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Recuperación e inflación, protagonistas de este semestre en los fondos

Crecimientos desiguales por zonas para los próximos meses

Getty Images

Reina el optimismo, pero lo cierto es que el inicio del nuevo curso estará lleno de incógnitas que las previsiones macroeconómicas de las gestoras de inversión tratan de despejar. Ante la principal pregunta de si seguirá la recuperación económica, sí, en general esa es la apuesta de los expertos. Sin embargo, hay matices.

Según las perspectivas de Pimco, la economía mundial continuará su “recuperación desigual antes de cambiar en 2022 a un ritmo más moderado, pero por encima de la tendencia histórica”. En la gestora creen que EE UU, Reino Unido, Canadá y China probablemente han alcanzado ya su pico de crecimiento en el segundo trimestre, Europa lo hará en el tercer trimestre y Japón, en el cuarto.

Diferentes velocidades en países desarrollados y en emergentes

Para Almudena Mendaza, directora de ventas para Iberia de Generali Global Investment Partners, en términos de crecimiento, el mensaje es claro: “Los países desarrollados lo van a seguir haciendo incluso por encima de su potencial. Y los emergentes también están empezando a experimentar el rebote vivido en las economías desarrolladas, incluso pensamos que China ha podido tocar suelo en la reciente desaceleración”.

En opinión de Silvia ­Dall’Angelo, economista sénior en Federated Hermes, el panorama económico a corto plazo ha seguido siendo sólido, “pero la recuperación parece frágil en la medida en que sigue siendo desigual entre las regiones, los países y los sectores, y dentro de ellos”. Además, resalta que a pesar de los anuncios a bombo y platillo de reconstruir mejor, “no está claro que existan políticas contundentes que favorezcan una recuperación ecológica e inclusiva. Por lo tanto, existe el riesgo de volver a un escenario anterior a la crisis del Covid, dominado por un lento crecimiento de la productividad, el aumento de las desigualdades y una crisis climática en ciernes”.

Dudas sobre la inflación

Tal y como explica Raphaël Gallardo, economista jefe de Carmignac, a corto plazo, el estímulo fiscal y el ahorro forzado acumulado durante la pandemia han provocado “un fuerte repunte de la demanda de los hogares y las empresas en 2021. Esto está creando presiones inflacionistas transitorias debido a la insuficiencia de la oferta en los semiconductores, el transporte, los materiales de construcción y ciertos metales vinculados a la transición energética (cobre, cobalto, etc.). En Estados Unidos, el problema se agrava por la escasez de mano de obra (menor inmigración, prestaciones de desempleo más generosas)”. La duración y efecto de estos cuellos de botella son lo que divide a los analistas sobre la transitoriedad o permanencia de la inflación.

Precaución por la variante Delta, pero tranquilidad con el efecto de la vacunación

Así, Álvaro Antón Luna, responsable para Iberia de Aberdeen Standard Investments, cree que “esos cuellos de botella, al chocar la demanda en rápida recuperación con las limitaciones de la oferta, están presionando al alza los precios de producción y de consumo de los bienes básicos”. Sin embargo, concluye que estos efectos acabarán siendo temporales, a medida que la demanda vaya perdiendo fuelle y las limitaciones de la oferta vayan disminuyendo.

Matt Peron, director de análisis de Janus Henderson Investors, admite que aunque una cierta inflación “es señal positiva de una economía en vías de mejora, si es difícil de controlar podría reducir el valor actual de todos los activos de mayor riesgo. Además, unas subidas contundentes de tipos, a medida que los bancos centrales buscan recortar distancias, cumplirían la profecía de que una política monetaria restrictiva provoca el final de una expansión”.

En cuanto a Shamik Dhar, economista jefe de BNY Mellon IM, observa que las expectativas de inflación se sitúan en niveles similares a los de antes de la pandemia “o algo superiores en la mayoría de las principales economías, incluida la eurozona donde, no obstante, se mantiene por debajo del objetivo. Esto sugiere que el mercado sigue siendo escéptico sobre las perspectivas de crecimiento e inflación a largo plazo de la UE”.

También la crisis del coronavirus sobrevuela todas las previsiones. “El último flujo de noticias vuelve a ser preocupante. Incluso en el Reino Unido, donde la tasa de vacunación de la población se encuentra entre las más altas, la tensión en los segmentos del sistema de salud está resurgiendo a medida que la variante Delta continúa propagándose a un ritmo muy rápido.

Ya está en marcha cierta reanudación de las restricciones en Portugal, en algunas partes de España y en los Países Bajos, incluso si nos mantenemos muy lejos de los niveles de rigor que aún se veían hace solo dos meses”, advierte Gilles Moëc, economista jefe de Axa IM, quien, no obstante, se muestra optimista con el efecto de las vacunas para frenar el crecimiento de los casos más graves, lo que facilita la plena materialización de la fuerte aceleración del PIB en el tercer trimestre que ahora se espera.

Oportunidades

Precios. Para buena parte de los expertos, el componente cíclico de la inflación tiene un efecto positivo sobre los beneficios, “dado que las empresas pueden trasladar el aumento de los costes con facilidad”, opina Sébastien Galy, responsable sénior de estrategia macroeconómica de Nordea. De hecho, “se traducirá en unos beneficios más favorables, lo que apuntalará a la renta variable y, por nuestro lado, priorizaríamos los títulos cíclicos de valor”.

Infraestructuras. Para Alicia García Santos, responsable de M&G para España, Portugal y Andorra, “un contexto de crecimiento económico controlado con una inflación ligera representa un escenario favorable y proporciona a muchas compañías de infraestructura cotizadas una fuente vital de crecimiento”.

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