EY negocia sacar del concurso a la matriz de Abengoa y que vuelva a cotizar en la Bolsa
El administrador plantea que se quede una parte de la filial operativa; la solución implica que Abenewco 1 comparta parte del dinero del rescate
El culebrón de Abengoa se alarga desde 2015. Ahora con la filial operativa, Abenewco 1, en el centro del rescate, después de que en febrero la matriz, Abengoa SA, entrara en concurso de acreedores. El administrador concursal, EY, negocia en paralelo el salvamento del negocio, que la matriz salga del concurso y que pueda volver cotizar –para lo que necesita conservar una participación de Abenewco 1–, y que los acreedores aporten al grupo nuevos avales antes de que se firme el eventual rescate, en el que la SEPI es decisiva.
La gran misión es salvar la compañía que aglutina el negocio, con la oferta de Terramar, que ofrece 200 millones de euros, 60 de ellos en forma de capital y los restantes 140 millones como créditos. Pero, al mismo tiempo, el administrador concursal de Abengoa SA busca llegar a un acuerdo con los acreedores de la matriz para revocar el concurso e incluso que pueda volver a cotizar. Para ello es preciso que parte del dinero del rescate de la filial suba a la matriz y también que se quede una parte de Abenewco 1.
El objetivo, en un principio, era que la matriz en concurso lograra una inyección de liquidez de unos 25 millones de euros, como publicó CincoDías el pasado 3 de julio. Pero ese importe puede crecer a costa de la participación en Abenewco 1. Los acreedores, previsiblemente, preferirán rebajar sus deudas antes que disponer de una participación en la filial operativa.
Aun así, el objetivo es que Abengoa mantenga una posición en el entorno del 3% en Abenewco 1, de manera que pueda volver a cotizar, después de que la CNMV la suspendiera de negociación en julio del año pasado. El modelo sería similar al de Pescanova, cuyo único activo es una participación en Nueva Pescanova, la sociedad operativa, del 0,34%. El valor en Bolsa de Abengoa SA dependerá del porcentaje que retenga; en el plan original de agosto de 2020, que nunca llegó a ejecutarse, se quedaba con un 2,7% de Abenewco 1.
Grant Thornton y PKF, jueces de si el grupo puede acceder a la SEPI
Elegibilidad. Abengoa solicitó la intervención de la SEPI a través del Fondo de Solvencia de Empresas Estratégicas por importe de 249 millones el pasado marzo. Pero este vehículo de rescate, dependiente del Ministerio de Hacienda, debe chequear que la empresa en cuestión cumple las condiciones para acceder a él. Uno de los requisitos es que la compañía no estuviera en crisis antes de diciembre de 2019. Y, aunque Abengoa ya había firmado dos rescates, uno en 2017 y otro precisamente en 2019, las fuentes financieras consultadas señalan que cumplirá los requisitos para acceder a las ayudas. En todo caso, las consultoras Grant Thornton y PKF Attest son las que están elaborando el preceptivo informe para determinar si Abengoa es elegible de cara a estas ayudas.
Estratégica. Que Abengoa es una empresa estratégica para el tejido productivo es incuestionable. Cuenta con una plantilla de más de 12.000 personas, 2.000 en España.
Duro Felguera. El precedente de la compañía de ingeniería asturiana, al que la SEPI le ha concedido un rescate de 120 millones de euros, es un argumento a favor del salvamento de Abengoa.
La sindicatura de accionistas AbengoaShares, con más del 21% del capital, se opuso contra viento y marea a ese plan y continúa afirmando que un eventual rescate por Terramar supondrá un fracaso. Fuentes cercanas a la agrupación señalan que esta trata de armar un salvamento alternativo que dé mayor peso a los pequeños accionistas. El problema es que el administrador concursal ha puesto un límite para la presentación ofertas: finales de este septiembre.
Deudas
El pasivo de Abengoa SA a cierre de 2019 ascendía a 1.007 millones, de los que 354 eran deudas con empresas del grupo. La misión de la liquidez es amortizar parte de ese pasivo e imponer quitas para el resto. Entre las propuestas, tentativas y vinculadas al rescate de Abenewco 1, el porcentaje más alto de quita llega al 95%, con la conversión de ese importe en un bono obligatoriamente convertible en cuatro años.
El administrador concursal ha encontrado además otras palancas para lograr dinero para Abengoa SA que se sumarían a la liquidez que le llegara del eventual rescate: “Ingresos por rentas de activos inmobiliarios, por dividendos financieros, desinversiones en activos artísticos e inmobiliarios y devoluciones de activos”, señala Abengoa en un documento enviado a la CNMV.
El grupo pide 40 millones en avales ya para seguir con vida
El grupo de ingeniería lleva en la cuerda floja desde 2015, pero los problemas de la ausencia de un rescate desde que se anunció su necesidad, en mayo del año pasado, han erosionado su caja y su capacidad de contratación. Así, el administrador concursal solicita que, antes de ningún rescate, se pongan los medios para que la compañía pueda seguir operando, como publicó CincoDías el pasado 1 de septiembre. Y la necesidad más imperiosa para no perder negocio son avales. Las peticiones a los acreedores ascienden a 40 millones de euros en estas garantías, según las fuentes financieras consultadas.
Entre los acreedores aparecen bancos españoles, como Santander y CaixaBank, y también se encuentra Crédit Agricole. Es con ellos con los que se negocia la concesión de esas garantías, según las fuentes consultadas. El problema es que al final no haya rescate. Un punto intermedio es que esperen al menos a que haya un dictamen que verifique que Abengoa puede acceder a la ayuda estatal. Esto sería un punto de inflexión de cara al salvamento.
En su informe provisional sobre la situación del grupo, el administrador concursal también avisa de “tensiones de tesorería que imponen la necesidad de obtener con carácter inmediato financiación e instrumentos de garantía que permitan asegurar la continuidad de las operaciones”. La necesidad de liquidez, pese a las dificultades de los últimos tiempos no es tan acuciante, sin embargo, como la obtención de nuevos avales para evitar la pérdida de negocio a corto plazo. El calendario que baraja Terramar contempla que la SEPI dé su bendición al rescate en noviembre.