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En colaboración conLa Ley
Entrevista Presidente Consejo General del Notariado

José Ángel Martínez Sanchiz: “No se puede someter la dignidad de las personas a una digitalización forzosa”

“Las máquinas pueden hacer muchas cosas, pero no dar trato humano a las personas que tienen enfrente”

José Ángel Martínez Sanchiz, presidente del Consejo General del Notariado.
José Ángel Martínez Sanchiz, presidente del Consejo General del Notariado.

La población mundial está envejeciendo según diferentes indicadores estadísticos. Las últimas previsiones del Instituto Nacional de Estadística (INE) indican que, en 2050, el 31,4% de la población en España tendrá más de 65 años. Una realidad que lanza un importante reto sobre el que hay que pensar.

Los notarios han cogido el guante y se darán cita los próximos días 19 y 20 de mayo en Málaga para reflexionar junto con otros profesionales sobre El envejecimiento de la sociedad: principal desafío del siglo, lema de su XII Congreso Notarial Español. José Ángel Martínez Sanchiz, presidente del Consejo General del Notariado, se pone las gafas jurídicas para analizar los desafíos de este fenómeno y cuál es el papel de los fedatarios.

R. ¿Es el envejecimiento de la sociedad el principal desafío de este siglo?
R. Sin desconocer sus muchas implicaciones positivas derivadas del aumento de la esperanza de vida, los retos que este fenómeno plantea son colosales. Baste recordar el problema de la sostenibilidad del Estado del bienes­tar. Pero si de los grandes retos del Estado pasamos a los de las familias, veremos que su dimensión no es menor: citemos solo, entre otros semejantes, la difícil previsión individual de una vida centenaria; la vulnerabilidad del mayor ante el abuso y su creciente condición de víctima; el problema del deterioro cognitivo y su vinculación con la autonomía de la voluntad, etcétera.
R. En el contexto actual, ¿convertirse en anciano da miedo?
R. Llegar a viejo es un don, una gracia divina, pero tiene poca gracia la vulnerabilidad derivada de una vejez no saludable y la posible disminución de la calidad de vida. La proporción, cada vez mayor, de personas ancianas y la consiguiente disminución de los contribuyentes supone un riesgo real para las pensiones y el mantenimiento del Estado de bienestar; por tanto, es lógica la preocupación, no solo de los mayores, sino de los jóvenes que acabarán viviéndolo.
R. ¿Cómo pueden ayudar los notarios a mejorar la vida de las personas mayores?
R. Es muy importante el consejo del notario para resolver y, en lo posible, evitar determinados problemas o contingencias. Así, cabe la posibilidad de otorgar poderes preventivos, disponer medidas de apoyo voluntarias, a fin de salir al paso de las limitaciones del presente o del futuro, tanto respecto de uno mismo como respecto de los hijos o familiares cercanos, a través de ayudas económicas, de testamentos...
R. La cruzada de un anciano para humanizar el trato de los bancos hacia los mayores ha conseguido un gran apoyo. ¿En qué otros ámbitos debería potenciarse una política más inclusiva?
R. Es el problema de la digitalización para quienes se han encontrado de pronto con que su interlocutor, no solo en los bancos sino también en muchos espacios de la Administración pública, es una máquina que no saben manejar. Las máquinas pueden hacer muchas cosas, pero no dar trato humano a las personas que tienen enfrente. Y, en este sentido, no se puede someter la dignidad de las personas a una digitalización forzosa, impuesta por razones económicas. Los notarios tenemos esto muy claro, porque las medidas digitales que hemos propuesto para otorgar determinados actos a distancia no excluyen nunca el contacto con el fedatario, ya que se realizarán por videoconferencia, y no se imponen, en ningún caso, a la posibilidad de acudir directamente al notario.
R. ¿Tiene suficientemente en cuenta la legislación a los mayores?
R. En principio los tienen en cuenta. La reciente reforma referente a la discapacidad otorga una serie de posibilidades que, convenientemente utilizadas, pueden ayudar a resolver muchas de las dificultades asociadas a la vejez, en las que puede resultar fundamental el consejo y el asesoramiento notarial.
R. Con la reforma sobre discapacidad existen dudas sobre la posibilidad de internamientos involuntarios de los ancianos con demencia. ¿Debería seguir siendo decisión del juez?
R. Está pendiente de reforma el artículo 763 de la Ley de Enjuiciamiento Civil para que en el curso del proceso se tengan presentes la voluntad, deseos y preferencias de la persona afectada. La cuestión, que no es fácil, radica en determinar hasta qué punto esa resolución judicial puede producirse contra la voluntad de la persona afectada y, en su caso, de qué manera se atiene a sus deseos y preferencias.
R. Uno de los principales problemas de los mayores es la dependencia económica. Para quien disponga de vivienda en propiedad, ¿es una solución las llamadas hipotecas inversas?
R. La hipoteca inversa puede considerarse un complemento a la pensión para personas mayores, pero hay que ser consciente de que la operación puede afectar en un futuro a sus herederos. Esta hipoteca tiene su propia regulación y no quedó recogida en la Ley de Contratos de Crédito Inmobiliario. Según la norma específica, se le encomienda al notario que “verifique la existencia del correspondiente asesoramiento independiente” y, en caso de que la formalización se realice en contra de la recomendación realizada por el asesoramiento independiente, “se deberá advertir de este término al cliente”. En el caso de figuras poco habituales, como este producto financiero, es necesario ser extremadamente prudente y estar muy seguros de todas las condiciones que se acuerdan con la entidad financiera. Posteriormente, el notario se cerciorará del cumplimiento de los deberes de la entidad.
R. ¿Cómo se puede combatir la discriminación por edad o edadismo?
R. La edad, el ir cumpliendo años, es un proceso natural, no es una enfermedad. La primera víctima del edadismo es la persona que teme envejecer. También el anciano que se ve a sí mismo como una carga. Este sentimiento de sobrar en el mundo, de no ser útil, es terrible y debe combatirse con el respeto y el amor de las personas cercanas. Hay que insistir en que nuestros ancianos son necesarios porque los queremos, pero sobre todo porque nos quieren, nos aconsejan y, si pueden, nos ayudan, por ejemplo, con los nietos. Institucionalmente es necesario procurarles instrumentos para que se sientan útiles y darles la seguridad de que, sea cual sea su situación o condición, no se les va a discriminar por ser mayores o por constituir una carga económica. A este respecto, la Plataforma de Mayores y Pensionistas puede desplegar un papel fundamental.
R. Usted lleva en el cargo desde 2016. Con la perspectiva de estos seis años al frente de los notarios, ¿qué rumbo ha tomado el colectivo y cuáles son sus retos?
R. El objetivo primordial del Consejo que tengo el honor de presidir es reforzar la fe pública notarial como espacio de libertad y justicia y asiento de los derechos humanos. En esta materia, el notariado cuenta con la dedicación y esfuerzo de la Fundación Æquitas, con más de 20 años de existencia. También es fundamental continuar en el empeño que se inició a principios de siglo por implantar, como parte del servicio público notarial, las nuevas tecnologías. Se ha venido trabajando, y puesto a disposición de los poderes públicos, la posibilidad de que un 40 % de los documentos notariales se otorguen a distancia mediante videoconferencia en la sede electrónica notarial, que se ha hecho visible al ciudadano a través del nuevo Portal del Ciudadano. Una posibilidad incluida en la futura ley de eficiencia digital, junto con la creación del protocolo notarial electrónico, el otorgamiento de documentos públicos por vía electrónica, la circulación de copias electrónicas autorizadas de los documentos notariales, la constitución de sociedades limitadas por vía online. Otro objetivo igualmente prioritario es la atención y apoyo a los emprendedores y empresarios, tanto en lo que atañe a la constitución y funcionamiento de sus empresas como en lo atinente a las decisiones que antes o después cumple adoptar en cuanto a su sucesión o traspaso. También quiero destacar la intención del Consejo General del Notariado de colaborar, como hasta ahora, con las Administraciones Públicas para proponer soluciones en beneficio del interés general, especialmente en los ámbitos señalados y en otros, que ocupan nuestra atención prioritaria, como la vivienda. Por último, seguiremos reforzando la colaboración –reconocida por el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI)– en la lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo.

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