Cos: “El alza de precios es transitoria y el BCE está equipado para hacerle frente si persiste”
El gobernador del Banco de España avanza que el euro digital será "muy probable" aunque con un uso restringido
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, defendió ayer la capacidad de la nueva estrategia de política monetaria del BCE para hacer frente al actual contexto de precios al alza en la zona euro, según ha indicado en el encuentro de Foro Futuro, el observatorio de investigación económica organizado por Cinco Días con el respaldo de Grupo Santander. En la revisión acordada el pasado julio se determinó una meta del 2%, con la flexibilidad de aceptar indicadores de IPC tanto por abajo como por arriba, una cambio que llega en un momento en que los precios suben a un ritmo notablemente superior a ese 2%. El dato de IPC de agosto en la zona euro fue del 3%.
De hecho, Para Hernández de Cos, ese 2% de objetivo "debe dejar de ser percibido como un límite superior", a la vista de que los precios están en una dinámica de subida, que el gobernador considera en todo caso transitoria. El BCE acaba de revisar al alza su estimación de IPC en la zona euro para este año del 1,9% de junio al 2,2%. La nueva estrategia supone por tanto que el BCE aceptará tasas de inflación superiores al 2% durante un tiempo que sin embargo no ha llegado a precisar.
El gobernador del Banco de España destacó además la clara "ventaja" que supone para el objetivo de estabilidad de precios del BCE la nueva meta de inflación del 2%. Ese dato concreto contribuye, según ha explicado, a anclar las expectativas de inflación frente a la meta de precios de la estrategia anterior. Hasta la revisión de este año, el objetivo era una inflación cercana al 2% pero por debajo, lo que daba lugar a un rango de precios en el consenso de mercado del 1% a más del 1,9%.
El BCE mantenía intacta su estrategia de política monetaria desde 2003. Sin embargo, durante los últimos años ha habido sustanciales cambios macroeconómicos y también sociales que, según ha explicado Hernández de Cos, hacían muy oportuna su actualización. El gobernador del Banco de España ha citado el entorno de baja inflación, solo roto al alza en los últimos meses principalmente por el encarecimiento de la energía, y un contexto de tipos reales muy reducidos. A ello se añaden presiones deflacionistas como una menor productividad a nivel global o el envejecimiento de la población.
Pese al repunte reciente de los precios, Herrnández de Cos defendió que el escenario que maneja el BCE para la próxima década es que persistan los factores estructurales que empujan a la baja los precios. Cos cree que “difícilmente se revertirá” la globalización, la digitalización, acentuada con la pandemia, y el envejecimiento de la población, que empuja a la población en activo a ahorrar para la jubilación. “Esas presiones deflacionistas no van a cambiar. El repunte de la inflación de ahora tiene un componente transitorio importante”, ha sostenido Hernández de Cos.
De hecho, el BCE mantiene su previsión de IPC para 2023 en la zona euro en el 1,5%, muy lejos del objetivo de estabilidad de precios, según ha reconocido Cos. Ha añadido que el BCE no aprecia que el alza de precios esté teniendo efectos de segunda ronda, que se reflejen en un alza de salarios. "Si la inflación nos sorprendiera al alza, el BCE está perfectamente equipado para hacerle frente", ha insistido Cos.
Hernández de Cos ha explicado que las actuales tasas de IPC de la zona euro se deben principalmente a la reversión del IVA en Alemania, a los cuellos de botella que se están dando en las cadenas de suministro y a la propia vuelta a la normalidad de la economía, con un alza en los precios de los servicios de actividades que se había visto restringidas que, en su opinión, será pasajera.
En todo caso, ha aclarado que el BCE solo se planteará el alza de tipos de interés cuando la inflación subyacente (sin contar el precio de la energía y los alimentos frescos) se aproxime también al 2%, cuando las previsiones de precios en el medio plazo estén en ese nivel y cuando las estimaciones en un plazo más cercano, de 18 meses, también superen la tasa del 2%.
Pero Cos no entró a precisar por cuánto tiempo el BCE consentirá una inflación superior al 2% sin mover ficha, pese a las preguntas de los participantes en el foro, que apuntaron la idea de si la política monetaria está ahora de hecho orientada a crear presiones inflacionistas, tras años en que los abundantes estímulos ni siquiera lograron acercar el IPC de la zona euro al anterior objetivo del BCE, cercano al 2% aunque por debajo.
Fernando Fernández, profesor de Economía del IE Business School, señaló la idea de si “la política monetaria está determinada por el hecho de que la inflación ha muerto”. Y Santiago Carbó, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Granada y director de Estudios Financieros de Funcas, habló de “un cambio de enfoque de deflación a inflación”.
Antonio Cortina, director del Servicio de Estudios de Banco Santander, afirmó echar en falta en la revisión estratégica del BCE una reflexión de por qué no se ha logrado alcanzar el objetivo de inflación. “No echo en falta nada”, respondió Cos, que también afirmó que el BCE “no busca premeditadamente la inflación”. En este sentido, destacó las distancias con la Fed, que sí se fija un objetivo de inflación media del 2%, lo que permite “buscar intencionadamente inflación” cuando la tasa es inferior a ese nivel.
Francisco Pérez, profesor emérito de Análisis Económico de la Universitat de València y director de Investigación del IVIE, destacó el esfuerzo de comunicación realizado por el BCE en la revisión de su estrategia y alabó el compromiso de revisarla de nuevo en 2025. “La comunicación es fundamental para conservar la legitimidad de nuestra acción. Si queremos llegar a la ciudadanía, la educación financiera juega un papel clave. Es un elemento fundamental de la democracia”, aseguró Cos.
Euro digital
El BCE también avanzó este verano que ha puesto en marcha el análisis para el lanzamiento del euro digital, un período de estudio que se prolongará hasta 2023 hasta tomar una decisión. Hernández de Cos ha señalado en todo caso que el lanzamiento del euro digital “será lo más probable”, aunque habrá que analizar con sumo cuidado que esta decisión no reste efectividad a la política monetaria.
Así, Cos ha aludido al dilema que supone que, con un euro digital, todos los ciudadanos tengan una cuenta directa en el BCE, lo que arrinconaría a las entidades financieras. “Sin duda el euro digital facilitaría la transmisión de la política monetaria pero habría que ver su efecto en la estabilidad financiera y en el rol del sistema bancario”, ha asegurado Cos. En este sentido, ha avanzado que “probablemente habrá que establecer restricciones en el uso del dinero digital”.
“La política presupuestaria procíclica es un gran error”
El BCE y los gobiernos europeos reaccionaron con una contundencia y una coordinación sin precedentes a la grave crisis económica desatada por la pandemia, según destacaron hoy los participantes en el Foro Futuro organizado por Cinco Días. Tal fue la sintonía que podría hacer temer por cierta pérdida de independencia por parte del BCE o por la interferencia de la política monetaria sobre la política fiscal, según apuntaron los participantes. El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, argumentó sin embargo que “la acción del BCE ante la crisis estuvo motivada por la estabilidad de precios, no por la política fiscal”. Y defendió que el BCE debía generar en aquel momento el margen de maniobra suficiente con su programa de compras de deuda para la activación de los estímulos fiscales necesarios. Así, el BCE ha garantizado unas condiciones de financiación extremadamente favorables para el endeudamiento.
Sin embargo, Cos sí ha lanzado un claro aviso a los gobiernos de la zona euro, que afrontarán en los próximos años el pago de la abultada deuda pública que deja en herencia la crisis. “Claro que los bajos tipos de interés son una ayuda para la deuda, pero uno de los grandes errores es el carácter procíclico de las políticas económicas. Eso hay que resolverlo en el Pacto de Estabilidad a nivel global”, aseguró Hernández de Cos.
Su mensaje apunta por tanto a que los períodos de bonanza y crecimiento económico deben aprovecharse para la reducción del endeudamiento, sin perder de vista la disciplina fiscal. La Unión Europea iniciará este otoño el debate de la revisión de las reglas fiscales que fijan los objetivos de déficit y deuda pública tras la crisis de la pandemia y que han quedado en suspenso. Una negociación que se prevé intensa y que es clave para países como España, donde el ratio de deuda sobre PIB se ha disparado por encima del 120%, muy lejos del estricto 60% establecido en las normas vigentes del Pacto de Estabilidad y crecimiento de la UE. Esa norma también establece un déficit público no superior al 3% del PIB.
Antonio Cortina, director del Servicio de Estudios de Banco Santander, apuntó en el encuentro al “posible conflicto de interés entre la política monetaria y fiscal”, a la vista de que desde el estallido de la pandemia, los arrolladores estímulos monetarios han alimentado el endeudamiento público necesario para hacer frente a la crisis. Hernández de Cos recordó que “el marco del euro no permite la coordinación explícita de la política monetaria y la fiscal”. y añadió que, ante la irrupción de la pandemia, “en el BCE no teníamos otra opción si queríamos cumplir con el mandato de estabilidad de precios”. Recordó además que “el marco institucional garantiza la independencia del BCE”.