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Coyuntura

España cerró 2021 con un crecimiento del 5%, el mayor en dos décadas

La variante ómicron y la energía lastran el consumo en el último cuarto del año

PIB
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La economía española cerró 2021 con un crecimiento del 5% respecto al ejercicio anterior, el mayor alza en dos décadas, pero que llega después del peor ejercicio del que se tienen registros: la economía se desplomó un 10,8% en el año 2020. En el último trimestre del año pasado, la economía creció un 2% en relación al trimestre anterior (seis décimas menos que hasta septiembre) y un 5,2% respecto al último trimestre de 2020 (1,8 puntos más), según los datos avanzados por el INE este viernes. Esta aparente discrepancia obedece al efecto escalón del mal cuarto trimestre de 2020, cuando la economía empeoró su comportamiento y cayó un 8,8% interanual.

El consumo de los hogares se ha retraído en un tramo final del año marcado por el rebrote de la pandemia ligado a la variante ómicron y por la fortísima escalada de la factura energética. Así, el gasto de los hogares ha caído un 1,2% respecto al trimestre anterior. Un frenazo que se ha visto compensado con la pujanza de la inversión, que acelera hasta aumentar un 8,5% trimestral gracias más a la inversión en equipamiento que en la vivienda, que se queda en un avance del 2,3%.

El año ha estado marcado por la inestabilidad de las variables, que se han movido al son de la situación sanitaria. Ello ha complicado las previsiones y ha sido el detonante de notables revisiones de las cifras de trimestres precedentes, como ocurrió en la publicación de los datos de PIB del tercer trimestre, que recortaron un insólito 1,7% las cifras estimadas inicialmente para el segundo. Después fue revisado el propio dato del tercer trimestre. Y la cifra publicada hoy es, en todo caso, una primera estimación.

El dato final, así, ha estado ligeramente por encima del 4,9% que pronosticaban de media los expertos del panel del Funcas en su última revisión, esta misma semana. Gobierno, OCDE y Banco de España tenían, de hecho, previsiones de más del 6% de principios de otoño.

Aunque la salida de la crisis está siendo en clave nacional, en el tramo final de 2021 la demanda exterior (exportaciones y turismo) ha apoyado con más solvencia la actividad. De los 5,2 puntos que ha crecido el PIB en términos interanuales, la demanda nacional ha aportado 3,6 puntos (1,1 más que en el tercer trimestre) y la exterior, 1,7. Las exportaciones crecen un 6,5% trimestral (tres puntos más que las importaciones) y hasta un 15,8% sobre el año anterior, gracias en buena medida a la recuperación del turismo: el gasto de no residentes en territorio español crece un 684% sobre el año pasado, cuando en el tercer trimestre, temporada alta veraniega, este porcentaje quedó en el 142%.

El impacto de la variante ómicron se deja ver en la evolución trimestral de las actividades. Así, si el comercio y la hostelería crecieron a un ritmo del 11,8% entre junio y septiembre, en el cuarto trimestre la variación se ha quedado en menos de la mitad, un 4,5%. Han caído a plomo las actividades artísticas y recreativas (pasan del +9,9% al -11%) y empeora también el mercado inmobiliario. La industria, por su parte, mantiene el ritmo de crecimiento del 2% y la construcción frena cuatro décimas, del 2% al 1,6%.

En términos de empleo, los puestos de trabajo a tiempo completo medidos por el INE arrojan la creación de 1,12 millones, un 6,4%. La cifra es casi un 50% más elevada que la aportada ayer por la encuesta de población activa (840.000 empleos, un 4,35% más). Las horas efectivamente trabajadas son un 2,9% superiores a las del año pasado. Esta cifra sí está en línea con la estimación de la EPA (2,46%). Así, dado que la economía crece más en términos interanuales que las horas trabajadas, la productividad por hora trabajada crece el 2,2%. Ahora, si se mide en términos de puestos de trabajo, cae el 1,1%, menos en todo caso que en el trimestre anterior. 

La escalada inflacionista en el último tramo del año queda, por su parte, reflejada en el aumento del PIB a precios corrientes: crece a un ritmo de casi el 10% interanual, un acelerón de casi cinco puntos de los que apenas 1,8 son mejor económica y otros tres, inflación. El deflactor del PIB (medida que se toma para eliminar el efecto de los precios en el PIB) está ya en el 4,4%, 2,8 puntos más que en septiembre.

Esta inflación no se está trasladando de forma evidente a los salarios: la remuneración media por asalariado varía un 0,3% (seis décimas más que el trimestre anterior) y la remuneración total para el conjunto de los empleados aumenta el 6,8%. Las empresas, por su parte, pasan del estancamiento del excedente de explotación en el tercer trimestre (0,3%) a un aumento de los beneficios del 13,3%.

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