El Banco de España cumple su papel
Si aumenta la tensión en los mercados internacionales España será muy vulnerable al contagio. La solución son las reformas estructurales
De mis años de estudiante de Economía a principio de los años noventa aún recuerdo que el día de presentación del informe del Banco de España era un acontecimiento. Leíamos en los periódicos la crónica, pero había que esperar un tiempo para que llegará en papel a la biblioteca. Y había que ir presencial allí para leerlo, ya que había pocos ejemplares para llevar y solían coparlos los profesores.
Hoy, en la era de internet, el informe se lee en tiempo real y, afortunadamente, sigue siendo un acontecimiento. La institución y el informe mantienen la influencia de Luis Ángel Rojo, gobernador y uno de los economistas más influyentes de la historia de España. Vivimos en un mundo polarizado, especialmente en nuestro país, y cualquier institución que cumple su misión, hace un diagnóstico realista e identifica los riesgos y retos económicos a los que se enfrenta nuestra sociedad parece radical y se politizan inmediatamente sus mensajes.
A mí, el discurso del gobernador en la presentación del informe me ha parecido moderado, e incluso algo optimista. Ha advertido que la economía se comportó en el primer trimestre peor de lo previsto y que eso llevará a revisar a la baja sus previsiones para 2022 y 2023. Ha centrado su análisis en la inflación, que es la variable más determinante en estos momentos de crisis energética. La inflación es sistémica y afecta a todos los países europeos por igual y, aunque la causa es la subida de los precios de las materias primas, que el BCE tuviera una política monetaria ultraexpansiva explica que se haya expandido tan rápido al conjunto de bienes y servicios.
Fue un error volver a indexar las pensiones al IPC antes de una crisis energética tan intensa
El gobernador ha sido de los prudentes del consejo del BCE, pero la inflación es un hecho y estará con nosotros un tiempo. Hernández de Cos informa de que ya se ha aprobado acabar con las compras de deuda en el tercer trimestre y que las subidas de tipos podrían empezar poco después. ¿Cuántas? El Banco de España mantiene que el objetivo es la inflación a medio plazo y que las expectativas siguen ancladas al 2%. Que la incertidumbre es elevada y recomienda ser muy gradual. Y que el objetivo debería ser el tipo neutral, que se estima está próximo al 1%. En EE UU se habla del 3%-4%, por lo tanto los tipos en Europa seguirían siendo históricamente bajos. También advierte de que los riesgos son al alza, para la inflación y también para los tipos.
En este escenario es determinante lo que suceda en la política fiscal y las políticas de rentas. Europa no es un área monetaria óptima y cada país tiene políticas fiscales diferentes y mercados de trabajo y negociación de márgenes empresariales y salarios diferentes. Por esta razón, la autoridad monetaria en Europa es una federación de bancos nacionales y cada uno de ellos tiene la obligación de mandar mensajes de prudencia en su país. Si la política fiscal es expansiva y los márgenes y salarios crecen muy por encima del objetivo de estabilidad de precios del 2% más la productividad, se verán obligados a subir más los tipos de interés y el riesgo será una recesión y un aumento del desempleo.
Salvo subsidios a las rentas bajas para compensar el impacto de la inflación sobre la pobreza y la desigualdad, el Banco de España desaconseja medidas de aumento de gasto o bajada de impuestos. Fue un error volver a indexar las pensiones al IPC antes de una crisis energética tan intensa, pero son igual de irresponsables las promesas del PP de bajada de impuestos.
La Comisión Europea mantiene un escenario de crecimiento para España y seguiríamos siendo de las economías del área que más crecerá este año y el que viene. Pero estima el déficit público estructural en el 3,5% del PIB y, sin medidas adicionales, aumentará hasta el 4,3%. La subida la explica el aumentar las pensiones indexadas al IPC. Bajar los impuestos, como propone Núñez Feijóo, iría más aún en dirección contraria.
El Banco de España pide reducir la desigualdad, que sigue siendo inmoralmente alta
Los mercados financieros son como un telescopio que ve los países desde la Luna. Tienen capacidad de autoengaño cuando ganan dinero y cobran el bonus, pero los desequilibrios siempre se acaban pagando. El problema es que si aumenta mucho la prima de riesgo y se complica financiar el déficit y las nuevas emisiones de deuda sería muy complicado tomar medidas de ajuste, como hizo Zapatero en 2010 y Rajoy en 2012 durante el rescate. El PSOE gobierna hoy con 120 escaños y con Podemos, un partido que nació contra las políticas de austeridad en 2014. Y el PP, según las encuestas, estaría por debajo de esos 120 escaños y necesitaría a Vox, que no reconoce a Bruselas ni las reglas fiscales europeas. Si aumenta la tensión en los mercados internacionales, España será muy vulnerable al contagio.
La solución son reformas estructurales. A las medidas para la protección de las rentas bajas, el Banco de España pide reducir la desigualdad que sigue siendo inmoralmente alta en España. Portugal lo ha hecho mejor que nosotros desde 2015 y es un ejemplo a seguir. También afrontar los retos del cambio climático con un capítulo entero muy oportuno y acertado. Aumentar el tramo empresarial, nuestro mayor lastre que limita el crecimiento de la productividad, el empleo y los salarios. El mercado de trabajo es un clásico desde los años setenta y las pensiones constituye el gran reto de un país envejecido. Veremos.
José Carlos Díez es Director de la Cátedra Orfin en la Universidad de Alcalá