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Nuevo año y la inflación sigue como protagonista: ¿qué está pasando?

De las presiones inflacionistas a los bancos centrales, el mercado y el ahorro

¿Dónde ha quedado el término transitorio cuando hablamos de la inflación? 2022 ha comenzado manteniendo la estela del año que acabamos de despedir. La inflación continúa siendo uno de los claros focos de atención -de inversores, ahorradores, empresas, instituciones, etc.-, aunque, ahora, la interpretación que hacen de ella los principales agentes del mercado es bien distinta a la de hace unos meses.

Estamos iniciando el año con las lecturas que van llegando a cuentagotas de las cifras de inflación de diciembre de los principales países y economías del mundo. Esta mañana hemos conocido la tasa de inflación anual de la zona euro y de la Unión Europea, que ha subido una décima, hasta cerrar 2021 en el 5% y en el 5,3%, respectivamente.

Ayer conocíamos el dato de IPC de Reino Unido y Alemania, que nos dejaba unos niveles que no se veían en los últimos 30 años y que, además, superaban las expectativas de los analistas. Y es que esto es precisamente uno de los factores que más está presionando al mercado porque si bien se siguen esperando lecturas altas de inflación, estás sorpresas negativas está alimentando las dudas entre los inversores y metiendo más presión a los bancos centrales.

De hecho, después de que se conociera que los precios en Reino Unido se han disparado al 5,4% en diciembre, las primeras estimaciones ya hablan de un nivel del 6% para el segundo trimestre del año, con la consiguiente presión que tendrían las familias y los hogares británicos. ¿Cuál ha sido la siguiente noticia? El mercado ya empieza a descontar que el Banco de Inglaterra suba los tipos de interés en la próxima reunión de febrero, mientras vemos, también, cómo estos altos datos de inflación están presionando a otros activos como los bonos, tanto que otra de las noticias de esta semana ha sido que el bono alemán ha vuelto a cotizar en positivo por primera vez desde mayo de 2019.

Sigue muy fuerte el relato de que la inflación preocupa”, señala Ángel Olea, director de inversiones de Abante, que pone el foco en que, con esta premisa, lo que se está descontando es que los bancos centrales, especialmente la Reserva Federal de Estados Unidos, pueda endurecer bastante su política monetaria.

Las presiones inflacionistas están haciendo que el foco de atención se instale, irremediablemente, en los bancos centrales, que tienen como objetivo vigilar el nivel de precios y velar por que se mantengan en un nivel adecuado. Los bancos centrales fueron protagonistas el año pasado por hablar en innumerables ocasiones de la transitoriedad de la subida de la inflación y este año, además de por las medidas que pongan en marcha, lo están siendo por haber dejado atrás esa palabra.

El vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, dijo recientemente que, quizás “la inflación no era tan transitoria como esperaban”. Y ahora, lo que estamos viendo es que los bancos centrales empiezan a hablar de endurecer su política monetaria para controlar la inflación.

Este jueves el foco está en las actas del BCE de la reunión de diciembre y en lo que pueda salir de la siguiente cita, prevista para principos de febrero, en relación a la inflación (no se esperan subidas de tipos, pero sí un endurecimiento en la parte del programa de activos). Y, al otro lado del Atlántico, con una subida de la inflación del 7% en diciembre en Estados Unidos -su mayor nivel desde 1983-, se esperan ya tres o cuatro subidas de tipos este año, la primera, en marzo.

Como recuerda Marta Campello, socia y gestora de fondos en Abante, hace apenas unos meses nadie esperaba subida de tipos en Estados Unidos y ahora ya están encima de la mesa. “La realidad es que tenemos inflaciones muy altas, se espera que vayan remitiendo ligeramente durante este 2022, pero, a corto plazo, todavía no lo van a hacer”.

Este escenario, ¿qué podemos hacer los inversores y ahorradores? La pérdida de poder adquisitivo con el paso de los años -si la inflación sigue al alza- es una realidad. En este entorno inflacionista, si queremos, al menos, superar a la inflación para que nuestro dinero no valga menos con el tiempo, debemos apostar por productos financieros que nos remuneren, como mínimo, lo que está subiendo la inflación y huir de otros, como los depósitos que, en la actualidad, apenas dan rentabilidad.

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