La OCDE recorta el avance del PIB al 4,1% en 2022 por la inflación, que cerrará en el 8,1%
Rebaja el crecimiento para 2023 al 2,2%, con una inflación del 4,8% Pide ayudas frente a la subida de precios solo para hogares y empresas vulnerables
El ritmo de recuperación económica que se preveía para España hace tan solo unos meses va perdiendo fuelle irremediablemente debido a las altas tasas de inflación, a la incertidumbre geopolítica y a la desaceleración de la demanda externa. En consecuencia, todas las proyecciones de los principales analistas se están revisando drásticamente a la baja, tanto para el presente ejercicio como para 2023. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en concreto, frena el avance del PIB previsto para 2022 al 4,1%, un recorte de 1,4 puntos frente a lo estimado hace seis meses. Para 2023, el club de los países ricos confiaba a finales del año pasado en un crecimiento del 3,8%, que ahora hunde al 2,2%. En paralelo, según las proyecciones publicadas este miércoles, el Índice de Precios al Consumo (IPC) armonizado escalaría este año al 8,1% para bajar el que viene al 4,8%.
Hasta aquí la radiografía general, a la que se le une el ya tradicional elevado nivel de deuda y un desequilibrio fiscal que sigue situándose en cotas altas. La deuda pública, según las previsiones, se situará en el 115,6% y en el 113,1% del PIB en 2022 y 2023, respectivamente, mientras que el déficit cerrará en el 5% y el 4,2% del PIB. "Se necesita una estrategia de consolidación a medio plazo basada en revisiones del gasto para comenzar a reducir gradualmente el déficit fiscal y la relación deuda pública sobre el PIB", explica la OCDE en su informe de perspectivas económicas.
Las previsiones de la OCDE para el presente ejercicio se alinean con las de otros organismos como la Comisión Europea, el FMI, el Banco de España o la Airef, que sitúan el crecimiento estimado en torno al 4%. También se asemejan a las del propio Ejecutivo, que confía en un avance del 4,3%. Sin embargo, de cara a 2023, el organismo con sede en París rebaja drásticamente las perspectivas en comparación con el resto de analistas, que esperan por lo general crecimientos del entorno del 3,5%. La OCDE también sitúa las tasas de inflación en cotas más elevadas que el resto de estimaciones. También es llamativo el nivel de inflación subyacente, que en este caso excluye los alimentos, la energía, el alcohol y el tabaco. El indicador cerraría los dos años proyectados en una media del 4,5%.
El organismo que dirige Mathias Cormann, junto a viejas recomendaciones como diseñar y ejecutar un plan de consolidación fiscal, da a España una serie de sugerencias en el actual contexto de incertidumbre económica.
En lo relativo a la inflación, la OCDE insiste en equilibrar el ajuste fiscal sin perder de vista a los hogares de menor renta y a las empresas más débiles, a los que hay que proteger de las consecuencias que trae la escalada de los precios. Eso sí, explica el organismo en sintonía con lo dicho por otras organizaciones como el FMI, este apoyo debe ser "temporal y estar bien focalizado para proteger a los hogares y empresas vulnerables". La OCDE también destaca que "la proporción de acuerdos salariales con cláusulas de indexación sigue siendo moderada", pero está aumentando, por lo que cobra importancia la necesidad de que los interlocutores sociales lleguen a acuerdos "para compartir la carga y evitar una espiral de salarios y precios".
La OCDE tampoco pierde de vista la introducción de mecanismo para compensar la pérdida del poder adquisitivo de los pensionistas. Estas medidas, destaca, "apoyarán los ingresos de los hogares, pero también aumentarán el gasto público en el período de proyección". A esto se le suma el escudo anticrisis desplegado para combatir los efectos de la guerra en Ucrania, que supone un coste de cerca de 16.000 millones de euros: 10.000 millones en ayudas para las empresas y 6.000 millones para sufragar las medidas destinadas a los usuarios. Esta última pata, recuerda la OCDE, se extenderá previsiblemente hasta el mes de septiembre, con un sobrecoste extra que de nuevo rondaría os 6.000 millones de euros. Por ello, insiste, es urgente un plan de consolidación fiscal que equilibre las finanzas públicas.
Como punto positivo, la OCDE destaca la evolución del mercado laboral, ya que desde que empezó la pandemia los datos del paro han ido evolucionando favorablemente. En diciembre, la OCDE proyectaba que el paro de España sería del 14,2% en 2022 y del 13,6% en 2023. Las nuevas previsiones sitúan la tasa de desempleo en el 13,6% ya para 2022, aunque el organismo prevé un leve repunte hasta el 13,9% para el año próximo.