Semiconductores europeos, una opción clara de compra
El plan de la UE para lograr una cuota del 20% mundial en chips en 2030 no será determinante en Bolsa. Las compañías tienen un horizonte sólido de crecimiento de beneficios y cotizan a niveles atractivos tras los descensos de inicio de año
La Comisión Europea presentó esta semana a bombo y platillo la ley europea de chips, con la que pretende movilizar inversiones por 43.000 millones de euros para fabricar en Europa el 20% de la producción mundial en 2023. El anuncio no llevó sin embargo la euforia a las cotizaciones del puñado de fabricantes europeos de semiconductores, entre los que destacan la holandesa ASML, la alemana Infineon y la francesa STMicrolectronics.
El sector se ha convertido en estratégico y ya viene realizando inversiones multimillonarias. De hecho, abrir una fábrica de construcción de chips cuesta unos 20.000 millones de dólares y requiere un plazo de hasta tres años hasta que está operativa. Luis Golderos, analista y gestor de Renta 4, recuerda que “solo en equipamiento la industria de semiconductores se va a gastar 100.000 millones de dólares en 2022”. Incluso añadiendo otras iniciativas que incrementarían la inversión pública con la privada hasta los 43.000 millones que ha anunciado Bruselas “no suman lo suficiente como para ser relevantes”, explica Golderos. Sería, en su opinión, más el ruido que las nueces.
Valga también como referente la inversión anunciada por la tecnológica estadounidense Intel a finales del pasado año de una inversión de 80.000 millones de dólares en Europa para la próxima década con la construcción de dos plantas de chips, una de ellas ya prevista en Irlanda. Los expertos no creen que el plan de la UE vaya a ser determinante en Bolsa para las compañías europeas de semiconductores, un sector que se beneficia de la fuerte demanda y cuya oferta ha resultado insuficiente para cubrir las necesidades de actividades tan decisivas como la fabricación de automóviles.
El experto de Renta 4 también se muestra cauteloso en “asumir que este plan favorece a las compañías europeas. La holandesa ASML es la más puntera y puede verse más favorecida por el plan sobre chips de EE UU que por el europeo”, explica. En cualquier caso, más allá de los planes de Bruselas, los fabricantes europeos de semiconductores son una clara apuesta de compra por parte de los gestores, que mantienen firme una abrumadora recomendación de compra pese a las recientes caídas. Así, la corrección que sufre en el inicio de año el sector tecnológico a causa de las subidas de tipos deja descensos en 2022 de más del 17% en Infineon o del 18% en ASML.
Los analistas de Goldman Sachs, Barclays, BofA o Credit Suisse se muestran muy positivos con las compañías europeas de semiconductores. En Bank of America explican que estas firmas están “cotizando ligeramente por debajo de su media de cinco años, a pesar de lograr márgenes más altos, beneficios más elevados y aumentar los dividendos en metálico a sus accionistas”. Y añaden: “Los fundamentos siguen siendo sólidos para este año, que sugieren que el ciclo aún no se está revirtiendo”.
El informe de este mismo mes de Barclays apunta sobre los fabricantes europeos de chips “que 2022 será otro año más de mejoras en las ganancias, con gran parte del enfoque en las restricciones de suministro y la sostenibilidad de los niveles récord de beneficios. La reciente rotación fuera de la tecnología puede hacer que los inversores se detengan, pero lo vemos como una oportunidad para agregar selectivamente a los mejores a largo plazo”, indica.
Los expertos de Credit Suisse explican que los líderes de la industria y los disruptores del mercado son atractivos ya que se benefician de los efectos combinados del crecimiento y de la fuerte demanda de semiconductores. “ASML es nuestra mejor opción dentro de las grandes capitalizadas. En caso de una recesión cíclica, ASML también es más defensivo dentro del sector. Además, preferimos STMicrolectronics a Infineon ya que vemos un mayor potencial de alza en las expectativas de consenso de STM”, concluyen.
Goldman Sachs también ve potencial a estas compañías europeas. “Esperamos que las tendencias estructurales positivas relacionadas con la digitalización proporcionen vientos de cola para una serie de acciones clave dentro del hardware tecnológico europeo, semiconductores y juegos en 2022”. La propuesta europea si no parece contundente en sus cifras, sí que les pone aún más en el foco del inversor.
Gran potencial de subida
Precios objetivos. ASML cuenta con una tecnología clave para el sector: proporciona a los fabricantes de chips la maquinaria necesaria (sistemas de fotolitografía) para su producción. Goldman le da un precio objetivo de 930 euros a 12 meses, lo que supone un potencial superior al 60%. Credit Suisse lo sitúa en 945; BofA, en 846, y Barclays, en 800 euros la acción. Para Infineon, que ahora se mueve en los 33 euros, el precio objetivo de Goldman son 52,5 euros; para BofA, 50 euros; Credit Suisse le da 48,2 euros, y finalmente Barclays, 45 euros por título. Dentro de las grandes europeas, STMicroelectronics (cotiza en los 40 euros) también goza de las buenas recomendaciones, que van de los 60 euros del banco suizo a los 48 de Goldman, con 57 para BofA y un euro más para el británico Barclays. Por último, en el caso de ASM Internacional, con un precio actual en el mercado de 301 euros, los expertos de BofA esperan que escale hasta los 595 euros y los de Credit Suisse, hasta los 490 euros.
Asia. El líder indiscutible del sector de semiconductores es la taiwanesa TSMC, un gigante con una capitalización bursátil superior a los 640.000 millones de euros. Taiwán domina alrededor de la mitad de la producción mundial de chips.