La guerra nubla la esperada recuperación del turismo
Las firmas turísticas destacan entre las más castigadas en Bolsa en los 10 días de conflicto
El problema, entre otros, de abrir la caja de las guerras es la incertidumbre de desconocer cómo pueden terminar. Las Bolsas europeas han hablado en estos diez primeros días de la invasión rusa a Ucrania y han colocado al sector de viajes y turismo en el podio de los más castigados, con una caída de casi el 15%, solo por detrás de la banca y de las empresas automovilísticas. El dinero está cotizando el cierre del espacio aéreo en Rusia y, obviamente, en Ucrania. También valora el incremento del precio del petróleo, que en su modalidad Brent ha pasado con el conflicto de los 96 dólares el barril a acercarse a los 120 dólares, con el encarecimiento de costes que supone para las aerolíneas y los paquetes vacacionales.
Pero también los mercados –tendentes siempre a la exageración– se plantean si esta guerra “va a quitar a los europeos las ganas de viajar, después de dos años reprimidos por la pandemia del Covid-19, cuando se esperaba que este 2022 fuese por fin el año de la recuperación turística”, explica el analista de Renta 4, Iván San Félix. Aquí reside el meollo del problema para el sector, que no está tanto en la zona de conflicto sino en el estado de ánimo de los viajeros.
Luis de Blas, gestor del fondo Valentum FI, sitúa la demanda mundial de vuelos en la zona de conflicto en solo el 3% y destaca la importancia del encarecimiento del crudo en los márgenes de las aerolíneas, pese a las coberturas de precios que tienen. Ignacio Cantos, socio-director de inversiones en atl Capital, explica que Europa es la mayor región del mundo en turistas, tanto internos como para otras zonas, y el deseo de viajar puede verse afectado, “aunque perjudicaría más a ciudades y países centroeuropeos que a España, que, incluso, podría verse beneficiada durante las próximas vacaciones de Semana Santa”, indica.
En estos diez días de conflicto, las mayores caídas a nivel europeo del sector se concentran en las aerolíneas. La húngara de bajo coste Wizz Air es la más castigada con un descenso del 27%, a la que acompañan Lufthansa (-20%), el turoperador alemán TUI (-21%) y las francesas Sodexo y Accor, con retrocesos del 16% y 18,4%, respectivamente. Desde el inicio del conflicto, el índice Euro Stoxx 50 ha sufrido un descenso rotundo pero inferior, del 10%.
En la Bolsa española, el retroceso bursátil del sector turístico también es más intenso al del índice, que cae más del 8% desde el 23 de febrero. Y desde entonces, un día antes de que comenzara la invasión, IAG se desfonda casi el 20%, Meliá más del 15% y Amadeus, el 11%. En el caso de IAG, su caída se explica en gran medida por el encarecimiento del petróleo. Aunque hay coberturas del crudo, si el precio se mantiene alto muchos meses acabará reflejándose en la cuenta de resultados
En España, la pérdida del turismo ruso no es tan determinante como lo sería renunciar al británico, el alemán o el francés. Supuso 133.000 turistas el pasado año que gastaron 228 millones de euros, según datos de Frontur. Un turista muy apreciado con un gasto diario que alcanza los 1.300 euros.
Desde antes de que comenzara la invasión y hasta el 24 de agosto estaba previsto que llegasen a suelo español 123.000 turistas rusos vía avión. En 2019 su cifra se elevó hasta 1,31 millones. Hasta el estallido del conflicto las ganas de viajar se reflejan en los últimos datos del INE conocidos esta semana ya que el pasado enero entraron en España 2,48 millones de turistas –seis veces más que en 2021- y Reino Unido volvió a recuperar la primera posición, cedida al turismo francés durante la pandemia.
Michael O’Leary, jefe de Ryanair, puso esta misma semana un toque de esperanza y humor para el sector turístico en un momento tan difícil. “Creo que verás a familias regresar a las playas de Europa este año”, dijo. “Fueron a las playas del oeste de Irlanda y Cornualles el año pasado, y estoy convencido de que no quieren volver allí nunca más”.
IAG: liquidez y mínimo peso en Europa del Este
Resulta difícil separar en la caída de IAG en Bolsa, la parte que le toca como empresa turística y la parte correspondiente al encarecimiento del petróleo. También sobrevuelan los mayores costes de evitar las zonas de conflicto –además de Rusia– con rutas más largas que aumentan el consumo de combustible. “IAG mantiene una cobertura del precio del petróleo de más del 60% para 2022, que esperamos que le dé bastante estabilidad en sus márgenes”, explica Julián Pérez Solana, analista de Intermoney. Y añade: “Sería de las menos afectadas al tener de por sí menor exposición a Asia que otras compañías como Lufthansa o Air-France y estar operando todavía muy pocos vuelos hacia esa región a causa de la pandemia”, indica.
También Luis de Blas de la gestora Valentum valora el poco peso de los vuelos de esta compañía a Europa del Este, que representarían alrededor del 1% ó 2% del total de sus trayectos. Iván San Félix destaca en los recientes resultados de IAG que “ha superado las previsiones a nivel operativo y la abundante liquidez, que alcanza los 12.000 millones de euros y se sitúa en máximos históricos”. Por ello, en Renta 4 sobreponderan este valor con un precio objetivo de 2,55 euros por acción, frente a los 1,5 euros actuales.
Meliá: sin negocio en la zona de conflicto
Julián Pérez Solana espera que el conflicto en Ucrania “no tenga ningún efecto relevante en la hotelera Meliá, al no disponer ningún hotel ni en Rusia ni en Ucrania, y suponer el mercado ucraniano y el ruso menos del 1,5% del total del negocio de la compañía”. Serán el turco y el egipcio los más perjudicados al tratarse de destinos vacacionales importantes para el turismo ruso y ucraniano. “Aun así, sí que creemos que esta situación puede generar cierta volatilidad a corto plazo, lo que podría servir como oportunidad de entrada en el valor. Pero en el caso de que el conflicto se alargue o se agrave, sí que vemos riesgo de que las reservas, sobre todo en Europa, puedan perder fuerza”, concluye.
También el experto de Renta 4 apuesta por el valor con un precio objetivo de 7,8 euros (actualmente cotiza por debajo de los 6 euros por acción) por unos “resultados en 2021 que superan previsiones a nivel operativo y unas buenas perspectivas de recuperación, pese a que el Covid-19 sigue presente y la guerra en Ucrania supone una nueva incertidumbre”, concluye el analista.
La expectativa es que Meliá pueda combatir la situación gracias a su nula presencia en la zona en conflicto y a que la demanda para el verano de sus hoteles es muy fuerte.
Amadeus: renuncia a Aeroflot y a más contratos en Rusia
La firma de reserva de viajes Amadeus sí tiene un componente más global en su negocio dentro de las turísticas del Ibex 35, según explican los analistas. Es un claro ejemplo de que la intensidad y la duración del conflicto pueden ensombrecer un panorama que le era muy favorable por la recuperación de la actividad en los vuelos. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) publicaba al comienzo del mes unas previsiones respecto a 2019 por las que este año se alcanzaría el 83% de viajeros de entonces, llegaría al 94% en 2023 y al 111% en 2025%. El analista de Renta 4 explica que “aunque valoramos favorablemente las previsiones de la IATA, no tienen en cuenta el impacto por la guerra en Ucrania”. Y añade: “Prevemos que los ingresos todavía estén al 75% del nivel de 2019 en 2022. Además, los resultados operativos deberían mostrar una recuperación más rápida teniendo en cuenta la efectividad del plan de ajuste de gastos e inversiones que la compañía ya ha implementado y provisionado”, concluye.
Luis de Blas apunta a un encarecimiento de los vuelos y los paquetes vacacionales como un elemento negativo para el negocio de la empresa, aunque podría amortiguarlo con el fuerte crecimiento del ahorro en los años de pandemia. Amadeus ha señalado que no firmará nuevos contratos en Rusia y ha eliminado a Aeroflot de sus sistemas.
Aena: pendiente del tráfico aéreo
Ignacio Cantos, de Atl Capital considera que el actual conflicto armado puede ser, incluso, beneficioso para el negocio de la aeroportuaria Aena, ya que podría atraer vuelos no previstos, “situación que se produciría en la cercana Semana Santa”, dice. También el gestor de Valentum, Luis de Blas, apunta a que el tráfico de los países del Este es bajísimo para Aena y, por tanto, muy pequeñas las repercusiones siempre que el conflicto no vaya a más. Guillermo Barrio Colongues, analista de Intermoney explica, sin embargo, que “el precio actual de la acción puede estar descontando un escenario de recuperación de tráficos algo optimista ya que esperamos una vuelta a los niveles prepandemia en el segundo semestre de 2023”. Esta firma mantuvo el precio objetivo en 140 euros por acción tras presentar resultados un día antes de la invasión rusa a Ucrania. Ángel Pérez, analista de Renta 4, destaca de sus resultados del pasado año la evolución del tráfico, que registró mejora en España del 58%, con caída del 16% en Luton, y recuperación en el Grupo Aeroportuario del Nordeste de Brasil, del 52%. Las previsiones de este analista apuntan a recuperar el tráfico de 2019 en 2024, algo que podría verse frustrado por el conflicto de Ucrania. La valoración de la compañía para este experto se coloca en los 120 euros por acción.