BeGas Motor, propulsión a todo autogás para ciudades sostenibles
La pyme vizcaína fabrica motores de gas GLP o biopropano para camiones y autobuses urbanos Este combustible alternativo es más barato, eficaz y ecológico que el diésel
El amor por la tecnología, la investigación y los motores y la preocupación por la sostenibilidad del planeta en un sector tan contaminante como el transporte llevó a Pedro Silva a abandonar su puesto de trabajo en Renault Trucks y emprender su primera aventura empresarial en solitario, la de fabricar “motores 100% autogás o biopropano de inyección líquida Euro VI-E para camiones y autobuses urbanos de distintas potencias”.
Un sueño que se hizo realidad en 2015 con una inversión de 90.000 euros y bajo el nombre de BeGas Motor. “Era el momento, la ocasión, y me lancé con mucha fe, pero también con muchos miedos. El nicho y la oportunidad de mercado estaba en los vehículos pesados que circulan por las ciudades y que transportan personas o mercancías, como autobuses urbanos y camiones, por ejemplo, de recogida de residuos o los de riego”, recuerda Silva, actual CEO de la pyme.
La empresa cuenta con una doble sede: en el Parque Empresarial de Boroa, en Amorebieta (Bizkaia), donde está su domicilio social y se fabrican los motores, y la unidad de integración de motores ubicada en San Agustín de Guadalix (Madrid), donde se centraliza la logística.
Su facturación apenas rozó los 400.000 euros en 2020, pero “este año se multiplicará por diez, según nuestras previsiones”, anuncia Silva. También la producción va viento en popa, con una estimación de “200 motores en 2022, mientras que nuestra plantilla no deja de crecer. A pesar de las vicisitudes, no nos podemos quejar”.
La Comisión Europea reconoció el autogás como combustible alternativo de propulsión en 2015, pero muchas de las grandes empresas de automoción se resistieron a dar el salto y poner en marcha vehículos con energías alternativas. “Fue en ese momento cuando decidí emprender por mi cuenta; cogí mis ahorros, capitalicé el paro y luego busqué otros dos socios, que también aportarían otros 90.000 euros cada uno; en total, juntamos 270.000 euros entre los tres”, relata.
La cifra
45.000 euros cuesta fabricar un motor de BeGas, incluido tanque de combustible y sistema de catalización.
En el precio influye un factor diferencial, el tipo de sistema de inyección que utiliza BeGas. El gas GLP que va por el circuito de alimentación del motor lo hace en estado líquido. Una inversión importante teniendo en cuenta que vehículos como camiones o autobuses tienen ya un precio elevado, de entre 200.000 euros y 300.000 por unidad.
Ventajas
Un proyecto complejo como es “el desarrollo de un motor está siempre en manos de las grandes marcas, como Renault, Volvo, Mercedes..., que tienen muchos más medios y contra las que íbamos a competir, por decirlo así, y eso suponía una gran barrera”, cuenta el fundador de BeGas.
Hay que tener en cuenta que en 2015 “los grandes fabricantes habían apostado por el diésel y querían recuperar inversiones multimillonarias. Nadie pensaba en los combustibles alternativos –ahora no queda más remedio– y tampoco en que la transición energética iba a ir tan rápida”, expresa.
Son muchas las ventajas que ofrecen los motores de autogás o biopropano. “Primero, son más eficaces, son más ecológicos. De hecho, todos los vehículos que incorporan un motor BeGas obtienen la etiqueta Eco-DGT. Además, cuentan con la homologación europea Euro VI-D en su motor”, enumera el CEO.
Son más económicos, “ya que se reduce el 36% en los gastos de explotación de combustible, gracias al precio del autogás en el mercado”. Y, no menos importante, su tamaño: “Son más pequeños y compactos que los motores convencionales, una importante ventaja para su adaptación en vehículos pesados”.
Ahondando en el tema ecológico, es una energía alternativa de muy bajas emisiones, “reduciendo las que afectan a la salud de las personas, como el dióxido de nitrógeno, las partículas, los hidrocarburos, en un 98% respecto a un motor diésel, y la contaminación acústica en un 50%. Al utilizar nuestro motor de biopropano se reducen las emisiones de CO2 un 80%”, asegura.
El futuro está aquí
La crisis generada por el Covid y que ha afectado a la producción de componentes electrónicos y semiconductores apenas ha tenido influencia en BeGas. “No sé si tuvimos habilidad con nuestros proveedores y nos adelantamos, pero hicimos el suficiente acopio de todas las unidades electrónicas para poder lanzar el producto. Tenemos el stock necesario para producir la cantidad de motores que teníamos previsto”, cuenta.
El parón obligado por la pandemia “nos permitió ordenar todos los procesos internos, el crecimiento de la estructura, formar al personal y hacernos más fuertes como empresa”, destaca.
Desde BeGas Motor ven el futuro con optimismo y tienen unas expectativas muy buenas. “2021 se presenta como un año de mucha responsabilidad en el que no podemos fallar porque muchos fabricantes de autobuses y camiones, entre ellos españoles, llevarán nuestros motores”, refiere.
2021 es un año clave. No podemos fallar. Muchos fabricantes de autobuses y camiones, entre ellos españoles, llevarán nuestros motores
Pedro Silva, CEO de BeGas Motor
La exportación es un objetivo, pero apenas han llegado a Portugal. “Somos una empresa muy inquieta, hemos tenido premios internacionales que nos han dado mucha visibilidad en el sector y ya tenemos peticiones de países como Chile, México, Costa Rica, Australia, Turquía, Polonia e incluso Estados Unidos, donde el negocio de los combustibles alternativos está más maduro que en Europa. Iremos paso a paso, queremos seguir con los pies en la tierra”, matiza.
Como fabricantes tampoco “podemos quedarnos anclados en un tipo de motor mediano, como el V-8, con el que hemos empezado; estamos estudiando otras posibilidades, como motores más pequeños de cuatro cilindros, pero vamos poco a poco”, aclara.
Silva se siente “orgulloso de liderar esta oportunidad de ser impulsores de la transición energética”, pero reclama “más colaboración entre el sector público y el privado, no dejar la I+D a otros países y fomentar las inversiones responsables que nos permitan el desarrollo local de productos y ser más competitivos”. Y concluye: “No podemos dejar marchar el talento”.
Socios clave, un pequeño boicot y fuera barreras
2015 fue el año del lanzamiento de BeGas Motor y el de la homologación de su producto. En el desarrollo de la empresa, la ayuda de CDTI, “con una inyección de 1,1 millones de euros, fue vital para el despegue; para firmar acuerdos con la Politécnica de Valencia, comprar componentes y contratar personal”, recuerda su CEO, Pedro Silva.
En el arranque también fue clave el apoyo de Repsol, que “actúa como locomotora del proyecto tanto en nuestra imagen de marca como de posibilidad de acompañamiento; vieron un enorme potencial en que nuestro motor pueda utilizar el autogás como combustible y nos aportaron dos préstamos”, indica. Con esta y otras aportaciones alcanzaron los 15 millones de financiación.
El primer baño de realidad fue la relación con los proveedores: “Directamente no nos suministraban y tuvimos que recurrir a los aftermarkets para desarrollar nuestro motor”. Algo así como talleres que compran las piezas de recambio y reparan motores. “Esta etapa pasó y hoy contamos con proveedores de primer nivel”, afirma.
Otra barrera fue la formación de personal. “Fue difícil encontrar ingenieros especializados en desarrollo porque, desgraciadamente, el talento se va fuera en busca de mejores oportunidades en los grandes laboratorios de I+D”, lamenta. En Europa “hay mucho recelo y competitividad en el sector tecnológico, pero ya trabajamos con grandes marcas. Superar todas estas barreras nos ha hecho más fuertes”.
El negocio, en cifras
Es gas. El nombre de la empresa es un guiño a la internacionalización y conjuga el verbo inglés to be (ser) y gas, BeGas (EsGas), fácil de pronunciar y recordar tanto en español como en la lengua de Shakespeare.
Facturación. 400.000 euros en 2020 y 4 millones en 2021, según sus previsiones.
Producción. 50 motores en 2020 para camiones y autobuses urbanos, que pasarán a 70 en 2021 y superarán los 200 en 2022.
Plantilla. De los 14 trabajadores que tenían en 2020 han pasado a 42; de ellos, 12 trabajan en la planta de Amorebieta y 29 en San Agustín de Guadalix, equipos que esperan duplicar en los próximos tres años.
Exportaciones. Son aún incipientes y han empezado por Portugal, pero ya tienen pedidos de otros países.