Portugal: desempleo a la baja, salarios al alza
El vecino de España se encuentra inmerso en una buena dinámica económica. El Estado cuenta con dos regiones que le sirven de motor, siendo el área norte la zona que ostenta oficialmente el título
Desde que en 2012 su economía tocara fondo, Portugal ha ido recuperando el pulso. La escalada de su PIB y de los salarios contrasta con la abrupta caída que ha experimentado el desempleo en los últimos años (ver gráfico). Algunos hablan del “milagro portugués” al referirse a la economía lusa, pero sus cifras no han mejorado por arte de magia.
Portugal es un país que ronda los 10,3 millones de habitantes y tanto la población como su actividad se concentran principalmente en dos zonas. De un lado, Lisboa y su área metropolitana; de otro, la región norte con Oporto a la cabeza. Estas dos divisiones territoriales aglutinan de forma conjunta a más de la mitad de los 4,08 millones de trabajadores por cuenta ajena que viven en la nación portuguesa.
Si bien son los principales motores, hay grandes diferencias entre ellos. Mientras que Lisboa tiene a la práctica totalidad de sus trabajadores dedicados al sector servicios, en el norte este sector se combina con la mayor concentración del país de trabajadores de la industria. Los salarios son menores en el entorno de Oporto que en la capital, pero también el coste del alquiler es mucho menor allí. En el norte, el sector textil representa el 26% del total de la industria asentada en la zona, frente al 16% de media del resto del país.
Maite Cancelo, directora del departamento de Economía Cuantitativa en la Universidad de Santiago de Compostela y miembro de la junta de gobierno del Colegio de Economistas de A Coruña, explica que aunque Portugal es un país que ha mejorado mucho su economía, cabría matizar sus logros. “De hecho, el PIB portugués crece menos que el español (entre los años 2017 y 2019, un -1,1% menos en acumulado). Si analizamos el PIB per cápita, en el año 2019 era de 20.740 euros por habitante, mientras que el español era de 26.430, por lo que el PIB por habitante luso es el 78,5% del español”.
La experta apunta a que un factor clave de cara a una alta competitividad de su economía es el de unos salarios que, pese a haber aumentado, siguen siendo bajos. “En el año 2014 el salario mínimo era de 505 euros y ahora se está discutiendo elevarlo a 705 para 2023. Hay que tener en cuenta que 1,2 millones de portugueses están afectados por este salario, que en 2022 se situará en 695 euros”. En el segundo trimestre de 2021, el sueldo medio en Portugal alcanzaba los 1.010 euros.
Sin tener grandes diferencias en la estructura de la economía respecto a la española, Portugal sí cuenta con una mayor presencia de industria (1,4% más) y más peso del sector servicios (+1,2%). En cambio, Cancelo asevera que es cierto que hay más ofertas de empleo en la industria en la zona norte del Estado que, por ejemplo, en Galicia; “hay que tener en cuenta las diferencias salariales a ambos lados de la frontera”, recuerda.
Fortalezas
Paula Gonçalves Carvalho, economista jefe de BPI Research, recapitula qué factores han propiciado la buena marcha portuguesa. “En primer lugar, la aparente ganancia de competitividad de la producción portuguesa, ya que las exportaciones de bienes registran valores superiores a los de 2019, con incrementos de cuota de mercado en varios segmentos y una distribución muy diversificada por productos y por países”.
Gonçalves añade que el empleo se ha recuperado a niveles pre-Covid y que la tasa de paro está cerca de hacerlo. El turismo está respondiendo; la deuda, aunque ha aumentado a raíz de la pandemia, debería, según la experta, situarse este año 11 puntos por encima de los niveles previos al virus “comparándose bien con otras economías similares”. Por último, Gonçalves destaca la buena marcha de la vacunación, con un 85% de la población inmunizada.
Cuestionada por los factores que han facilitado el descenso del desempleo, Gonçalves lo atribuye en buena parte a la acción del Gobierno luso. “Fue clave el soporte prestado a las empresas y los programas de apoyo al empleo, es decir, a través de suspensiones temporales, sin perder el vínculo entre trabajadores y compañías y permitiendo una rápida recuperación cuando se levantaron las restricciones”. A las ayudas se le sumaron los esfuerzos por controlar la enfermedad, haciendo que el Estado fuera uno de los grandes empleadores del periodo.
“Por otro lado, el impulso positivo de la actividad tras el confinamiento de los primeros meses del año y las buenas perspectivas de evolución de la demanda también han justificado una creciente solicitud de mano de obra por parte de empresas que, en todos los sectores, registran altos niveles de confianza”. La experta enumera la construcción, las actividades financieras, la industria, el transporte y el almacenamiento de información como las actividades que se acercan más a su nivel prepandemia.
Por su parte, Cancelo añade que Portugal ha apostado fuertemente por la internacionalización de su economía en los sectores industriales en los que presentan más fortalezas (calzado, vinos, moda). “Es cierto que en los años más duros de la pasada crisis se acometieron reformas, con la ya citada contención salarial se redujeron los costes laborales unitarios y el país ganó competitividad internacional vía precios. La fiscalidad también es más atractiva y es un Estado en el que los trámites burocráticos son mucho menores que en España, lo cual es un gran incentivo para los inversores que quieren asentarse en ese país”.
Inversión
Gonçalves describe por qué exactamente Portugal resulta un destino apetecible tanto para la inversión internacional como a la hora de irse a vivir allí. “Portugal es conocido por varios atributos, entre los que destacan, entre otros, la seguridad, la ubicación y la extensa costa, el clima agradable, la buena acogida de personas y ser un país con un nivel de vida relativamente asequible pero con una buena oferta gastronómica, cultural y de infraestructuras que compite con las mejores ubicaciones europeas”.
A nivel de las personas y bajando caso por caso, la experta detalla que la mayoría de los no residentes que se trasladan a Portugal son jubilados, personas que quieren una segunda vivienda e incluso trabajadores que, aprovechando el teletrabajo, han decidido establecerse allí. “En los últimos cinco años previos a la pandemia, se constató que los franceses e ingleses eran las nacionalidades que más buscaban vivienda en Portugal, representando entre el 35% y el 40% del número de transacciones de no residentes”.
Desde el plano empresarial, Cancelo asegura que los inversores ven a Portugal como un país con ventajas fiscales, con facilidad para hacer negocios, con una elevada seguridad jurídica y con profesionales formados que tienen dominio de idiomas. “Han sido determinantes las exenciones fiscales para las empresas extranjeras, lo que ha provocado que grandes fondos patrimoniales y grandes multinacionales como Google, Embraer o Siemens inviertan en el país”, concluye.
Algo insólito
Esta misma semana, y contrastando con la imagen de estabilidad que transmite en otras cuestiones Portugal, por primera vez desde la Revolución de los Claveles un Presupuesto del Estado no ha salido adelante.
Los 117 votos en contra procedentes de todo el arco ideológico bastaron para sepultar los 108 que se consiguieron a favor gracias a la bancada socialista. De esta forma, el Gobierno de Antonio Costa se ve abocado a unas elecciones que probablemente serán celebradas en enero, una vez que el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, disuelva las cortes y las convoque.
Lecciones portuguesas
Del norte
La región norte es menos sensible a las fluctuaciones económicas debido a su menor dependencia del turismo gracias a su industria. “Sobre todo, la región norte muestra la importancia de la diversificación para lograr una mayor resiliencia”, dice Gonçalves. Con relación a esta misma región, Cancelo sostiene que en Portugal han sabido sacar ventaja de su situación geográfica y de las sinergias que se generan con Galicia en materia industrial. “En esto el Gobierno portugués ha tenido claro el concepto de eurorregión en temas como infraestructuras o la proximidad lingüística que generan movimientos en ambos lados de la frontera en ámbitos como el comercio, el turismo y los negocios, además del impulso a empresas tractoras de PSA con planta en Vigo y en Mangualde”.
De todo el país
Cancelo opina que Portugal siempre apostó por la oferta de suelo industrial y la agilidad administrativa para la implantación de nuevos negocios. “Esto acompañado de las medidas en materia de fiscalidad son claves para la evolución económica del país”. Por su parte, Gonçalves cree que los últimos años desde la crisis financiera internacional demuestran que la apuesta por el fortalecimiento de las competencias, la búsqueda de nuevos mercados y la inversión en sectores con valor añadido elevado, así como políticas económicas adecuadas, son elementos clave para superar las dificultades y desequilibrios estructurales. “Portugal cuenta actualmente con un sector privado dinámico y empresas que destacan en términos de innovación, incluso en sectores considerados tradicionales. Las exportaciones superaron el 40% del PIB prepandemia y los niveles de endeudamiento se redujeron considerablemente en el caso de las empresas”.