¿Es momento de comprar eléctricas pese a la incertidumbre regulatoria?
Las medidas anunciadas por el Gobierno provocarán un impacto en beneficios que el mercado ya ha amplificado con creces
Sorpresa e inseguridad jurídica. Esa es la reacción generalizada de los inversores a las medidas anunciadas por el Gobierno esta semana para intentar frenar el alza del recibo de la luz. La más controvertida de ellas es el recorte temporal, hasta el 31 de marzo de 2022, del exceso de retribución que están recibiendo las eléctricas a consecuencia de los altos precios del gas, una cuantía que el Gobierno cifra en 2.600 millones de euros que las compañías tendrán que devolver.
Se trata de evitar que las centrales que no contaminan –hidráulicas, nucleares y eólicas con una capacidad instalada superior a los 10 megavatios– obtengan beneficios extraordinarios, gracias a los máximos imparables a los que están vendiendo la electricidad y que están propiciados en gran medida por un precio del gas que se ha triplicado en lo que va de año. Así, el precio diario del mercado mayorista de la electricidad queda determinado por la energía más costosa de producir, la de las centrales de ciclos combinados, que transforman la energía del gas natural en energía eléctrica.
La medida, aprobada a través de real decreto, ha soliviantado al sector, que no esperaba una iniciativa que apuntara tan directamente a sus resultados y cuyo alcance, aunque temporal, es mayor que el de las medidas anunciadas en junio. Entonces el Gobierno aprobó un recorte al exceso de retribución por el sobrecoste del CO2 de 650 millones, de carácter permanente, y que aún está pendiente de tramitación parlamentaria. En definitiva, un recorte a los ingresos del sector que suma 3.200 millones de euros y que está haciendo mella en las cotizaciones.
Los inversores ven una oportunidad para la compra pero con todas las cautelas por el riesgo regulatorio y aguardan el recurso a los tribunales
Desde que se conocieran las últimas medidas del Ejecutivo, Endesa e Iberdrola –las compañías más afectadas– han perdido en conjunto durante tres sesiones más de 8.200 millones de euros de capitalización. Acumulan respectivos descensos de martes a jueves del 11,87% y el 8,62%. Un impacto bursátil mucho mayor al recorte objetivo que se prevé en sus beneficios y que revela el desconcierto del mercado ante una medida inesperada y que pone en pie de guerra a un sector extremadamente sensible a los cambios regulatorios.
“El mercado ha reaccionado descontando riesgos adicionales más allá de marzo de 2022. Las cotizaciones descuentan al menos cinco veces el impacto del real decreto que, en términos objetivos, tendría que haber supuesto una caída de solo el 1,5% en los títulos de Iberdrola y del 3,5%, en los de Endesa”, explica José Ángel Fuentes Berna, gestor de renta variable de Mutuactivos. Así, la pérdida de capitalización de estos días es muy superior a los 1.100 millones de euros de impacto estimado para Iberdrola o los 870 millones para Endesa.
Las caídas en Bolsa son vistas ahora por algunos gestores como una oportunidad de compra en el medio y largo plazo. Pero las cotizaciones del sector se resienten sin remedio de un movimiento de rebajas de valoración, dominado por el temor a más cambios regulatorios. Barclays ha rebajado el precio objetivo para Iberdrola de 14,7 a 14,10 euros y Goldman Sachs, a 13 desde 13,8 euros. El banco estadounidense también ha recortado su estimación de beneficio por acción de 2022 a 2025 en un 10% de media para Iberdrola y en un 15% para Endesa.
“Aunque es muy probable que las eléctricas recurran ante los tribunales la medida, es una intervención que podría dañar de forma estructural la confianza de los inversores”, señalan tajantes desde un banco de negocios internacional. El recurso ante los tribunales es de hecho la reacción “lógica” que el accionista podría esperar, añaden desde una gestora. No en vano, la rentabilidad de algunas plantas sería “cuestionable”, según apuntan desde Sabadell, teniendo en cuenta que las compañías ya tienen precios medios de venta cerrados con sus clientes para este año y 2022.
Los analistas han rebajado valoraciones pero apenas
ha habido recortes de recomendación
Los cambios regulatorios y el nerviosismo que generan entre los inversores son el último elemento en contra para un sector que ya sufría en Bolsa por su carácter defensivo. “Las empresas ligadas al ciclo económico tienen un mejor comportamiento que las eléctricas, dado que una parte de sus ingresos son fijos e independientes del ciclo”, señalan desde Bankinter, donde desaconsejan desde hace meses invertir en el sector. Endesa e Iberdrola ya sufrían caídas este año con anterioridad a los anuncios del Gobierno de más del 10%, en contraste con la buena marcha de otras eléctricas europeas, también defensivas, como Eon o Suez, que suben el 20% este año.
Para Barclays no hay compañías españolas entre las eléctricas europeas más beneficiadas del alza de la electricidad y apuesta por las francesas EDF, Engie y Veolia, la finlandesa Fortum y la alemana RWE. En el balance de lo que va de año, Iberdrola y Endesa son las eléctricas europeas más castigadas, con retrocesos del 19,3% y 17,85%.