De sede del Banco Santander en Bilbao a hotel de lujo
Radisson Collection inaugura su segundo alojamiento prémium en España Con 137 habitaciones, una terraza y un restaurante japonés que firma Eneko Atxa
El edificio de estilo neoclásico, en la elegante Gran Vía de Bilbao, albergó inicialmente la sede del Banco Hispano Americano, obra concebida en 1952 por el arquitecto Manuel Ignacio Galíndez, con dos fachadas con un orden jónico inmenso que abarca cuatro alturas, con un ático y sobreático de grandes proporciones. Posteriormente, el inmueble acogió la sede del Banco Santander, que todavía ocupa parte de la planta baja. En el resto del imponente edificio se ha instalado el grupo hotelero Radisson, que ha elegido Bilbao para abrir su segundo alojamiento en España –el otro se encuentra en Sevilla– bajo el sello Radisson Collection, la marca más prémium de la compañía.
El interior, alejado de toda pomposidad, lo firma el estudio dAAr Arquitectura, que emplea una paleta bien definida de materiales con la que crea una elegancia discreta con elementos como el mármol, la piedra natural, la madera de nogal y una gama cromática en elegantes tonos tierra en espacios públicos, siendo la procedencia de los componentes en su mayoría de origen local. Su obsesión: que los materiales envejezcan bien, que con el paso del tiempo ganen belleza y sigan brillando con la luz que les otorga el brillo del latón. Las piezas decorativas son contemporáneas y se han combinado con algunos iconos del diseño como puede ser la butaca Pacha de Pierre Paulin. El estilo lo definen como un art déco renovado, de inspiración escandinava con toques japoneses, algo que también se plasma en el restaurante principal, NKO, situado en la ya concurrida terraza, un pulmón abierto en la discreta azotea, donde el cocinero Eneko Atxa, propietario a su vez de Azurmendi (Larrabetzu, Bizkaia), ofrece una fusión de cocina vasca y japonesa.
Nada más entrar, sorprende el amplio lobby, que pretende ser un punto de encuentro para los huéspedes, con un mostrador de latón que contrasta con una atmósfera sobria y elegante, que se combina con tonos azules cantábrico, los mismos que predominan en los textiles y en las paredes del resto de las estancias.
Cuenta con 137 habitaciones –incluidas las dos suites de la última planta, con terrazas privadas con jacuzzi y vistas a la ciudad– repartidas en las seis plantas que tiene el edificio, que dispone de un amplio gimnasio y un exclusivo spa con piscina cubierta con cascada y un estudio de yoga –estos tres últimos espacios se prevé que abran en los próximos meses–. El precio de la habitación, a partir de 200 euros.
La sostenibilidad está presente en el edificio, que ha recibido la certificación LEED (Leadership in Energy and Environmental Design) Platinum por ser una construcción verde que consume un 47% menos de energía y un 40% menos de agua comparado con edificios similares. También ha conseguido el reconocimiento de LEED Innovation por crear un walkable project site, esto es, un concepto que incorpora elementos de diseño que promueven formas de transporte no motorizadas entre el hotel y sus alrededores a pie, en bicicleta o en patinete.
Esta apertura coincide en el tiempo con la celebración este año del 25º aniversario de la apertura del Museo Guggenheim, uno de los referentes de la ciudad, que ha colocado a Bilbao en el mapa turístico internacional.