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El romance chino de Hollywood se marchita más rápido

El retraso en los estrenos coincide con la renovada campaña de censura de Pekín y el aumento del nacionalismo

La fantasía china de Hollywood empieza a despertar a las feas realidades políticas. Películas como Viuda Negra de Disney han estado sorprendentemente ausentes en la reapertura de los cines de la República Popular. El retraso coincide con la renovada campaña de censura de Pekín y el aumento del nacionalismo. Los estudios locales también dejan de lado todo lo que tenga que ver con Hollywood.

Hollywood lleva décadas cortejando al mercado chino con desigual éxito. Franquicias lucrativas como Fast & Furious y el universo cinematográfico Marvel, enormemente populares en el país, han sido meticulosamente adaptadas y saneadas para apaciguar tanto al público local como a los censores. A pesar de todo, los burócratas de Pekín aún no han desplegado la alfombra roja. La cuota anual de películas importadas se ha mantenido obstinadamente en 34 desde hace casi una década, mientras que la recaudación de los estudios extranjeros tiene el tope fijado en el 25%. En el ámbito del vídeo bajo demanda o streaming, las estrictas normas sobre medios de comunicación e inversión extranjera han dejado fuera a Netflix y a sus homólogos.

Gracias a una recuperación relativamente rápida tras la pandemia, la taquilla china parece más atractiva que nunca. La venta de entradas superó a la de Estados Unidos, afectado por el virus, el año pasado; durante la semana de vacaciones del Año Nuevo de febrero, estableció un nuevo récord de 1.200 millones de dólares, según el servicio de venta de entradas de cine online Maoyan Entertainment. Pero nada de esto ha llegado a Hollywood. Las superproducciones del verano, como el taquillazo de superhéroes protagonizado por Scarlett Johansson, Jungle Cruise y Space Jam: A New Legacy, aún no se han estrenado en China.

El parón se produce en medio de una renovada campaña de censura que apunta a todo, desde los videojuegos hasta las canciones de karaoke y los vídeos en internet. El presidente Xi Jinping también quiere reducir la influencia cultural extranjera en China: las autoridades han restringido la transmisión en directo con aplicaciones de vídeo por parte de extranjeros, han cortado la cooperación con instituciones educativas en el exterior y han impedido que los estudiantes chinos estudien con tutores extranjeros a través de servicios en línea. Hace poco, las autoridades de Pekín prohibieron los libros de texto extranjeros en las escuelas primarias y secundarias. El año pasado, Disney cerró discretamente sus populares centros de enseñanza de inglés, culpando a la pandemia y al cambio a las clases en línea, según los medios de comunicación locales.

Los cineastas locales están sacando tajada de la situación. Incluso antes de que los estudios de Hollywood se vieran alterados por los cierres, ocho de las 10 películas más taquilleras en China en 2019 eran de producción nacional, según datos de Box Office Mojo. Puede que no falte mucho para que Hollywood vea cómo los guionistas finiquitan su romance con China.

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