Materias primas y energía, motores de arranque en la recuperación
Las materias primas suelen ofrecer siempre las primeras señales en los cambios de ciclo económico en el mundo. Ahora, tras la fuerte contracción de la actividad generada por la pandemia, en la que llegaron a registrar precios negativos en los mercados internacionales (el petróleo cotizó en valores negativos en los primeros meses de 2020), acumulan unos cuantos meses de subidas de precios por el crecimiento intenso de la demanda, con un reflejo alcista no menos intenso en las cotizaciones de las empresas productoras. Y la expectativa de los analistas es que se mantenga durante 2022 la tendencia alcista de precios y cotizaciones por el avance de la demanda, unas veces puntual para atender la producción y otras por el ejercicio de acumulación de las economías asiáticas. Por tanto, como siempre en el pasado cuando se activaba la economía tras una recesión, las materias primeras, incluidas las energéticas, son objeto del deseo de los inversores.
Pero en esta ocasión hay factores adicionales que funcionan como un efecto multiplicador sobre los precios. La súbita subida de la demanda de petróleo coincide con una oferta más limitada como consecuencia del parón en las inversiones en exploración tras la desviación de los esfuerzos hacia las energías verdes y el desplome de los precios del crudo. Esta doble circunstancia ha provocado una reactivación del precio, que se acerca a los 90 dólares por barril y que podría llegar a los 100 este año, según varios analistas del mercado. En cuanto al gas, alternativa al petróleo y con gran demanda en Europa especialmente en invierno, los precios se han disparado por la crisis geopolítica desatada en torno a Ucrania, y seguramente se mantendrán elevados por interés ruso. Esta misma semana los mercados globales han tenido que encajar pérdidas como consecuencia de la escalada de tensión en la zona, que podría condicionar durante meses los precios.
Este tipo de crisis geopolíticas se sabe cómo empiezan, pero en absoluto cómo acaban. Es de esperar que los esfuerzos diplomáticos pongan coto al conflicto y que la recuperación de la economía mundial prosiga con la fortaleza que tenía marcada. En tal caso, las materias primas mantendrán los precios alcistas y, con ellos, las cotizaciones de las empresas productoras, ya se trate de materias minerales, energéticas o de otra naturaleza. A fin de cuentas se trata del más cíclico de los componentes de toda recuperación económica, y que los inversores pueden seleccionar con la adquisición de cotizadas de forma directa o a través de fondos de inversión especializados tanto en las empresas extractoras como en las de transportes o transformadoras.