes del inicio de la guerra en Ucrania. A pesar del respiro que ha experimentado en las últimas jornadas, los estrategas de Bank of America no descarta que el crudo vuelva a subir a los 130 dólares si EE UU y la UE limitan el precio del petróleo ruso. De ser así el Kremlin reduciría su producción y elevaría de tono las tensiones energéticas.

Archivado En

_
_