La resaca de la pandemia empuja a los equipos de LaLiga a un mercado de fichajes de mínimos
Las pérdidas y los escasos ajustes salariales obligan a muchos a vender para poder comprar Los controles limitan la capacidad de inversión pero evitan desequilibrios
Con el 1 de julio comenzó una nueva temporada, un nuevo ejercicio contable y un nuevo periodo de fichajes para los clubes profesionales del fútbol español. Un año para el que se espera cierta normalización del negocio tras dos temporadas y media afectadas por el Covid-19, que ha provocado unas pérdidas acumuladas en ese tiempo de cerca de 1.200 millones.
De ellos, 892 corresponden a la 2020-2021, jugada sin público. Aunque más de la mitad de esos números rojos los generó el FC Barcelona, solo 12 de los 42 clubes de primera y segunda cerraron ese año en beneficios. Para la temporada recién acabada, LaLiga estimaba unas pérdidas de 297 millones, que pueden ser menores tras los 207 millones recibidos por los culés tras vender el 10% de sus derechos audiovisuales.
Con una deuda en 1.950 millones, y unos ingresos que aún no han recuperado la normalidad, se abre un mercado de fichajes de estrecheces. Unos 14 equipos profesionales excedían los límites salariales impuestos por LaLiga en primavera, cuando remitieron sus presupuestos de cara a la nueva temporada. Estos pueden variar cada día, pero la situación actual se mantiene en esas cifras. Y los que no están excedidos, deben medir al máximo sus movimientos.
Factores
Varios motivos llevan a esta situación. El principal, los menores ingresos. Al cierre de la última temporada, la facturación total seguía un 20% por debajo de los de la 2019-2020, que hasta su último tercio se desarrolló con normalidad y superó los 5.000 millones por primera vez. Los ingresos ordinarios (televisión, publicidad, taquilla...) ya se acercan a niveles pre Covid, pero otra vía clave de la facturación, como la venta de futbolistas, ha caído a la mitad.
“La crisis ha degradado ostensiblemente a escala europea una dimensión critica de la actividad, como es el mercado de jugadores”, dice el presidente de LaLiga, Javier Tebas, en el último informe económico de la competición. Ese mercado permitía a los equipos obtener “importantes ingresos”, y los españoles fueron los más beneficiados antes del Covid-19, “cuantitativa y cualitativamente”. “Por eso”, dice Tebas, “el impacto relativo en esa parte del negocio está siendo mayor en LaLiga”. Lo que antes era “una ventaja comparativa de crecimiento y rentabilidad, puntualmente se ha convertido en un hándicap”, prosigue.
Según los datos de dicho informe, la inversión neta en jugadores, la diferencia entre inversiones y ventas, no llegó a los 5 millones de euros en la temporada 2020-2021, cuando en la anterior llegó a 405. Y para la temporada recién acabada estima una inversión máxima de 75 millones, un nivel muy bajo respecto a años anteriores.
La recuperación total no se prevé hasta la temporada 2023-2024. Mientras, los controles económicos de LaLiga, impuestos en una época de gran endeudamiento de los equipos, siguen evitando los gastos irracionales, y marcan los límites que pueden destinar al pago de salarios, aunque limitan el margen de actuación en el mercado.
Lo que no han llevado es a una adecuación de los costes salariales al contexto pandémico. Estos solo han caído un 1,1% desde que empezó la pandemia, y han pasado a suponer más del 60% de los ingresos totales y más del 70% de los ordinarios. Los ajustes “no fueron la pauta generalizada”, reconoce LaLiga: menos de la mitad de los equipos bajaron los sueldos.
Control salarial
Esto explica que muchos equipos, incluidos grandes como Barcelona o Atlético de Madrid, excedan los límites salariales marcados por LaLiga y tengan hoy las manos atadas para inscribir los nuevos fichajes, aunque lleguen gratis, o a futbolistas que finalizan contrato y no han renovado su vínculo.
La única vía es la regla uno a cuatro: consiguiendo ahorros cuatro veces superiores al coste de inscripción del nuevo futbolista, norma que se ha convertido en básica. Con la pandemia, LaLiga permitió que, si se traspasaba un jugador que representaba al menos el 5% del coste de plantilla total, el club pudiese utilizar la mitad del ahorro generado. Para este verano pasa a ser un tercio, y se eliminará para las siguientes ventanas.
Otra novedad que se introduce en este mercado de fichajes es la distribución en cinco temporadas de las pérdidas originadas por el Covid-19, para que no impacten de golpe al tope salarial. Para esta temporada, pueden asumir solo el 15%; en las dos próximas, un 20%; y en la 2025-2026 y 2026-2027 otro 22,5%. Medidas para dar más aire en un mercado de estrecheces.
Una vez pasado el grueso de la tormenta, LaLiga espera una gradual recuperación del mercado de futbolistas para pode mostrar “una normalización prácticamente plena a partir de la temporada 2023-2024”. Hasta entonces, muchos deberán seguir apretándose los cinturones.
¿Cómo y cuándo se calculan los límites?
Para esta temporada, los equipos remitieron en abril sus presupuestos. Y antes del 30 de junio, LaLiga comunicó los límites oficiales. Para calcularlos, obtiene de cada equipo los ingresos en abonos, taquillas, y patrocinios, además de la media de los beneficios por traspasos de los últimos tres años. A estos se restan los gastos estructurales, es decir, los no deportivos, y la diferencia da el hueco salarial. Este puede ampliarse con ventas de activos, la consecución de beneficios anuales, ampliando capital o con la firma de contratos más lucrativos. Y se reduce si, por ejemplo, el último ejercicio se cierra con pérdidas. También si el equipo en cuestión ya exced un equipo, además, ya estaba anteriormente excedido, también es penalizado.