El 2% de las compras de vivienda de extranjeros en 2021 fue de ciudadanos rusos
Británicos y alemanes son los grandes compradores europeos
Cerca del 2 % de las viviendas adquiridas por extranjeros durante el año pasado en España las compraron ciudadanos rusos. Este porcentaje supone que compraron más de 1.280 inmuebles, cifras ambas que vienen cayendo desde 2012 y que previsiblemente agudizarán su descenso tras el estallido de la guerra, como consecuencia de las sanciones impuestas por Occidente a los negocios y finanzas rusos.
Según los datos elaborados por Efe a partir de datos del Colegio de Registradores, durante 2021 los ciudadanos rusos compraron una media de 3,5 casas al día, casi la mitad de las 6,6 viviendas que cada día compraban los ciudadanos rusos en España en 2012 (un total de 3.399 durante todo el año). Las cifras evidencian cómo el peso de los compradores rusos ha ido descendiendo paulatinamente en un mercado, el de la compra de viviendas en España por parte de extranjeros, protagonizado por británicos (que en 2015 se acercaron incluso a captar el 25% del total), alemanes, franceses y belgas.
Los expertos no se atreven a aventurar qué pasará con el ritmo inversor de los ciudadanos rusos en los próximos meses, dada la incertidumbre que genera la evolución de la guerra iniciada contra Ucrania y las consiguientes sanciones económicas contra Rusia, aunque coinciden en prever una contracción de sus inversiones inmobiliarias en España. “El cliente ruso tiene muy baja exposición en el mercado español”, reconoce el director de Estudios del portal inmobiliario Pisos.com, Ferran Font, que recuerda que el comprador de ese país mayoritariamente está presente en los mercados turísticos, tanto de la costa como de las grandes capitales.
Entre los inversores rusos en el mercado inmobiliario español a menudo se ha citado por parte de medios europeos al propio Vladímir Putin, al que a día de hoy, fuentes del sector inmobiliario le atribuyen varias propiedades en España. Entre ellas, se publicó que era propietario de una mansión en una colina privada marbellí con su propio campo de golf y sala de tiro, y en su día tenía al ya fallecido exalcalde moscovita Yuri Luzhkov como vecino, aunque más tarde diversos medios aseguraron que en realidad era propiedad de Valeri Ponomarev, otro empresario ruso.