El avance de la banca no logra contener la caída del Ibex tras la contundencia de Lagarde
El selectivo retrocede un 0,2% y se aferra a los 8.000 puntos
Muchos inversores se han ido de vacaciones y aunque los volúmenes de negociación han empezado a moderarse, la agenda está repleta de citas de gran calado. Un buen ejemplo fue la situación a la que tuvo que hacer frente hoy el mercado, una jornada marcada por la primera subida de tipos en 11 años en la zona euro, la crisis política en Italia y las tensiones geopolíticas con la energía como principal arma. Aunque la banca brilló con luz propia, el Ibex 35 no logró escapar a las caídas. El selectivo español, que en niveles intradía avanzó un 0,96%, concluye con una caída del 0,2%. A pesar de este descenso la Bolsa española logró aferrarse a los 8.000 puntos.
La mayor contundencia mostrada por Christine Lagarde sirvió de impulso a los bancos. Las expectativas de unos mayores ingresos al calor de la normalización monetaria se dejaron sentir en las entidades en general y muy especialmente entre las firmas domésticas, las más dependientes de los tipos de interés. Con un alza del 5,59% Bankinter lideró las ganancias del Ibex. Además de por las subidas de tipos las ganancias de la entidad que preside María Dolores Dancausa obedecieron a las cuentas del primer semestre, periodo durante el cual ganó 271 millones de euros, un 11 % más que un año antes.
No muy lejos se situaron el resto de entidades. Sabadell sumó un 2,64%; CaixaBank, un 2% mientras BBVA avanzó un 0,73%. Solo Santander se desmarcó de las ganancias con una caída del 0,3%. En el lado de los recortes Meliá (-3,08%), Repsol (-2,56%) y Telefónica (-2,32%) se llevaron la peor parte.
El comportamiento de los integrantes del Ibex 35 se mantuvo en línea con el registrado por los sectores en Europa. Las cotizadas vinculadas al turismo (-1,91%) y las energéticas (-1,67%) se llevaron la peor parte, mientas el sector financiero (2,26%) y las firmas tecnológicas (2%) lideraron las ganancias.
La pérdida de impulso no fue una caracterítica exclusiva de la Bolsa española. El resto de índices europeos experimentaron pocos movimientos a excepción del Mib italiano (-0,7%) que cotizó la dimisión de Mario Draghi. El Dax alemán bajó un 0,27% mientras el Cac francés sumó un 0,27% y el FTSE británico concluyó en tablas.
Andrew Mulliner, director de estrategias agregadas globales en Janus Henderson, señala que la debilidad que mostró el mercado se debe a la negativa de Christine Lagarde de dar detalles sobre la intensidad de las próximas subidas. “Aunque los mercados se sorprendieron inicialmente por la magnitud de la medida, el alejamiento de las orientaciones futuras para la reunión de septiembre actuó para amortiguar la respuesta del mercado. El reconocimiento de las difíciles perspectivas de crecimiento, junto con las perspectivas de inflación, marca una postura más matizada de lo que quizás haya sido notable por parte del BCE en anteriores conferencias de prensa”, remarca.
Al otro lado del Atlántico, los mercados lo tuvieron más claro. El Dow Jones subió un 0,51%, el S&P cerró con una subida de casi un 1%, mientras que el el Nasdaq se revalorizó un 1,36%. A menos de una semana de conocer la decisión de la Reserva Federal, la referencia de la jornada la marcó el dato de empleo. La semana pasada las peticiones de subsidio alcanzaron las 251.000 solicitudes, 7.000 más que la semana anterior y lejos de las 240.000 que esperaban los analistas.
Junto a las referencias macroeconómicas y las decisiones de política monetaria la energía ocupó un papel protagonista. Un día después de que la Comisión Europea presentara el plan de ahorro energético para reducir la dependencia del gas ruso, Moscú reanudó el bombeo a través del gasoducto Nord Stream 1. La vuelta de la actividad se limitó al 30% de la capacidad.