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Accionistas

Sostenibilidad y división de poderes marcan la agenda de los asesores de voto

Ferrovial, Aena, Iberdrola y Repsol, las empresas del IBEX que han presentado un plan climático

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Logo de RepsolMarcelo del Pozo (REUTERS)

Evitar la concentración de poder y exigir que los planes de sostenibilidad sean incluidos en las propuestas a votar por los accionistas. La primera es ya una petición clásica de los asesores de voto (proxy advisors) con clientes en España, un país donde la figura del primer ejecutivo coincide en demasiadas ocasiones con la del presidente del consejo de administración.

La segunda sí es una novedad de los últimos tres años, desde que en 2019 entró en vigor la ley de información no financiera y diversidad. Un tiempo en el que según Juan Prieto, del proxy español Corporance, las cotizadas han dado sus primeros avances “en estos informes que incluyen desde diversidad y desigualdad salarial hasta planes climáticos”.

Ferrovial, Iberdrola, Aena y Repsol son de las pocas integrantes del IBEX que han decidido ir más allá de ese cajón de sastre para someter a votación de los accionistas también un informe específico con sus planes climáticos.

Los estándares de sostenibilidad aún se están definiendo a nivel europeo, por lo que los proxys empezaron acompañando sin grandes objeciones. “Que presentasen estos informes a la junta ya era un valor a apoyar”, explica Prieto. “Ahora que hay varios años de mediciones sí hemos empezado a ser más críticos, rechazando cuando la información no es buena o cuando sus emisiones siguen creciendo”, dice.

Aunque en porcentajes que no suelen pasar el 10% de la remuneración variable, en Corporance también han detectado que “una parte importante de las cotizadas ha comenzado a vincular su política de remuneraciones con el desempeño en estos objetivos no financieros”.

Pero el caballo de batalla de los proxys sigue siendo la abundancia de presidentes ejecutivos, que dirigen el día a día y también al consejo que debería controlarlos. Uno de los casos más notorios es el del presidente ejecutivo de Iberdrola, pero no es el único. En ACS, Repsol, Inditex y los grandes bancos se han repartido tareas con los consejeros delegados pero sus presidentes se reservan funciones ejecutivas incompatibles con el ideal de independencia.

Según Alex Bardají, de Glass Lewis, para no separar los cargos se suele argumentar la reducción de tensiones entre el consejo y el equipo ejecutivo que podrían diluir los objetivos estratégicos: “También suelen ser personas representativas a nivel de imagen”, dice.

Aunque hay quien desaconseja por defecto la figura del presidente ejecutivo, Bardají cree que hay que estudiar caso por caso. “Es posible aceptarlo, por ejemplo, cuando hay un consejero independiente con capacidad para liderar a otros independientes, y que de verdad sea un contrabalance dentro del consejo”.

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