La venta de un trocito de L’Oréal por Nestlé es un recorte desordenado
La alimentaria mantiene un 20% por la alta rentabilidad de la cosmética, y por la falta de alternativas baratas
Nestlé va a dar un pequeño paso en vez de un gran salto. Ha vendido de vuelta una participación del 3% en L’Oréal por 8.900 millones de euros, pero se aferra al 20% de la firma cosmética. La timidez del jefe Mark Schneider dice mucho sobre las valoraciones de las empresas de bienes de consumo.
El grupo compró por primera vez L’Oréal en 1974 porque la familia fundadora, los Bettencourt, quería protegerse de compras hostiles. Tenía más sentido financiero que estratégico. Desde 1985, L’Oréal ha obtenido una rentabilidad total del 28,255%. Sin embargo, críticos como Dan Loeb argumentaban que Nestlé debería venderla para centrarse en negocios más cercanos, como la alimentación.
La rentabilidad del 141% de L’Oréal desde el llamamiento de Loeb en 2017 reivindica la decisión de Schneider de no vender entonces. Pero la meteórica evolución de la cotización del grupo francés hace que cierto recorte sea difícil de resistir. Nestlé venderá a L’Oréal acciones valoradas en 58 veces los beneficios futuros, y utilizará el efectivo para recomprar sus propias acciones, que cotizan a apenas 28 veces.
Vender una participación de aproximadamente 55.000 millones es probablemente más fácil de decir que de hacer. Nestlé tendría que deshacerse de las acciones en el mercado, o bien convencer a L’Oréal para que las recompre. El mayor desafío es qué hacer con el dinero. Las acciones de consumo, medidas por el índice FTSE World Consumer Staples, están ahora un 26% por encima de los niveles prepandemia. Las valoraciones son aún más contundentes en las áreas favoritas de Schneider, como los alimentos saludables o sin carne. La deficitaria Beyond Meat cotiza a 10 veces las ventas finales.
Aun así, a los inversores de Nestlé les iría mejor si decidieran poseer L’Oréal por sí mismos. Schneider también podría entregarles las acciones directamente, como alternativa a una venta, aunque eso podría desencadenar obligaciones fiscales en algunos países. Al aguantar, está apostando por que el extraordinario retorno de L’Oréal siga manteniendo contentos a sus inversores. No es algo seguro.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías