Tomar decisiones con el internet de las cosas reduce costes a las empresas
Los expertos consideran que la tecnología del internet de las cosas (IoT) no solo puede crear procesos nuevos, sino que aporta valor añadido a los que ya existen y los mejora en combinación con la inteligencia artificial (IA)
La convergencia de la inteligencia artificial con el internet de las cosas (IoT) añade un valor añadido a los procesos empresariales que permite a las empresas reducir costes y trabajo. Aunque no es fácil y todavía existen múltiples barreras. Así se desprende de las intervenciones de los expertos que han participado en la mesa Mucho más que conectividad y sensores: el internet de las cosas cambia el negocio, organizada por CincoDías en colaboración con Prosegur y en la que se ha analizado la aportación de la IoT a las tareas empresariales
La capacidad de análisis de datos para poder tomar decisiones más adecuadas y más rápidas es la gran transformación que ofrece el IoT en cualquier sector. “Mezclar información para dar valor añadido” es un elemento positivo que destaca Valentín González Barbosa, director de transformación digital y sistemas del administrador ferroviario público Adif.
“Ese valor añadido supone disponer de información, por ejemplo, en el aspecto energético, al tener los datos en tiempo real para consumir mejor y para tener eficiencia operativa”. Pero también supone ventajas para los usuarios particulares. “Un viajero que llega a una estación puede poseer información integrada y eso incluye aspectos como la temperatura del lugar de su destino o las bolsas de taxis que hay disponibles en la estación de llegada”, explica.
Carlos Prieto, director comercial y de desarrollo de negocio de la empresa tecnológica Libelium, ejemplifica lo que representa el IoT en la mejora “de lo que ya tenemos”. Según Prieto, “una máquina dotada con un dispositivo IoT que debe distribuir un determinado producto sabe la cantidad exacta del mismo que hay que utilizar. El proceso de la maquinaria es el mismo pero así se ahorran costes y se gana eficiencia”.
Datos inteligentes
El director global de innovación de Prosegur, José Daniel García Espinel, añade que, en realidad, se trata de utilizar lo que ya se tiene pero de otra manera. “En nuestro caso, el dispositivo por excelencia son las cámaras. Estas nos permiten controlar la afluencia de personas en el andén de una estación ferroviaria gracias a la inteligencia artificial. Con la plataforma GenzAI que hemos desarrollado en Prosegur podemos enviar esta información al vigilante que tenemos en la estación para que evite aglomeraciones que produzcan situaciones de riesgo, dice García Espinel, quien expone otro ejemplo, esta vez doméstico: “Las cámaras que disponemos en el hogar a nuestros clientes de Movistar Prosegur Alarmas, las hemos convertido en inteligentes gracias a la inteligencia artificial. Ahora estas cámaras te están dando información de cuando realmente pasa algo, solo información importante..., la información inteligente”.
En el mundo de la construcción, Félix Tejada, director del Acelerador Digital de Typsa, manifiesta lo que supone la nueva tecnología para su sector: “No trabajar inútilmente”. “En un proyecto básico es frecuente que al construirse, venga después el operador y empiece desde el principio. Con los sensores IoT no se trabaja dos veces, se aprovecha el trabajo anterior y, en consecuencia, hay menos costes”, declara.
Barreras
Julio Moretá, global digital strategy lead y CDO de Exolum Group, pone sobre la mesa dos puntos que considera “interesantes” sobre el uso del IoT como son “la infraestructura de comunicación, pues no todo el mundo tiene tecnología para llevar la inteligencia artificial de la nube a la fuente del dato y la estandarización de las plataformas. Hoy hay muchísimas y ninguna que unifique todo”. Sobre esto último, tanto el representante de Adif como el de Typsa ven una oportunidad. “Alguien tiene que unificar, es factible”, sostienen.
Aunque lo cierto es que todos los participantes reconocen que hay muchos tipos de sensores y estos se tienen que adaptar al lugar donde trabajan. “En entornos sucios, con mucha contaminación de todo tipo, como es una industria o nuestras infraestructuras ferroviarias, no valen los normales, tienen que ser autónomos para no gastar demasiado”, asegura González Barbosa, de Adif. “En el mundo de los sensores, lo importante es cómo coges el dato, pero no podemos poner cualquier cosa en cualquier lado”, concluye Carlos Prieto.
Un capítulo muy destacado es el de la seguridad. García Espinel, de Prosegur, utiliza un símil: “Antes las empresas, para evitar ciberataques, construían castillos fortificados para la defensa para evitar que nadie entrara, ahora la ciberseguridad se parece más a un aeropuerto, donde tienes que implantar las medidas necesarias para permitir que los pasajeros entren y salgan, pero siempre consiguiendo un entorno seguro".
La seguridad tiene que evolucionar todos los días y es un campo “en el que queda mucho por hacer” asegura González Barbosa. Un problema que añade el directivo de Prosegur en este sentido es el gran cuidado que hay que tener “para no vulnerar la privacidad y ser responsable con el uso de la inteligencia artificial”.
La irrupción de estas tecnologías supone todo un cambio cultural. Carlos Prieto, de Libelium, afirma que “hay que cambiar la mentalidad. Esta tecnología afecta a todos los departamentos de las empresas, no solo a los técnicos”.
Impacto por actividades
El nuevo sistema es transversal. Se abren muchos campos, coinciden los expertos participantes. “Hay mucho negocio porque se trata de digitalizar la realidad, desde la Administración pública al mantenimiento de edificios, por ejemplo”, subraya Félix Tejada, de Typsa.
La gran potencia de la tecnología del IoT resulta de combinar el mundo físico con el digital
El IoT mejora tareas y tanto Prieto como García Espinel creen que lo que hay que hacer es combinar tecnologías. “Los nichos de mercado resultan de combinar el mundo físico con el digital y eso se puede conseguir gracias a la IoT, que conecta ambos mundos”, argumenta el representante de Prosegur.
Para Moretá, de Exolum, el IoT “puede plantear escenarios que no se dan ahora mismo”, y pone como ejemplo la posibilidad, ya próxima, de contar con representaciones digitales o gemelos digitales con toda la información para probar medicamentos.
Uno de los problemas que surgen en la actualidad con el IoT es hacer entender a los responsables de las empresas qué tecnología necesitan y qué tienen que adquirir para su negocio. “El 60% de las pruebas de concepto fallan porque, al llegar el proveedor a la posible empresa compradora, solo se habla de tecnología, no de cuál le conviene a esta”, asegura el directivo de Libelium.
Presencia humana
Lo que es evidente, indica García Espinel, es que "lo que mejor funciona es la combinación de los dispositivos con las personas. La tecnología potencia las capacidades de las personas, combinándolas podemos dar el mejor servicio a nuestros clientes", explica.
En relación con los posibles nichos de mercado del IoT, Tejada aclara que “no todas las actividades se pueden informatizar. “Nuestra tarea como responsables es saber cuáles sí pueden hacerlo y cuáles generan valor”. González Barbosa añade que “la transformación digital va de transformar las cosas, es la reingeniería de los procesos”. Por el momento, existe una dificultad que han observado estos expertos y es que muchos directivos de compañías “no saben de tecnología”.
Se insiste por parte de todos en que, en el futuro, el impacto en los negocios del IoT vendrá de la mano de la combinación con otras tecnologías que pueden ser tan complejas o más.
El director del Acelerador Digital de Typsa señala que “la clave será cómo acceder a la información y las decisiones que se tomen llegarán gracias a la vista, a las manos libres”. En todo caso, “el proceso de solucionar cosas vendrá de forma natural”, opina González Barbosa, mientras que para Prieto “la tecnología nos ha ayudado siempre a mejorar. El IoT mejora los procesos y los recursos, vamos por el buen camino”.
Una cuestión clave respecto a la implantación del internet de las cosas es si las infraestructuras existentes son suficientes y pueden aguantar la demanda. Para el representante de Libelium, “desde luego que sí, hoy por hoy aguantan”. Su opinión está basada en que tecnologías complejas como el 5G “para la mayoría de las cosas ahora no hacen falta, aunque nos dé respuestas rápidas y aunque contenga mucha información”.
El responsable de transformación digital de Adif confirma que, en lo que respecta a las infraestructuras, “no hay un problema tecnológico”. Lo que sí sigue siendo interesante “es cómo se gestiona todo lo que hay”. En Prosegur, “la pieza clave son los centros de control desde donde se monitorizan todos los sensores de manera remota”.
Y Moretá, de Exolum, concluye que hoy se puede contar con múltiples dispositivos, “se pueden fabricar hasta microsatélites a precios ridículos. La tecnología está ahí, otra cosa es que las empresas la utilicen”.
En general, la visión de futuro es optimista. “Esta tecnología va a ayudar a que el mundo sea mucho más sostenible”, enfatiza Prieto. Mientras Moretá añade que el IoT es una tecnología “muy buena por sí misma” y mejor “si se marida y combina contras tecnologías” y González Barbosa ve en ella “más eficiencia operativa en beneficio de nuestros clientes”.
El funcionamiento de los dispositivos
Ahorro de emisiones. Si una plaza de aparcamiento está sensorizada, se puede avisar al posible usuario de que está libre y este se dirige a ella directamente, con lo que se ahorra dar vueltas con su vehículo buscando sitio y, en consecuencia, emite menos CO2.
En el hogar. El IoT permite que las cámaras de seguridad de un sistema de alarmas instaladas en una vivienda envíen información relevante, es decir, si realmente está ocurriendo algo significativo, y lo hacen al momento para que la acción sea inmediata.
En el campo. Un agricultor puede ver facilitada su tarea con sensores que le informan de las necesidades; por ejemplo, echar abono en un momento determinado en un terreno concreto. Luego es el agricultor quien, con su experiencia, determina qué cantidad será la necesaria.
Facilitar el negocio. En un negocio de alquiler de maquinaria, por ejemplo, el IoT ayuda a sacar más rendimiento mediante un dispositivo que facilite la información exacta de cuántas horas se ha utilizado y así determinar con precisión el gasto que cargar al cliente.
Sensores delicados. No todos los sensores con IoT son iguales y los hay extremadamente delicados. Un ejemplo son los sensores de aire que tienen mucha complejidad y son de corta duración, ya que hay que sustituirlos cada 6 meses o cada 12 como máximo.
Energía. Se ha llegado a conseguir que haya sensores que captan la energía del propio ambiente que le rodea, con lo que resultan más autónomos.