Los contratos de un solo día caen con fuerza tras la penalización con 26 euros de las bajas
Escrivá calcula que febrero sumará 50.000 cotizantes a la Segruidad Socia y confirma que el martes llevará al Consejo de Ministros el fondo de planes de pensiones
El ritmo de creación de empleo sigue fuerte. En febrero la Seguridad Social ganará en torno a 50.000 cotizantes más (unos 21.000 más en términos desestacionalizados), así lo ha anunciado hoy el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, durante la presentación del avance de afiliación de este mes.
Si bien el ministro, más allá de la cantidad de empleo que se generará, ha destacado otro dato que refleja ya el impacto de la reforma laboral. Se trata de la fuerte caída que han experimentado este mes los contratos de un día de duración, que desde la Seguridad Social atribuyen a la penalización de 26 euros por cada baja de un contrato de duración inferior a los 30 días, que se incluyó en la reforma laboral que entró en vigor el 31 de diciembre.
Concretamente, en los meses de enero de los últimos cuatro años eran el 39% de todos los nuevos contratos que se firmaban mientras que este año han bajado, por primera vez, hasta el 29%. Esto, además, ha tirado para arriba de la duración media de los contratos de muy corta duración, que pasan de 5,3 días a 6,3 días.
Más allá de este efecto, Escrivá también ha dado a conocer otro tipo de repercusiones incipientes en materia de calidad en el empleo. Así, hasta mediados de febrero se han contabilizado 160.000 contratos indefinidos más que en este periodo en años anteriores, 150.000 contratos temporales menos y 20.000 fijos discontinuos, más.
En cuanto a los trabajadores que aún siguen en un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) se mantienen en el entorno de los 129.000, aunque prácticamente la mitad de ellos están incorporados a jornada parcial. Escrivá aseguró que su departamento ya trabaja para llevar al Consejo de Ministros --de la próxima semana o de la siguiente-- un paquete de medidas para activar un nuevo ERTE sectorial para las agencias de viajes y otras ayudas transitorias para que las empresas y trabajadores que aún tienen el empleo suspendido las enlacen con los nuevos mecanismos incluidos en la reforma laboral pero que aún no están plenamente despegados.
En ese sentido, el ministro también avanzó que los beneficiarios de la prestación extraordinaria para autónomos por Covid, a los que también se les termina esta ayuda el próximo 28 de febrero, recibirán una adaptación progresiva de su cotización hacia la normalidad en varios meses, pero no habló de que se fuera a mantener la prestación.
Lo que sí quiere llevar Escrivá al próximo Consejo de Ministros del martes, 22 de febrero, es el Anteproyecto de Ley de regulación para el impulso de los planes de pensiones de empleo, que regulará un gran fondo de planes colectivos de pensiones fundamentalmente dirigidos a trabajadores autónomos, de pymes y empleados públicos.
Fondo de planes de empleo
En otro orden de cosas, el ministro ha reconocido hoy que ni la patronal ni los sindicatos otorgarán públicamente su respaldo a esta nueva ley, aunque ha asegurado que "nunca aspiramos a una firma pública" de dicho apoyo, al igual que en todos los demás asuntos que negocia el Ejecutivo en materia laboral y de pensiones. Y atribuyó esta falta de apoyo de los interlocutores sociales a que cada uno de ellos consideraba que se podía llegar más allá en sus respectivas pretensiones, "pero aquí estamos para buscar un acuerdo", ha dicho Escrivá justificando que esta norma no lleve el mismo respaldo que las anteriores.
No obstante, la aprobación de este fondo para fomentar el segundo pilar del sistema de pensiones forma parte de uno de los hitos a los que se ha comprometido el Gobierno con Bruselas, por lo que Escrivá deberá emplearse a fondo por conseguir el respaldo de los grupos parlamentarios para poder aprobar la norma. En este sentido, ha confirmado que ya ha empezado a mantener conversaciones preliminares con los representantes de los grupos en las que ha tenido "la misma sensación" que con los interlocutores sociales. Esto es, que pese a no apoyar la ley tampoco se cierran en banda a su aprobación.