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Banca

Arranca el juicio en el que Universalpay reclama 1.050 millones a Santander

La filial de EVO Payments firmó en 2013 un acuerdo con Popular que se incumplió

Oficina de Banco Santander en Madrid.
Oficina de Banco Santander en Madrid. Pablo Monge

La absorción de Popular en 2017 por parte de Santander tiene derivadas que llegan cinco años después. Universalpay, filial de la estadounidense EVO Payments, se ve las caras mañana viernes, 11 de marzo, en los tribunales con el banco español: la compañía de medios de pago le reclama 1.050 millones por un incumplimiento del acuerdo firmado en 2013 con la entidad que presidió Ángel Ron y después Emilio Saracho. Es una vista previa en la que las partes expondrán sus respectivas posiciones.

El quid de la cuestión está en que Popular vendió sus negocios de medios de pago a Universalpay y rubricó un acuerdo con la firma por 10 años en el que se comprometía a derivarle a todos sus clientes que quisieran emplear terminales de punto de venta (TPV). Santander, tras la resolución del banco y su posterior absorción, dio por finalizado ese contrato.

Pero EVO Payments no piensa igual. En su última comunicación a inversores, considera que “sus acuerdos con Santander, incluidas las obligaciones de remisión de clientes del banco, siguen siendo plenamente vigentes”. La demanda se interpuso en diciembre de 2020 y la audiencia previa se fechó para diciembre del año pasado, pero tuvo que reprogramarse debido al Covid.

La demanda se tramita en el Juzgado de Primera Instancia 81 de Madrid, de manera que el recorrido todavía es enorme, como reconocen ambas partes. Santander explica que “la reclamación se encuentra en una fase muy inicial, y existen cuestiones de hecho pendientes de resolver”, de forma que se declara incapaz de predecir con fiabilidad la resolución de la cuestión, el calendario o la importancia del potencial impacto económico, según el informe anual de 2021 del banco que preside Ana Botín.

Popular acordó en diciembre de 2012 la venta del negocio de operaciones de tarjetas en comercios y puntos de venta y en redes de cajeros automáticos (adquirencia) por 73 millones de euros a EVO Payments. De entrada, le vendió el 50% y crearon la sociedad conjunta Universalpay, de la que el desaparecido banco salió por completo a finales de 2015 tras haber logrado embolsarse 94,4 millones de euros con la participación que le quedaba.

En una de las cláusulas del acuerdo firmado hace nueve años, la sexta, se establecen determinadas obligaciones de exclusividad, no competencia y de referencia de clientes. Este es el germen de la disputa judicial, según reconoce Santander en el documento. La lógica del banco que preside Ana Botín fue la de dar por roto ese acuerdo, firmado por Popular, que fue resuelto por la Junta Única de Resolución (JUR) y después fue absorbido por Santander.

Fuentes conocedoras de la situación comentan que en el encuentro del viernes se espera tan solo una toma de contacto. La cuantía reclamada es muy elevada –equivale al 13% del beneficio logrado en 2021 por Banco–, pero el margen de negociación es muy elevado, puesto que el arranque del proceso está en una fase muy inicial.

EVO Payments, que cotiza en Estados Unidos, vale unos 2.100 millones de dólares (unos 1.900 millones de euros), frente a los alrededor de 50.000 millones de euros que capitaliza Banco Santander.

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