División en el BCE sobre cómo será su nuevo discurso
A menos de una semana del Consejo de Gobierno, no hay acuerdo sobre cómo reflejar la nueva estrategia
Los responsables del Banco Central Europeo (BCE) no se ponen de acuerdo sobre los cambios en el lenguaje que utilizarán para hablar sobre los estímulos monetarios en los borradores de los documentos que se distribuirán antes de la reunión del Consejo de Gobierno del banco central que se celebra la próxima semana.
El BCE ajustará su orientación en herramientas claves como los tipos de interés el 22 de julio, después de concluir la revisión de la estrategia este mes. Una revisión que ha resultado en una subida de su objetivo de inflación y en un compromiso de ser especialmente contundente o persitente en proporcionar apoyo cuando los tipos estén cerca de sus niveles mínimos, como sucede en la actualidad.
Aunque el Consejo de Gobierno ha aprobado por unanimidad el lenguaje en la revisión y está de acuerdo en que cualquier endurecimiento en la política monetaria debe ser evitado, hay diferencias entre el ala más dura del consejo y la más moderada en lo que respecta a cómo reflejar la nueva estrategia en la política actual.
El comunicado del BCE incorporará un cambio en el objetivo de inflación establecido por el organismo, que quedará en el 2%, desde el actual "por debajo, pero cerca del 2%". La presidente del banco central, Christine Lagarde ha sugerido que son necesarios más cambios. En una entrevista a Bloomberg Televisión, afirmó que "dada la perseverancia que debemos enseñar para demostrar nuestro compromiso, la orientación -el llamado forward guidance- tendrá que ser sin duda revisada".
Algunos economistas han especulado con que el BCE podría endurecer su compromiso sobre cuánto tiempo mantendrá los tipos en niveles tan bajos y las compras de activos. En este sentido, estiman que podría prometer mantener la situación actual hasta que la inflación esté en línea con sus objetivos, incluso eso supone superarlos durante un tiempo.
Otra cuestión inminente es cómo eliminará gradualmente la compra de bonos de emergencia y lo adaptará al anterior programa de compra de activos. Pero esto no se decidirá hasta septiembre, según afirman las fuentes consultadas por Bloomberg.