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Boatjump: vacaciones en un velero por mucho menos de lo que imagina

La empresa democratiza el turismo náutico para alquilar barcos online de una manera sencilla, rápida y cómoda

Un catamarán, una de las embarcaciones más solicitadas.
Un catamarán, una de las embarcaciones más solicitadas.

Pasar unos días de vacaciones navegando a bordo de un velero o un catamarán por las Islas Baleares o por la costa de Croacia ha dejado ya de ser una opción de lujo y al alcance de solo unos pocos elegidos.

La cifra

111% ha crecido el alquiler de barcos de recreo en España en los cuatro primeros meses de 2021 respecto a 2020. Un 20,52% sobre 2019.

 

Son datos recogidos en el Informe del mercado de embarcaciones de recreo, enero-abril 2021, elaborado por la Asociación Nacional de Empresas Náuticas (ANEN). Las matriculaciones de embarcaciones en el mismo periodo experimentaron también un crecimiento del 81%. De ese total, un 25% se destina al alquiler. Unos números que apuntan a un buen verano para el turismo náutico.

Familias y grupos de amigos han descubierto, gracias a Boatjump, que disfrutar de una semana navegando por las calas de Menorca o alojarse en un buen hotel de la costa española tiene un precio parecido. “Alquilar un velero con capacidad para ocho personas en el Mediterráneo tiene un coste medio de 4.000 euros. Si divides esa cantidad por ese número de gente te sale un gasto de entre 50 y 150 euros por persona y día”, explica Pablo Ruibal, director de operaciones de Boatjump.

Romper con esta idea de que la náutica de recreo es algo muy exclusivo y ponerla al alcance del público en general fue la premisa que empujó a tres amigos, Alfonso Pastrana (director financiero), Jaime Vara (consejero delegado) y Pablo Ruibal a unir sus fuerzas hace cinco años para poner en marcha la empresa.

Lo hicieron a través de una plataforma online, cuya principal ventaja para el usuario interesado en alquilar un barco es buscar y comparar entre más de 13.000 veleros y catamaranes de entre 12 y 16 metros en todo el mundo. “Tienes toda la oferta, la puedes comparar y reservarla de manera directa y sin complicaciones”, señala Ruibal.

La parte tecnológica se complementa con “un potente departamento de atención al cliente para acompañarlo con consejos de expertos antes, durante y después de la navegación”, añade el responsable de la compañía.

Barcos en el puerto de San Miguel, Ibiza.
Barcos en el puerto de San Miguel, Ibiza.

La idea ha funcionado bastante bien. Son líderes de su sector en el mercado español. Han logrado además en este 2021, y a pesar de una caída en la facturación de un 30% en 2020 por el impacto del coronavirus, lograr el punto de equilibrio en sus cuentas, ese momento en el que se igualan los gastos y los ingresos y empiezan a ganar dinero.

Tenemos un potente departamento de atención al cliente para acompañarlo con consejos de expertos antes, durante y después de la navegación

Pablo Ruibal, director de operaciones

La facturación en 2019 fue de seis millones de euros. En 2020 cayó a los cinco. Este año volverán a los seis. El que viene esperan volver a multiplicar por dos, alcanzando los 12 millones.

De izquierda a derecha, Alfonso Pastrana, Jaime Vara y Pablo Ruibal, fundadores de Boatjump.
De izquierda a derecha, Alfonso Pastrana, Jaime Vara y Pablo Ruibal, fundadores de Boatjump.

Están presentes en las dos zonas principales de navegación del mundo, el Mediterráneo y el Caribe. El primero recoge al 60% de sus clientes, y el segundo, al 40%. EE UU acoge una oficina de la empresa desde el año 2017.

Los ingresos proceden de la comisión que cobran al propietario de la embarcación, entre un 15% y un 25%. Esta nunca se solicita al usuario.

Impulso de Lanzadera

Los tres socios continúan manteniendo el control al conservar más del 50% de las acciones. Como segundos accionistas aparecen Athos Capital, un fondo de capital riesgo radicado en Barcelona, y Angels, el vehículo inversor de Juan Roig, dueño de Mercadona. Es, precisamente, en las instalaciones de Lanzadera, la aceleradora de empresas que este posee en Valencia, donde Boatjump tiene sus oficinas y desde donde empezaron a internacionalizar el negocio.

“Llegamos en septiembre de 2017 tras el verano y nos dimos cuenta de que la facturación caía por el fin de la temporada en el Mediterráneo. Fue entonces cuando miramos al Caribe y montamos la empresa en EE UU”, recuerda Ruibal.

Son líderes del sector en España tras solo cinco años
de vida y tienen planes para crecer en EE UU e Italia

La temporada es allí más larga. Dura nueve meses frente a los solo cuatro del Mediterráneo. A esto se suma un gasto medio más alto, sobre los 10.000 dólares (unos 8.445 euros). “Esto nos permite no bajar la facturación, trabajamos todo el año y es fantástico para organizarnos”, argumenta.

La intención es seguir creciendo en EE UU e Italia, afianzarse en los que llevan más tiempo y ampliar después a nuevos. Francia y Alemania, los emisores más grandes de turismo náutico, pueden ser ese otro mercado en el que Ruibal asegura que probarán “el año que viene”.

Los datos acompañan estos planes. Según Boatjump, el sector náutico espera una revolución online en los próximos diez años. Pasará del 20% de reservas hechas a través de internet al 80% en 2031.

Saludable y respetuoso

El turismo náutico es un tipo de actividad que ha casado bien con estos tiempos de coronavirus. Familias y amigos, los principales clientes de la empresa, suelen ser también grupos pequeños y cerrados, los más adecuados para el año pasado, el peor momento de la pandemia, e incluso para este todavía más.

Grupos de dos o tres familias o grupos de varios amigos, por ejemplo de tres o cuatro parejas, son los clientes que más tienen. La edad media de los mismos está entre los 40 y los 45 años y el 55% de las reservas se hacen sin patrón. “Se trata de un turismo muy sano, relajado, sin prisas, no masificado, que lo que aprecia es la tranquilidad y disfrutar de la costa navegando”, argumenta Pablo Ruibal.

Amigos que han alquilado un barco con Boatjump.
Amigos que han alquilado un barco con Boatjump.

En Boatjump se alquilan veleros y catamaranes por semanas, pero “hay un auge por los segundos en los últimos años”, destaca. La razón es que cuentan con mayor superficie que los hace más confortables para un público menos acostumbrado a navegar. Son también más estables y se mueven menos, con lo que los temidos mareos disminuyen.

Otro producto que funciona muy bien son las goletas. Son barcos antiguos de madera, habituales en Turquía. Son más grandes, desde los 15 hasta los 40 metros, lo que le permite ir con un grupo que puede llegar hasta las 25 personas, con lo cual son más económicos. “Llevan tripulación, con lo cual lo tienes todo hecho y solo tienes que disfrutar”, concluye.

Voluntarios de Bioagradables y Boatjump tras limpiar una playa de Valencia.
Voluntarios de Bioagradables y Boatjump tras limpiar una playa de Valencia.

La sostenibilidad mueve las velas de la empresa

Iniciativas. La colaboración con asociaciones y empresas en acciones sostenibles es una práctica habitual de Boatjump. Limpieza de las playas de la Comunidad Valenciana junto con la Asociación Bioagradables; divulgación científica promovida por oceanógrafos y biólogas del proyecto Belharra o acuerdos con la empresa Safe Sea, que elabora cremas solares biodegradables, son algunas de ellas.

Educación. Impulsar las buenas prácticas a bordo es otro de los objetivos de la compañía. Un ejemplo son los consejos que dan a los clientes para que depositen siempre los desechos del barco en los lugares habilitados en los puertos. Otro es la guía de fondeo que les entregan para evitar utilizar el ancla en zonas de posidonia y preservar así los fondos marinos.

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