Bruselas anuncia una ley europea de chips para no depender de Asia y EE UU en semiconductores
La Comisión Europea avanza que el objetivo es que para 2030 los Veintisiete produzcan el 20% de los semiconductores a nivel global. Actualmente, produce el 10%.
La Comisión Europea ha anunciado hoy planes para crear un nuevo "ecosistema" de fabricación de chips para mantener a la Unión Europea competitiva y autosuficiente, tras la crisis que está provocando la escasez global de semiconductores, que han mostrado los riesgos de depender de proveedores asiáticos y estadounidenses. La autoridad comunitaria avanzó que el objetivo es que para 2030 los Veintisiete produzcan el 20% de los semiconductores a nivel global. Actualmente, produce el 10%.
"Lo digital es una cuestión decisiva", dijo Ursula Von der Leyen. La presidenta del Ejecutivo Comunitario avanzó en un discurso político en el Parlamento Europeo que presentarán una nueva Ley Europea de Chips. "Se trata de crear conjuntamente un ecosistema europeo de chips de última generación, que incluya su fabricación, garantice nuestra seguridad de suministro y desarrolle nuevos mercados para una tecnología europea pionera", aseguró Von der Leyen.
El comisario de Industria, Thierry Breton, aseguró que los chips son componentes clave para los fabricantes de coches, de teléfonos inteligentes y otros muchos dispositivos necesarios en la era digital. "La carrera por los chips más avanzados es una carrera sobre tecnología y liderazgo industrial", indicó en una entrada de blog, según informa Reuters.
Breton añadió que una ley europea de chips abarcaría la investigación, la producción y la cooperación internacional y que el bloque debe crear un fondo europeo específico de semiconductores.
EE UU también anunció el año pasado su ley de chips destinada a impulsar su capacidad para competir con la tecnología china. Y los Gobiernos de Corea del Sur y China han aprobado igualmente programas para financiar iniciativas locales de investigación, diseño y fabricación de chips.
Los planes anunciados por la presidenta de la Comisión llegan pocos días después de que Intel desvelara sus planes para construir al menos dos nuevas fábricas de chips en Europa con inversiones que podrían rondar los 80.000 millones de euros durante la próxima década, según anunció su consejero delegado, Pat Gelsinger, en el Salón del Automóvil de Múnich.
Las instalaciones de Intel en Europa contribuirán a que las cadenas de suministro sean más resistentes y al objetivo de la UE de duplicar su participación en la fabricación mundial de chips en el plazo señalado.
Pese al anuncio de Von der Leyen, la capacidad de fabricar chips en Europa topa con algunos obstáculos, como advierte Reuters. Entre otros, el acceso a minerales de tierras raras fuera del bloque y la falta de interés por parte de las empresas para realizar enormes inversiones a menos que puedan operar las platas a plena capacidad para lograr su rentabilidad. Montar nuevas fábricas de chips implica tiempo y mucho capital, sobre todo para los chips de última generación. Se habla de entre 10.000 y 20.000 millones de dólares y de dos a tres años desde que arranca su construcción hasta que está operativa.
Además, y pese a que la participación de los gobiernos podría ayudar a nivelar el campo de juego y aliviar parte del problema, especialmente el precio de ciertos chips, ya que solo un puñado de empresas dominan la cadena de suministro, según Moody's, Boston Consulting Group también ha advertido de otro reto: el coste de operar una fábrica de chips en Europa es muy superior a hacerlo en Asia o en EE UU, y eso podría derivar en última instancia en una subida de precios aún mayor para los clientes, tal y como informó este periódico el pasado agosto.
La escasez de semiconductores ha planteado uno de los mayores riesgos al repunte de la UE a los efectos de la pandemia. La Comisión dio a conocer el año pasado planes para invertir una quinta parte de sus fondos de recuperación en proyectos digitales.
En este sentido, y para impulsar la transición digital, el Ejecutivo comunitario también quiere que a lo largo de esta década, el 75% de las empresas trabajen con inteligencia artificial y con macrodatos o que en 2030 haya 20 millones de europeos especializados en tecnologías de la información.
"Hoy proponemos un plan concreto para lograr la transformación digital, por un futuro en el que la innovación está al servicio de las empresas y nuestras sociedades", insistió a través de un comunicado la vicepresidenta de la Comisión Europea responsable del área digital, Margrethe Vestager.
"Debemos asegurarnos que Europa no se encuentre en una situación de gran dependencia en los próximos años. De lo contrario, estaremos demasiado expuestos a los altibajos que ocurran en el mundo y desaprovecharemos el crecimiento económico y la creación de empleo", remarcó el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton.
Los objetivos propuestos hoy por Bruselas serán vinculantes a nivel comunitario si los aprueban el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE, aunque la Comisión evitó fijar metas concretas para cada uno de los Estados miembros, que tendrán libertad para definir sus propias políticas en estos ámbitos, informa Efe.
La Comisión Europea, que quiere impulsar ambiciosos objetivos en el ámbito digital en los países comunitarios, publicará anualmente un informe sobre el grado de implementación a nivel comunitario de los objetivos que fijó hoy para 2030 con recomendaciones individuales a cada uno de los países para que cumplan con las metas que ellos mismos se habrán marcado previamente.
Dichos informes mostrarán quienes son los más rezagados. Sin embargo, no se prevén multas económicas a los países si no cumplen con lo prometido, según indicaron.
Bruselas elaborará una lista de proyectos de interés comunitario que al tratarse de grandes inversiones requerirán de al menos la colaboración de tres Estados miembros, para impulsar, por ejemplo, el desarrollo de la red 5G, la adquisición de superordenadores u ordenadores cuánticos, la creación de centros especializados en ciberseguridad o proyectos relacionados con el blockchain.
Los países que quieran podrán colaborar en la financiación de estas iniciativas ya sea mediante el uso de fondos públicos o comunitarios o con la colaboración del sector privado. Si lo desean, podrán formar también consorcios con el beneplácito de la Comisión Europea, que tendrán su propia personalidad jurídica, su junta directiva y deberán ser responsable de su propia deuda, sin que la UE se deba hacer responsable de ella.
En este contexto, los países de la UE tendrán que proporcionar más claridad sobre el uso y disponibilidad del espectro radioeléctrico para ayudar al bloque a cumplir con sus objetivos digitales, según indicaron las autoridades comunitarias.