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El ejercicio de equilibrismo de Aramco se vuelve más sencillo

La subida del precio del petróleo le da margen para cumplir sus compromisos con Riad sin afectar al balance

Mohammed Bin Salmán, príncipe heredero de Arabia Saudí.
Mohammed Bin Salmán, príncipe heredero de Arabia Saudí.BANDAR ALGALOUD/COURTESY OF SAUD (VIA REUTERS)

El ejercicio de equilibrismo de Amin Nasser se está volviendo cada vez más sencillo. El consejero delegado de Saudi Aramco presentó el domingo los resultados del primer semestre reflejando el aumento de los precios del petróleo, de 50 dólares por barril en enero a más de 70 dólares. Eso le da margen para complacer a su jefe máximo, el príncipe heredero Mohammed Bin Salmán, sin perjudicar su balance.

A principios de este año, eso parecía difícil. En marzo, Bin Salmán dijo que esperaba que Aramco y su nueva adquisición, Saudi Basic Industries Corporation, suministraran el 60% de la contribución del sector privado, de 1,3 billones de dólares, a su plan de 2030 para alejar la economía del petróleo. Eso implica unos 80.000 millones de dólares al año. Sin embargo, en 2020 el grupo solo obtuvo 76.000 millones de flujo de caja operativo, que tuvieron que financiar un dividendo anual de 75.000 millones y unos 30.000 millones de gastos de capital (capex). En consecuencia, la deuda neta se disparó hasta el 23% del capital total en diciembre.

La tarea de Nasser puede ser más fácil de lo que parece, ya que es probable que haya algún cruce entre su objetivo de capex y los compromisos del plan de transición de Bin Salmán. Y aparte de los dividendos pagados al 1,8% de los inversores que compraron en la oferta pública de venta de Aramco en 2019, los pagos van al Estado. Pueden suspenderse si es necesario.

Aun así, los precios del petróleo en torno a los que el presupuesto saudí alcanza el equilibrio ayudan claramente. El flujo de caja libre del primer semestre después de los gastos de capital fue de 41.000 millones de dólares, no muy lejos de los 49.000 millones logrados en todo el año 2020. Esto hace que la previsión de 95.000 millones para 2021 de los analistas de Bank of America parezca alcanzable. Si el crudo se mantiene a 75 dólares el barril, BofA calcula que Aramco podría generar 120.000 millones el próximo año.

Esto ayuda de dos maneras. A un 4%, la rentabilidad por dividendo de Aramco en su pago previsto para 2021 es sensiblemente inferior a la de rivales occidentales como Exxon Mobil y TotalEnergies. Aumentarla pagando más podría hacer que los inversores extranjeros que se quedaron fuera de la emisión de 2019 se fijen en cualquier venta futura de acciones de Aramco.

Y lo que es más importante, ofrece un mayor margen para que Aramco cumpla sus compromisos con el plan de transición de Bin Salmán sin que el apalancamiento se dispare demasiado. En el primer semestre, la deuda neta se redujo al 19% del capital total, aunque parte del descenso se debió a que Nasser enajenó una participación en su negocio de oleoductos.

Mientras la escasez mundial de nuevos proyectos petrolíferos mantenga los precios altos, Nasser debería de poder cumplir sus compromisos y mantenerse en la órbita de Bin Salmán sin que el apalancamiento se dispare.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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