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Crónica bursátil

El Ibex cae un 0,3% y pone fin a seis sesiones consecutivas al alza

El selectivo se despide de los 8.400 puntos

Ucrania acapara la atención de los inversores. A punto de cumplirse un mes desde el estallido del conflicto, las expectativas de un acuerdo de paz empiezan a caer en saco roto. La falta de progresos en las negociaciones y los ascensos del precio del crudo acaban con la euforia que recorría el mercado en las últimas jornadas. Las compras dan paso a las ventas y el Ibex 35 pone fin a seis sesiones consecutivas al alza, su mejor racha desde agosto de 2021. Con una caída del 0,34%, el selectivo se despide de los 8.400 puntos y continúa estando un 0,49% por debajo de los 8.440,10 registrados antes de la invasión.

En el corto plazo la duración del conflicto y de las sanciones serán las variables para determinar el impacto de la guerra en la economía. A la espera de conocer con mayor certeza el efecto de las tensiones geopolíticas, los inversores más cortoplacistas aprovecharon las recientes subidas de muchos valores para recoger beneficios, una tendencia que se dejó sentir a ambos lados del Atlántico.

Las Bolsas europeas, que en sesiones anteriores amagaron con recuperar todo lo perdido en el último mes, se dejaron llevar por la indecisión. El Dax alemán retrocedió un 0,6%; el Cac francés, un 0,57% y el Euro Stoxx, un 0,53%. Mejor desempeño lo registró el Mib italiano y el FTSE británico que lograron salvar la sesión con un alza del 0,3% y el 0,51%, respectivamente. Al cierre de los mercados europeos, el Dow Jones corregía un 1% y el Nasdaq, un 1,3%. Con estas caídas incluidas, Wall Street continúa estando por encima de los niveles preguerra.

Aunque las caídas han sido la corriente imperante en las últimas cuatro semanas, la intensidad no ha sido la misma en todos los sectores. Desde el estallido del conflicto, nueve registran pérdidas, frente a 11 que logran escapar a las caídas. Dentro del primer grupo, las automovilísticas y los bancos son los sectores más castigados.

Cara y cruz de la guerra en el mercado

El entorno actual de mercado dista mucho del que existía antes de la invasión de Ucrania. Hasta el pasado 23 de febrero, las expectativas de recuperación sirvieron de impulso a las automovilísticas, que el pasado 13 de enero marcaron máximos históricos. La euforia de comienzos de año se ha ido diluyendo conforme pasaban las semanas y el estallido de la guerra le ha asestado el golpe. Con una caída del 14,6% desde el cierre del 23 de febrero, las empresas automovilísticas y de fabricación de componentes se ven penalizadas por el aumento de las materias primas como el aluminio, el paladio o el níquel, materiales indispensables para la fabricación de vehículos en general y para los eléctricos en particular. Al aumento de los costes se suma el cierre de fábricas en Rusia en respuesta a la invasión. Además del entorno actual, los inversores han puesto en precio el menor consumo derivado de la caída del crecimiento. Aunque los mayores descensos corren a cargo de Valeo (-35,89%) y Faurecia (-35,78%), en el mercado español Cie Automotive y Gestamp retroceden un 17% y un 21,3%.

El repunte de los tipos de interés en EE UU e Inglaterra no ha sido suficiente para impulsar a la banca. El sector, que a comienzos de año tocó máximos de 2018 ante las expectativas de normalización monetaria, recupera un 15% desde los mínimos del año, pero continúa retrocediendo un 10,5% desde los niveles previos al conflicto. Aunque la exposición de la banca europea a Rusia es reducida, las expectativas de un menor crecimiento pasan factura a las entidades.

Mientras bancos y automovilísticas centran el castigo, las empresas de recursos básicos (8%) y las cotizadas del sector salud (6%) logran resistir con mayor holgura las sacudidas. Es decir, firmas que sacan partido del alza de las materias primas y compañías de perfil defensivo que juegan un papel clave en momentos de volatilidad como el actual.

En el mercado de deuda, las rentabilidades prolongaron las subidas. El rendimiento de la deuda española a 10 años subió nueve puntos básicos, hasta el 1,4%, mientras el bono alemán al mismo plazo suma 10 puntos básicos, hasta el 0,47%, máximos de octubre de 2018. En el mercado estadounidense, la curva de deuda empieza a invertirse. El bono a cinco años se sitúa en el 2,32% mientras la deuda con vencimiento en 2032 sube al 2,29%. Es decir, los plazos cortos pagan más que los largos, un síntoma de recisión. Por su parte, la deuda a dos años sube al 2%, por primera vez desde mayo de 2019.

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