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Cine y dereccho
Tribuna
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'Super Pumped: La batalla por Uber'

Una serie que muestra los peligros de ciertos lemas imperantes en Silicon Valley consistentes en ir rápido, romper cosas y no respetar las normas

Tráiler de 'Super Pumped: La batalla por Uber'.
Tráiler de 'Super Pumped: La batalla por Uber'.

La historia de las compañías tecnológicas de Silicon Valley viene siendo en las últimas décadas una fuente inagotable de interés para el cine y la televisión. Prueba de ello son grandes películas como Steve Jobs, La red social, Piratas de Silicon Valley o series muy interesantes como The inventor o Startup.

Super Pumped. La batalla por Uber es una serie del canal Showtime, creada por Brian Koppelman y David Levien (creadores también de la serie Billions), que nos muestra el nacimiento y crecimiento de la tecnológica Uber, basándose en el libro de Mike Isaac, y se centra en la controvertida figura de su fundador Travis Kalanick (un correcto Joseph Gordon Lewitt) que deviene una pieza fundamental tanto en los éxitos como en los escándalos que ha protagonizado la compañía de VTC.

La serie refleja la forma en que Kalanick consigue hacer de Uber un gigante tecnológico mediante una cultura de total desprecio a las normas existentes y a la privacidad, escudándose en que era la única en que era la única forma para lograr una disrupción en el sector del transporte de viajeros. El egocéntrico fundador de Uber, basándose en el principio de Maquiavelo acerca de que el fin justifica los medios, tratará de engañar a todos: clientes, conductores, inversores, administraciones públicas, competidores, así como al resto de sus propios empleados. Asimismo, permitirá una cultura de acoso sexual en la compañía que también acabará trascendiendo a los medios y afectando a la reputación de la empresa.

La denuncia de esa cultura tóxica alrededor de Uber es uno de los argumentos que utiliza la serie para criticar el sueño americano materializado en muchas compañías de Silicon Valley e indicar que no todo vale y que los valores éticos de la empresa deben estar por encima de los fundadores y sus egos, por importantes que estos sean.

Otro de los ejes de la serie, más relevante desde la óptica legal, son las relaciones de Kalanick con sus inversores, especialmente con Bill Gurley (interpretado magníficamente por Kyle Chandler) quién fue el primer inversor que le apoyó y que intenta en todo momento que no pierda su brújula moral, suponiendo un contrapunto racional a los comportamientos y actitudes infantiles del fundador de Uber. El control del consejo de administración que Kalanick consiguió a través de un sistema de acciones de doble clase, donde las que son propiedad del fundador tienen mayores derechos de voto, hace que la lucha política por el control de la compañía con sus inversores, entre los que se encontraba también Google Ventures y Ariana Huffington (papel que borda Uma Thurman) sea encarnizada.

La necesidad de financiación, la posibilidad de adquirir a su máximo competidor (Lyft), la conquista de otros mercados con especial referencia a la dificultad que supone siempre el mercado chino, los desafíos tecnológicos como la conducción autónoma, o el plan de salida a bolsa bajo el riesgo reputacional que suponen los escándalos, son algunos de los interesantes temas que trata la serie mientras nos permite acompañar a Kalanick y su dictatorial estilo de gestión durante siete capítulos por las oficinas centrales de Uber.

Especialmente interesante es también la relación de Uber, y en consecuencia de muchas startups con las grandes tecnológicas estadounidenses, en concreto su dependencia de la Apple Store o su interés, rayando en lo patológico, en que Google invierta en la compañía y codearse con Larry Page y Sergey Brin. Son los nuevos “dioses” al que todo fundador quiere acercarse.

Una serie muy ágil, entretenida y actual, con múltiples referencias culturales y diálogos inteligentes, que muestra los peligros de ciertos lemas imperantes en Silicon Valley consistentes en ir rápido, romper cosas y no respetar las normas. La disrupción también requiere sensatez y sobre todo valores éticos y morales acordes con la responsabilidad que la misma y su crecimiento conlleva.

Jose Luis Luceño Oliva, profesor de Loyola Másteres.

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