Los tecnócratas financieros chinos cogen el micrófono de nuevo
El viceprimer ministro Liu He ha dicho a los inversores lo que ansiaban: que Pekín frenará la represión de las cotizadas
Los reguladores financieros de China han vuelto a acercarse al micrófono del mercado. Con los índices cayendo a mínimos históricos, el cuarto viceprimer ministro, Liu He, dijo por fin a los inversores lo que querían oír: que Pekín actuará para frenar las interminables medidas represivas que han convertido la vida en un infierno para los accionistas de las empresas cotizadas locales. Como reacción, las acciones chinas registraron un extraordinario repunte de alivio el miércoles; los gigantes tecnológicos de Nueva York y Hong Kong registraron ganancias de dos dígitos.
El desplome del valor de las acciones chinas este año ha sido extremo; al cierre del martes, las principales Bolsas del mundo con peores resultados después de Rusia eran las de China. La guerra en Ucrania es uno de los factores, pero el mayor daño lo han causado los burócratas que impulsan las agendas sociales y de seguridad a expensas de las empresas privadas de la educación, los videojuegos o el streaming de vídeo.
El banco central básicamente canceló la industria de los préstamos entre pares; el Gabinete del país convirtió a la fuerza los servicios de tutoría extraescolar en organizaciones sin ánimo de lucro el año pasado, aparentemente por la preocupación de que los gastos de educación estuvieran frenando la tasa de natalidad. Ambos habían sido anteriormente favoritos de los inversores.
Algunas agencias han invadido el terreno antes reservado a los reguladores de valores. La Administración del Ciberespacio de China, por ejemplo, antes centrada en la censura de contenidos y en la lucha contra la adicción a internet, ahora puede vetar de forma efectiva algunas cotizaciones en el extranjero. Apenas unos días después del debut de Didi Global en Nueva York, el regulador anunció una revisión de la ciberseguridad del grupo de VTC y ordenó a sus aplicaciones locales que suspendieran el registro de nuevos usuarios. Desde entonces, las acciones se han desplomado casi un 90%. Una investigación similar en el portal de contratación de empleo Boss Zhipin, que cotiza en EE UU, costó a la empresa 17 millones de usuarios en cuatro meses, dijeron recientemente sus ejecutivos.
Los inversores ya estaban preocupados por el impulso económico, especialmente por la campaña de Pekín para desapalancar el sector inmobiliario, que impulsa hasta un tercio del PIB. Sin embargo, el Gobierno central hizo poco para calmar las ansias de los accionistas hasta el discurso del miércoles de Liu, en el que no solo prometió mejorar la coordinación burocrática y apoyar a los mercados, sino también colaborar con los reguladores estadounidenses que amenazan con retirar de cotización a las empresas chinas que cotizan en Nueva York.
Liu es poderoso, pero se enfrenta a facciones que sienten poca simpatía por los capitalistas y se oponen fanáticamente a cualquier cooperación con los estadounidenses. Algunos le superan en rango. “Coordinar” podría interpretarse como “notificar”, no pedir permiso. El drástico repunte de alivio muestra lo mucho que quiere el mercado que Liu cumpla. Tiene mucho trabajo por delante.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías