La financiación sostenible supera el billón de dólares hasta septiembre pero deberá acelerar
Alcanzar emisiones netas cero en 2050 requerirá inversiones adicionales en producción de energía de cerca de 960.000 millones de dólares hasta 2030
El desarrollo de la financiación a actividades medioambientales y socialmente sostenibles alcanzó en los tres primeros trimestres de 2021 un billón de dólares, superando los 720.000 millones de todo 2020, según el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés), de acuerdo a un informe publicado este martes por J. Julián Cubero, economista líder del área de Modelización Económica y Análisis de Largo Plazo de BBVA Research.
La financiación ligada a objetivos medioambientales, sociales y de buen gobierno (ESG, por sus siglas en inglés) crece a buen ritmo. Pero este es insuficiente. Solo alcanzar emisiones netas cero en 2050, objetivo consistente con la meta de temperatura del Acuerdo de París, requerirá inversiones adicionales en producción de energía de cerca de 960.000 millones de dólares en media anual en 2021-2030, según la Red para la Ecologización del Sistema Financiero (NGFS, por sus siglas en inglés), como recoge el documento elaborado por el departamento de análisis de BBVA.
"Se necesita un conjunto completo de políticas climáticas, de alcance global, creíbles y sostenidas a largo plazo, construidas en torno a un precio de las emisiones CO2 suficiente para dar los incentivos de rentabilidad, y por tanto de financiación, apropiados a proyectos de inversión sostenible medioambientalmente", añade el informe
Además, desde BBVA Research señalan que "más que establecer cuotas u objetivos generales, habría que empezar por una definición clara, lo más permanente y global posible (común a distintas jurisdicciones) de lo que es verde". Y avisan de que para un primer paso tan esencial, aún queda mucho camino por recorrer, ya que hoy en día ni siquiera existe una taxonomía definitiva y completa en Europa ni una norma mundial para la divulgación de las exposiciones al riesgo medioambiental
Cierto es que empieza a haber evidencia empírica de cómo las empresas son efectivamente recompensadas por su compromiso medioambiental con un acceso más favorable a la financiación bancaria, al menos en préstamos sindicados otorgados por bancos también comprometidos medioambientalmente.
Al analizar la información sobre el precio de los préstamos sindicados utilizando una amplia base de datos internacional para el período 2011-2019,8 se encontró un efecto estadísticamente significativo que desde 2015, tras la firma del Acuerdo de París, hace que los bancos “verdes” hayan ofrecido a empresas también “verdes” un descuento en el rango de 60-69 puntos básicos en relación al coste de préstamos sindicados a empresas marrones.
Con todo, la transición hacia una economía libre de carbono requiere de apoyo técnico y financiero a las economías en desarrollo, tanto por razones de eficiencia como de equidad. Aquí hay destacar que el capital privado movilizado se ha mantenido estable en niveles relativamente bajos, cerca de 14 miles de millones, especialmente llamativo si se tiene en cuenta el volumen de financiación pública disponible. Y es que las economías en desarrollo tienen, en general, un coste de capital más elevado que las desarrolladas,12 lo que dificulta lograr rentabilidad de proyectos de inversión, climáticos o no.