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Salidas a Bolsa

Los bancos suben hasta el 59% en 2022 después de que Ibercaja aplazara su OPV

La entidad había programado para hoy su puesta de largo en el mercado La banca española se dispara gracias al cambio de ciclo en los tipos de interés

Los bancos de la Bolsa española
Infografía: Belén Trincado

Casi nunca es buen momento para salir a Bolsa. Las valoraciones no se ajustan a las expectativas o la volatilidad es elevada. Ibercaja, que a finales de 2018 contrató a un asesor para realizar una OPV, decidió cancelar su estreno el pasado 1 de febrero “a la vista de la alta volatilidad”. El Stoxx 600 de banca suma más de un 7% desde ese día, y sus rivales españoles acumulan alzas en lo que va de 2022 de hasta el 58,6%. Los gestores consultados afirman que la ventana de abril puede ser una oportunidad y otros avisan de que la situación ahora era ideal.

Ibercaja Banco lleva procrastinando con su OPV desde hace años. El conflicto entre Rusia y Ucrania, que había añadido presión en las Bolsas de todo el planeta, frenó las previsiones de que debutara este mismo viernes. Las valoraciones preliminares obtenidas por los bancos de inversión encargados de pilotar la salida a Bolsa durante el denominado investor education, que concluyó el pasado 28 de enero, no convencieron al consejo de administración.

La Fundación Ibercaja, dueña del 88% del capital del banco y que debe rebajar su posición por debajo del 50% para cumplir con la ley de cajas, prefirió aguardar momentos mejores. Las valoraciones preliminares, que hubieran tenido que plasmarse en el folleto de la OPV –aunque las horquillas siempre son orientantivas y no vinculantes, con posibilidad de subir o bajar el precio en función de la demanda–, se acercaban más a los 1.300 millones que al umbral máximo al que se aspiraba de 2.000 millones.

Los gestores consultados, sin embargo, señalan que la actual coyuntura hubiera sido casi ideal. La banca ya se comportaba bien en el año en Bolsa, al margen de otros sectores dañados por la espiral inflacionista, pero las palabras de Christine Lagarde, que el pasado 3 de febrero dejó la puerta abierta a subidas de tipos este mismo año en la zona euro, han sido la mejor gasolina para las cotizaciones de las entidades financieras.

Las subidas de tipos tienen un efecto benéfico en el margen de intereses de la banca. Es decir, la diferencia de precio entre el dinero que las entidades pagan por esa liquidez –a través de depósitos a los clientes, de la ventanilla de liquidez del BCE o de emisiones de renta fija, entre otras fórmulas– y el precio al que la prestan. Los bancos con grandes carteras hipotecarias de particulares, como Ibercaja –representa más del 63% del total de su crédito– serán los que más partido saquen a esta situación. Araceli de Frutos, EAF 107 y asesora del fondo Alhaja Inversiones, que apuesta por el sector bancario en China y Reino Unido además de vincularse al sector a través del sectorial del Stoxx 600 de banca, cree que “Ibercaja no ha trasmitido la confianza necesaria en su modelo de negocio para lanzarse al mercado al margen del momento”.

La buena noticia es que la jugada puede salirle bien, siempre y cuando nada se tuerza. Está previsto que a finales de este mes publique sus cuentas de 2021, con las que se irá a abril para la OPV.

Juan Gómez Bada, director de inversiones de Avantage Fund, señala que “toda empresa que sale al mercado es libre de aceptar o rechazar el precio que el mercado pone a sus acciones”. “Ibercaja (...) puede decidir retrasar su OPV porque crea que más adelante podrá obtener un precio mejor. No sé qué va a hacer el mercado a corto plazo. El tiempo dirá si han hecho bien”, agrega Gómez Bada.

Los dividendos como gancho y alternativa a la OPV

Ibercaja Banco especificó en el documento en el que explicó su intención de cotizar que distribuiría la mitad del beneficio a sus accionistas, que hubiera continuado siendo la Fundación Ibercaja, con entre un 46% y un 49,9% del capital. La opción de crear el fondo de reserva que permitiría a Fundación Ibercaja mantener su actual participación alcanzaría los 300 millones de euros. Para ello podría elevar el dividendo de manera inmediata con la venta de alguna división.

En todo caso, si las expectativas de subidas de tipos se mantienen, Ibercaja podría lograr una valoración más próxima a 2.600 millones de euros, equivalente a  las 0,77 veces el valor en libros a las que se paga CaixaBank, su comparable de la parte alta.

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