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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El sector exterior vuelve a demostrar su fortaleza en medio de las crisis

Las exportaciones jugaron también un papel crucial en los largos y difíciles años de la crisis económica de 2008

CINCO DÍAS

Las exportaciones españolas de mercancías han experimentado una poderosa reactivación en el primer semestre del año, en una evolución que ejemplifica muy gráficamente el modelo de recuperación en uve del que se habló tanto al inicio de la pandemia. Los datos apuntan a que de enero a junio las exportaciones crecieron un 23,3% anual, hasta rozar los 153.000 millones de euros, lo que supone la cifra más alta de la serie histórica que elabora la Secretaría de Estado de Comercio desde 1995. Este comportamiento de las ventas al exterior ha colocado a España a la cabeza de la UE, por encima de las tasas registradas en Alemania y en Francia, y solo superada por Italia. La explicación que se maneja en el propio sector es que las empresas se han lanzado en tromba a exportar ante la fuerte caída del consumo interior provocada por la lucha contra la pandemia, que en España ha sido especialmente intensa.

No es la primera vez que el sector exterior español se comporta de forma extraordinaria en un contexto económico adverso. Las exportaciones jugaron también un papel crucial en los largos y difíciles años de la crisis económica de 2008, cuando se convirtieron en un motor clave para la supervivencia de la economía española. Pese a ello, el sector mantiene viejos defectos que siguen sin solventarse, como la excesiva concentración geográfica de las ventas, la mitad de las cuales se dirigen a países europeos, lo que convierte la diversificación de destinos como uno de los grandes objetivos por los que trabajar y como la mejor fórmula para suavizar los altibajos propios de los ciclos económicos.

Las exportaciones de mercancías afrontan también problemas coyunturales derivados de las peculiaridades de esta crisis, como la subida del precio de las materias primas, el desabastecimiento de materiales, como es el caso de los microchips, y el encarecimiento del precio de los contenedores de transporte, todos ellos factores de riesgo para la competitividad de las ventas. Pero más allá de esos obstáculos en el camino, que no perjudican solo a las empresas españolas, sino que afectan al comercio internacional en general, los datos del primer semestre apuntan a que el sector exterior puede volver a ser, una vez más, un elemento determinante para la recuperación económica de España, y que la internacionalización de las empresas, no solo grandes sino también medianas y pequeñas, es la mejor apuesta estratégica para el futuro.

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